Coca-Cola diseñó un plan de ajuste para cerrar siete plantas
El grupo embotellador Coca Cola Iberia, embotellador de la multinacional Coca-Cola en España, elaboró tres modelos industriales en los que intentó encajar sus necesidades de producción a corto y medio plazo con el objetivo de hacer frente a la continuada caída de consumo que las distintas marcas de Coca-Cola soportan desde hace un lustro.
Los tres modelos les han sido detallado a los representantes sindicales de la plantilla en la documentación depositada por la empresa ante la autoridad laboral para articular un ERE, que afectará a total de 1.250 trabajadores. Dos de esos tres modelos conservaban abierta la fábrica de Madrid.
Pues bien el primero de esos modelos es brutal. Reduce el abastecimiento del mercado español a cuatro fábricas (Barcelona, Madrid, Sevilla y Tenerife), aunque valora incluso la posibilidad de dejarlo en tres. La empresa asegura que sería el que mejores economías de escala generaría, pero no lo descarta por el sin duda severísimo impacto social que tendría en forma de mayores despidos, sino que asegura que “ante incrementos de demanda y tiempos más ajustado de entrega de producto terminado, este mapa sufriría problemas de abastecimiento”. Al tiempo que explica que a medio plazo la capacidad productiva de las plantas sería “insuficiente”.
El segundo modelo, también rechazado, dibuja un mapa de España atendido no en base a número de fábricas, sino que explora la necesidad de líneas de producción mínimas imprescindibles. Como resultado establece que necesitaría entre cuatro o cinco fábricas. Pero también fue rechazado porque “podría absorber la producción a corto plazo. Sin embargo las restricciones en la ampliación de nuevas líneas en las plantas provocaría que ante un crecimiento de la producción no se pudiese servir el producto final en tiempo y forma. Además –continúa– no existiría la posibilidad de lanzar nuevos productos, al no contar con capacidad para generar nuevas líneas de producción”.
Finalmente se decantó por un modelo de siete plantas, definido como de “coste óptimo teórico”, que es el que intenta negociar con los sindicatos. Con él se prefigura un mapa de fábricas dispuestas de forma circular en la periferia de la Península y sin centro –es decir sin la fábrica de Fuenlabrada en Madrid–.
“Con este diseño –explica de nuevo el informe técnico entregado a los representantes sindicales– se podría satisfacer el incremento de la demanda a medio plazo al tener capacidad de producción suficiente y poder ampliar líneas de fabricación.
Todo ello para, como adelantó CincoDías el pasado día 29 de enero, aflorar unos ahorros de costes anuales de 33 millones, de los que 25,4 surgen solo con el cierre de Madrid. La compañía soporta hoy unos costes operativos de fabricación y distribución de 267 millones, que tras el ajuste, despidos y cierres se estima que se mantendrá a corto y medio plazo en 234 millones.
Costes altos pero no pérdidas
Solo dos de las siete empresas embotelladoras que conforman el holding Coca-Cola Iberian Partner arrojó pérdidas durante los 11 primeros meses de 2013. Asturbega, propietaria de la planta de Colloto en Asturias, que se cerrará, perdió en ese periodo 3,3 millones con una facturación de 58,9 millones. Y Norbega, propietaria de la fábrica de Bilbao, perdió 321.000 euros. Todas las demás en mayor o menor medida ganaron dinero.
El informe asegura que son las fábricas de A Coruña, Bilbao, Oviedo, Alicante y Palma de Mallorca las menos eficaces, las que mayores costes soportan. Pero indica que las de Valencia, Barcelona y Bilbao podrían generar, cada una, dos líneas de producción adicionales con las que se absorbería la producción de las fábricas que se cerrarán.
En paralelo, reconoce que debido a sus costes se podría cerrar A Coruña y haber sido cinco las fábricas eliminadas, pero los técnicos sopesan que de hacerlo la zona Noroeste de España, se enfrentaría a serios problemas de desabastecimiento. Por ello no figura en la lista. Finalmente decidieron salvarla.