El futuro de Ono
El sector europeo de las telecomunicaciones se dirige a una consolidación en la que van a participar, salvo que quieran asumir el riesgo de quedar fuera del mercado, todas las grandes operadoras del continente y muchas extraeuropeas. Es un escenario de futuro relativamente próximo que va paralelo a la estrategia de convergencia en la que se mueve el propio negocio. De esas uniones en forma de fusiones, compras, integraciones, acuerdos estratégicos o cualquiera que sea la modalidad elegida, va a surgir un nuevo marco con tecnologías aún en gestación y servicios innovadores, pero sobre todo con nuevas formas de entender el negocio y la relación con los clientes, sean corporativos o particulares. En ese universo con grandes grupos se mueve un amplio sistema de satélites de mediano y pequeño tamaño que deben encontrar su sitio. Es el caso de Ono, la compañía con origen en los inicios del cable en España que prepara su salida a Bolsa al calor de la buena evolución del mercado mientras se deja querer por potenciales compradores internacionales. Una señal más del interés de la inversión extranjera por España que, además, cuenta con el aval de exitosos precedentes de recientes desembarcos en Bolsa de firmas del sector como la transnacional Altice o su participada francesa Numericable. Ono desea conseguir el mejor precio, algo que encantará sobre todo a los grupos de capital riesgo que la controlan en un 54%. Pero errará como empresa si en sus planes no incluye una estrategia industrial de futuro.