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Columna
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¿Por qué espera el BCE?

Solo hay una pregunta que vale la pena hacer a Mario Draghi, en este momento: ¿qué piensa hacer para impulsar la inflación? El Banco Central Europeo, del que es presidente está fallando en lo único sobre lo que puede mandar –mantener la estabilidad los precios estables en la zona euro, en lo que se define como una tasa de inflación por debajo pero cerca del 2%–. Los números más recientes –la inflación del mes pasado se situó en una tasa interanual del 0,5%, con un aumento de los precios del 1,2% en los últimos 12 meses– no se acercan al objetivo. La deflación real sigue siendo, hasta el momento, un escenario de bajo riesgo. Pero las economías como España o Grecia están sufriendo la falta de acción del BCE. ¿Merece la pena arriesgarse a entrar en deflación por pequeña que sea la posibilidad? Actuar ahora podía ahorrar al BCE políticas más agresivas después. ¿Cuál es la ventaja de jugar con fuego?

Después de que el banco central optara por no hacer nada en marzo, los miembros del consejo de gobierno se apresuraron a insistir en que hay muchas opciones sobre la mesa . El principal tipo de interés todavía se podría recortar, aunque no demasiado ya que se encuentra actualmente en el 0,25%. Eso puede tener que ir acompañado de una tasa de depósito negativa, con el riesgo de consecuencias adversas no intencionadas.

Actuar ahora podría ahorrar al banco central políticas más agresivas después

Otra operación de refinanciación a largo plazo podría ofrecer a los bancos la liquidez que no están realmente buscando. Pero una idea que ronda es que bloquearla en una tasa de interés fija baja sería una señal de un compromiso a largo plazo con las políticas menos agresivas. Por último, la compra de activos privados se contempla abiertamente. Esta es legal y políticamente más fácil que las compras de deuda pública directa.

Ninguna de estas opciones es ideal, pero sus defectos no son lo suficientemente grandes como para justificar la negligencia benigna del BCE.

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