Bruselas sube la nota a España
Bruselas otorgó ayer un espaldarazo a la política económica aplicada por España tras revisar en profundidad los desequilibrios macro de cada uno de los 17 países de la Unión Europea. En el tercer informe de estas características que la Comisión Europea realiza se concluye que la economía española ha avanzado “claramente” en la corrección de las deficiencias detectadas en el estudio anterior y que la vuelta al crecimiento positivo “ha reducido los riesgos”. Las conclusiones de Bruselas son claras y alentadoras, lo que no quiere decir que obvien los problemas y los retos que España debe afrontar para fortalecer y consolidar ese avance. En ese sentido, la CE anuncia que mantendrá la vigilancia sobre la evolución de los distintos indicadores económicos, con especial atención al nivel de deuda, a las cotas “alarmantes” de la tasa de desempleo –cuya reducción podría requerir de una nueva reforma laboral– y los objetivos de déficit, que Bruselas advierte que pueden “haberse incumplido” en 2013.
El informe de la CE, que advierte de riesgos en Italia y Francia, supone sacar oficialmente a España del grupo de economías aquejadas de graves desequilibrios macroeconómicos y reconocer que Madrid ha realizado un esfuerzo notable para corregir buena parte de las deficiencias del país. La economía española exhibe ahora una hoja de servicio que incluye, entre otras mejoras, una aceleración del proceso de desapalancamiento de las empresas y Administraciones públicas, una creciente recuperación del capital extranjero que salió del país en los momentos más oscuros de la crisis y un aumento de la cuota de mercado exterior, gracias al aumento de competitividad que ha traído consigo el proceso de devaluación de costes acometido en el conjunto de la economía.
Algunos de esos signos de recuperación son ya evidentes. La prima de riesgo española caía ayer hasta los 175 puntos básicos, lo que supone su nivel más bajo desde abril de 2011, mientras el bono a diez años se situaba por debajo del 3,4%, mínimo desde enero de 2006. Ambos datos demuestran con mayor contundencia que cualquier informe institucional que España ha recuperado con extraordinaria rapidez la confianza de los inversores internacionales, y que estos han dejado de adjudicar a nuestra economía la etiqueta de país de elevado riesgo. Pese a ello, todavía queda un duro trabajo por hacer para consolidar este incipiente cambio de tendencia. El análisis de la Comisión Europea recomienda a España dar otra vuelta de tuerca a la moderación salarial y aumentar la eficiencia en los mercados de bienes y servicios. A ello hay que unir la urgencia de deshacer ciertos nudos gordianos –es el caso de la falta de fluidez de crédito– que atenazan el crecimiento.