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Columna
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La deflación, un caso leve por ahora

La tasa de inflación se ha reducido a solo un 0,8% en la zona euro. El anuncio desatará los temores de deflación y las peticiones de más estímulos monetarios. Pero la zona euro está lejos de la deflación económica profunda. Las tendencias de los precios de la zona no son muy diferentes a las de Estados Unidos, donde la inflación está solo 0,4 puntos porcentuales por encima.

La deflación real, una caída sostenida de los precios de consumo, tiene muchos efectos que ayudan poco, especialmente en las economías fuertemente endeudadas. Sin embargo, la zona euro está evitando ese destino por ahora. Los presagios de crecimiento no son grandes, pero sí medianamente alentadores.

La casi deflación de la zona euro, por lo demás, no está lejos de la tendencia del resto del mundo desarrollado. Refleja un crecimiento lento, con un alto desempleo y presión sobre los sueldos. La zona euro tiene más razones para sufrir la baja inflación que Estados Unidos. Las economías europeas más débiles están sufriendo dolorosos ajustes para hacerlas más competitivas. Eso incluye recortes de salarios y precios. El dolor en la periferia hace caer la inflación general de la región.

La baja inflación de la zona euro no está lejos de la tendencia del resto del mundo desarrollado

Las bajadas de salarios principalmente revierten los antiguas subidas en la periferia. Más recortes podrían ayudar, por ejemplo, Italia podría competir mejor con Alemania. Los cambios no salariales –las leyes laborales que hacen que la contratación sea más barata y reduzca la protección a los trabajadores bien pagados– son esenciales. España e Italia han comenzado, pero se necesita más.

Un euro más débil también sería un impulso anti deflación, lo que contribuiría a la competitividad de la zona euro y tendería a empujar al alza los precios. Menores estímulos monetarios en Estados Unidos deberían fortalecer el dólar.

Es una suerte que el caso leve de casi deflación en la zona euro todavía no parezca peligroso, porque no está claro que la política monetaria pueda hacer mucho para ayudar. El súper estímulo de la Reserva Federal no ha servido mucho para estimular los precios. En cuanto a la zona euro, necesita reformas estructurales, no más dinero tirando de la cuerda.

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