_
_
_
_
_
Breakingviews
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los bancos podrían ganar con los fondos

Los fondos de inversión están haciendo incursiones en el mercado de los préstamos corporativos. Los Bancos miraban antes a estos préstamos directos como rivales. Pero trabajar con ellos puede ayudar a los bancos a gestionar los riesgos de refinanciación y retener clientes a la vez que se desapalancan.

Los fondos tienen experiencia en el análisis de los riesgos de crédito de las grandes compañías. Pero cada vez más, firmas como M&G, Amundi, Axa y BlueBay prestan directamente a empresas más pequeñas.

Competir directamente con los bancos tradicionales, que se benefician de las garantías gubernamentales implícitas y las redes de sucursales, suena arriesgado. Sin embargo, las sucesivas crisis financieras han dejado a las entidades con la necesidad de reducir el apalancamiento. RBS estima que los bancos han recortado 308.000 millones de euros en préstamos desde 2012.

A diferencia de las entidades, los prestamistas directos no deben cumplir con requisitos de liquidez

Bancos y fondos de inversión deberían ser capaces de convivir. A diferencia de las entidades, los prestamistas directos no tienen que cumplir con requisitos de liquidez o de capital, por lo que pueden ofrecer competitivamente financiación a largo plazo, o asumir las partes de mayor riesgo de los préstamos. Al unir fuerzas, los bancos pueden mantener a los clientes, pero no concluir su balance o capital. Sigue existiendo el riesgo de que los prestamistas directos terminen pareciéndose a bancos en la sombra, pero de momento no están aventurándose en la transformación de los vencimientos.

Sin embargo, la relación debe ser vigilada cuidadosamente. Ambos podrían enfrentarse en el caso de una suspensión de pagos. Estar muy cerca puede ser arriesgado. Los bancos podrían utilizar a los nuevos prestamistas como vertedero de sus peores activos, como hicieron con las obligaciones de deuda garantizadas.

De ahí que la relación entre bancos y entidades no bancarias pueda hacer saltar chispas. Aun así, reguladores como el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, están empezando a tratar a los no bancos como parte de la solución a los problemas de la banca mundial, y no como un problema al que temer.

Archivado En

_
_