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La revolución gastrónomica de Irlanda

Cocina irlandesa, mucho más que patatas cocidas

La fama no le acompaña pero sí sus excelentes materias primas. Irlanda es ya un referente culinario a base de innovación

Cocina de la Ballyknocken Cookery School, en el condado de Wicklow.
Cocina de la Ballyknocken Cookery School, en el condado de Wicklow.

La mala imagen que le precede ya no hace justicia. En la última década, Irlanda ha buscado su hueco en la cultura gastronómica y propone a sus visitantes numerosas rutas para saborear los manjares típicos –y no tan típicos– de la tierra celta.

Magníficos pescados, mariscos de alta calidad, carnes de fama mundial (como la raza Angus de la que es principal productor), variados quesos y una extensa huerta. Con esta materia prima, extraña que la revolución en los fogones no haya ocurrido antes.

Ya son varios los críticos y entendidos en la materia que ponen a la isla esmeralda en el ojo de un huracán gastronómico que “no tardará en llegar”.

En Irlanda han surgido intrépidos cocineros dispuestos a beneficiarse de todos estos ingredientes y, con ellos, por fin, se han alzado a un cielo de premios y estrellas Michelin. Creen que es el momento de desligarse por completo de lo peor de la cocina británica.

Muchos restaurantes se han alzado con premios y estrellas Michelin

De la unión de productos irlandeses e influencias internacionales ha alcanzado su apogeo el Cliff Mouse Hotel en el condado de Waterford, que lucha por conseguir su segunda estrella Michelin.

La mezcla del mejor salmón de sus aguas con los productos de la tierra es uno de sus puntos fuertes. Parada obligada para aquellos que recorran los acantilados y las playas de la costa este del país.

Mientras tanto, en Dublín, The Greenhouse sigue acaparando premios en los Irish Restaurant Awards y Chapter One presume de su estrella Michelin y de ser, por cuarto año consecutivo, el mejor restaurante del país.

La innovación en la cocina, aunque incipiente, es una realidad que se hace un hueco. No en vano, el consumidor es cada vez más entendido y la población procede de sitos más variados.

Pero dicho interés llega también a los vinos que, aunque no son locales, no suelen faltar en las completísimas bodegas de los restaurantes de moda.

Eso sí, del precio de algunos caldos mejor no hablar ya que, en lo que a españoles se refiere, pueden llegar a costar hasta cinco veces más que en cualquier restaurante de Madrid.

Escuelas para continuar

Como toda revolución, esta también necesita un sitio donde fraguarse. Las escuelas de cocina se han convertido en epicentros de los sabores que han surgido por todo el país. En ellas se innova y se aprende el arte de la buena mesa, una costumbre –la de paladear los sabores y combinarlos– no muy extendida en la isla.

Ya sea de una forma profesional o para que el aficionado comience a familiarizarse, las academias culinarias recogen el legado de la cocina tradicional, aportando siempre el toque de modernidad y frescura. No hay grupo de amigos o empresa en la que no surja como actividad unas lecciones de cocina.

Entre todas las opciones posibles destaca la propuesta por la Ballyknocken Cookery School, en el condado de Wicklow, que enseña, casi en exclusiva, a hornear el mejor pan. Y es que el pan es la esencia de muchos de los platos tradicionales irlandeses. Ya sea de centeno, de trigo, integral o el inconfundible y típico soda bread, es el primer pilar de su gastronomía.

Para el turista, quizá la forma perfecta de conocer la gastronomía irlandesa es haciendo un recorrido por los lugares más importantes. The Fabulous Food Trails ofrece viajes a medida para descubrir los placeres culinarios de Dublín o de la región de Connemara, al oeste de la isla, famosa por sus ostras y mejillones.

Gracias a estas rutas se puede descubrir los secretos de la cocina tradicional, los productos más buscados, los restaurantes de mayor fama… y saborear manjares realizados por los principales chefs.

Plato hecho a base de marisco y salmón irlandés.
Plato hecho a base de marisco y salmón irlandés.

Las claves

Más que cerveza negraLa negra Guiness es la más famosa de las cervezas irlandesas, pero no la única. La selección es tan amplia como ciudades y pueblos hay, ya que cada lugar tiene su propia marca. La villa de Kilkenny, da nombre otra de las más conocidas del tipo red ale.

Digno del AtlánticoLas entradas de agua de la costa occidental de Irlanda y la fría temperatura del Océano Atlántico dan lugar un marisco de altísima calidad. Ostras y bogavantes son los más degustados. Se compran directamente a los pescadores que llegan a los puertos.

Mercados al aire libreLos mejores productos frescos, así como quesos o panes artesanos, se adquieren en los numerosos mercados al aire libre que existen en casi todas las ciudades. El más famoso es el de frutas y verduras ecológicas del distrito 1 de Dublín.

Agua de vidaDe cebada y triple destilación. Este es el secreto del whisky irlandés que tanto éxito cosecha en el mundo. En gaélico se traduce como uisce beatha que significa “agua de vida” y cobra aún más sentido cuando se sirve en copa a modo de café irlandés.

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