Sin barreras en la oficina
Las personas con discapacidad deben franquear muchas barreras para disfrutar del pleno ejercicio de sus derechos. También en el ámbito laboral. Unas son invisibles: vencer los prejuicios que asocian discapacidad a falta de capacidad para trabajar y el desconocimiento de muchas empresas. Y otras son bien visibles y a menudo insalvables. Bordillos, escaleras, accesos estrechos, puertas pesadas… pueden convertir el centro de trabajo en una verdadera carrera de obstáculos.
La nueva Ley General de Discapacidad, de 29 de noviembre de 2013, tiene como uno de sus objetivos eliminar los impedimentos que privan a las personas con discapacidad del pleno ejercicio de sus derechos para garantizar la integración real. Entre estos obstáculos están los que dificultan la accesibilidad, es decir, la utilización de forma autónoma y segura por cualquier persona, con independencia de su capacidad, de los edificios, espacios públicos y servicios.
Para remover las barreras arquitectónicas que impiden la accesibilidad universal en las oficinas y lugares de trabajo, ThyssenKrupp Encasa ha lanzado una campaña que, con el lema Vida en movimiento, proporciona información a las empresas para convertir las oficinas en sitios accesibles para personas que usan silla de ruedas o tienen movilidad reducida, entre otros perfiles. El objetivo es dar a conocer algunos criterios que permitan garantizar unas condiciones básicas de accesibilidad a las oficinas.
“Aunque nuestro negocio son los salvaescaleras, desde ThyssenKrupp Encasa damos un asesoramiento completo. Siempre intentamos dar el mejor servicio y para ello contamos con empresas colaboradoras que son ingenieros, arquitectos y constructoras. También asesoramos sobre legislación”, explica Rocío Viñas, asesora técnica de ThyssenKrupp Encasa. “Muchos de nuestros proyectos son llave en mano, por lo que buscamos colaboradores para llevarlos a cabo. En cualquier caso, no es vinculante”, precisa.
“La incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral no es posible si no se realizan primero acciones para posibilitar la accesibilidad“, destaca Belén Galán
Las oficinas, en concreto, ejercen dos funciones, una de centros de trabajo y otra relacionada con la prestación de servicios. Por ello, es necesaria su adecuación para hacerlas accesibles por todos los trabajadores y usuarios.
En general, los edificios deben disponer de itinerarios accesibles, es decir, que no dificulten el tránsito. Pero no solo la entrada principal ha de ser accesible (sin peldaños), sino también en las parcelas debe haber un itinerario que comunique la vía pública con la entrada principal al edificio y con los espacios exteriores comunes, explican desde ThyssenKrupp Encasa.
Las puertas deben tener una dimensión que permita el paso de sillas de ruedas (0,90 m de anchura por 2,10 m de altura en la de entrada principal) y, además, no deben ser pesadas, para permitir una apertura sin esfuerzo.
Diseño flexible
Asimismo, los edificios deben contar con ascensor desde la planta de entrada hasta las de las oficinas, o salvaescaleras o elevadores en su defecto. Las dimensiones del ascensor deben permitir la entrada de una persona en silla de ruedas y su acompañante, y realizar las maniobras necesarias. Viñas recuerda que el radio de giro de estas debe ser de al menos 1,50 metros.
En cuanto al diseño de los despachos de oficina, este debe ser muy flexible y funcional, con un equipamiento (mobiliario, equipos, herramientas) que pueda ser readaptado según las necesidades. Es muy importante que la distancia entre las mesas de trabajo sea suficiente para facilitar el desplazamiento y la actividad.
Los espacios comunes –como cafetería, sala de descanso, etc.– deben ser amplios, con puertas y pasos de un mínimo de 80 y 1,05 cm, respectivamente. Los aseos también deben ser accesibles. Por último, en el tema de seguridad, el dimensionamiento de todas las salidas de emergencia debe ser acorde a las características de todas las personas.
Si bien así es como se debe adaptar el lugar de trabajo, cumplir todas las especificaciones no siempre es posible. "Cuando se realiza una reforma, es habitual que falte algo de lo que se proyectó, siempre hay algo que no se puede realizar, normalmente por problemas estructurales", lamenta Rocío Viñas.
“La incorporación de personas con discapacidad al mundo laboral no es posible si no se realizan primero acciones para posibilitar la accesibilidad“, destaca Belén Galán, responsable de Marketing de ThyssenKrupp Encasa. “El cambio debe comenzar desde el propio lugar de trabajo”.