España supera a China y ya es el tercer país del mundo que más turistas recibe
En 2008, España perdió la segunda posición como destino turístico más visitado del mundo en favor de EE UU. En 2010 cayó al cuarto lugar en favor de China. Y en cuanto a ingresos, Francia acabó 2012 pisando los talones a la economía española, amenazando la segunda posición que ha mantenido desde que se inició la serie histórica.
Una tendencia a la baja que se va a ver corregida por el año récord que va a vivir el turismo en 2013. Entre enero y noviembre han llegado a los principales destinos turísticos 57,5 millones de visitantes. Si en diciembre se repiten los registros obtenidos en el mismo mes de 2012, la cifra final llegará a los 60,2 millones de turistas; si se mantiene el crecimiento acumulado hasta noviembre (algo bastante previsible por el buen ritmo de entradas en Canarias), la cifra se incrementaría en torno a las 132.000 personas hasta los 60,4 millones de personas. Casi dos millones más de visitas que el anterior récord histórico, alcanzado en 2008.
Un hito que servirá, tal y como ha avanzado el secretario general de la Organización Mundial de Turismo (OMT), Taleb Rifai, para que España le arrebate a China el tercer puesto como destino mundial más visitado. Pero quizá el principal beneficio que va a obtener España es en materia de ingresos. Entre enero y octubre, España ha recaudado 40.100 millones de euros, según los datos de la balanza de pagos que mide el Banco de España. Si esta progresión del 3,3% respecto a 2012 se hubiera mantenido en los dos últimos meses, España cerraría con unos ingresos por turismo que superarían por primera vez los 45.000 millones de euros desde que se inició la serie histórica en 1995.
60,4 millones de turistas extranjeros podría ser el máximo histórico de 2013
Si a este buen momento de los ingresos por turismo se le une el frenazo de los gastos (aquellos que realizan los españoles en sus desplazamientos al extranjero), el resultado de la balanza de pagos turística mostrará, según los cálculos realizados por este periódico, un superávit cercano a los 33.000 millones de euros. Otro máximo histórico que serviría para cubrir un 300% del déficit comercial, que el Ejecutivo calcula que podría cerrar en torno al 1% del PIB. Algo inédito en la serie histórica que mide Economía.
La combinación de unos buenos ingresos por turismo y de la reducción del déficit comercial han traído consigo una corrección sin precedentes del déficit por cuenta corriente, que mide la diferencia entre los ingresos y los gastos de las transacciones de bienes, servicios, rentas y transferencias con el exterior. Este ha sido tradicionalmente elevado por el abultado déficit comercial de España, que carece de producción propia y depende en gran medida de las importaciones. El déficit corriente alcanzó un máximo histórico en 2007, cuando la diferencia negativa entre ingresos y pagos se elevó a 105.266 millones, un 10% del PIB. En ese récord tuvo mucho que ver el déficit comercial, que en ese ejercicio también tocó techo, con 91.116 millones. En 2013, la situación cambiará radicalmente y el superávit corriente podría incluso superar el 1,7% previsto en el cuadro macroeconómico.
La amenaza de la apreciación continuada del euro
En los diez primeros meses de 2013, el déficit comercial, que mide la diferencia entre las ventas y las compras de bienes al exterior, bajó un 56% y se situó en 12.366 millones. Una cifra engañosa, ya que gran parte de ese desfase corresponde a las compras de petróleo y derivados. España tan solo produce el 0,2% de la energía que consume, con lo que tiene que importar el resto. Los cálculos realizados por la Secretaría de Estado de Comercio muestran que sin el efecto de la energía, la balanza comercial de España tendría un superávit cercano a los 23.000 millones de euros.
Por lo tanto, el precio del petróleo es un factor determinante sobre la evolución positiva o negativa de la balanza comercial. Y sobre el crudo, el principal elemento que lo encarece o lo abarata es el cambio entre el euro y el dólar. El barril de Brent, de referencia en Europa, se comercializa en dólares, de tal manera que un euro fuerte abarata significativamente la factura que tienen que afrontar Estado, empresas y particulares para sus compras de energía.
Sin embargo, un euro apreciado constituye una seria amenaza para el sector exterior, sobre el que se sustenta gran parte del cuadro macroeconómico. Para este año, la aportación en 2013 habría sido de 1,9 puntos y será de 1,2 puntos en 2014. Ambas contribuciones servirán para compensar la debilidad de la demanda interna, en tasas negativas.
En el cuadro macroeconómico que acompaña a los Presupuestos Generales del Estado, el Ejecutivo prevé que el euro siga apreciándose con un cambio de 1,34 dólares por euro (un 1,4% más que en 2013). En lo que va de año, el cambio se ha mantenido en 1,36 euros, lo que puede frenar el fuerte crecimiento experimentado el pasado ejercicio.