Las renovables, menos caras de lo que parecen
El sector evitó la importación de 13 millones de toneladas de petróleo, un ahorro de 2.429 millones de euros
Las primas que recibieron las renovables en 2012 ascendieron a 6.136 millones de euros, con la fotovoltaica a la cabeza de esas ayudas, seguida por la eólica, la termoeléctrica, la biomasa y la minihidráulica. En total, las energías limpias recibieron un 22% más de ayudas económicas respecto a 2011, según arroja la Asociación de Productores de Energías Renovables en su estudio del impacto macroeconómico de las energías renovables en España, publicado esta semana.
En este documento, las energías limpias se defienden de la acusación de ser las principales responsables del déficit de tarifa, la colosal deuda acumulada del Estado a las compañías eléctricas (26.000 millones de euros). Su cálculo es que, mientras este sector recibió 6.136 millones de euros en ayudas, su presencia en el mercado supuso un abaratamiento del precio en el mercado mayorista de electricidad de 4.056 millones, es decir, que el sobrecoste de las tecnologías limpias es de 2.080 millones. Así, “las renovables no solo no han sido las causantes del déficit, sino que lo han reducido”, según la organización.
El ahorro se explica, según APPA, por el propio funcionamiento del mercado mayorista, al pagar la generación de electricidad a la cotización de la última unidad casada en el mercado, es decir, el precio más alto. De esta forma, “la existencia de la generación a partir de fuentes renovables, que ofertan su energía a precio cero, da como resultado la fijación de precios marginales más bajos”. Así, “es evidente que las energías renovables en régimen especial reducen el coste de la energía en el mercado diario”, concluye el documento.
El estudio también muestra que el pago de impuestos por el sector entre 2005 y 2012 “ha sido siempre superior a las subvenciones recibidas”. En 2012 las empresas renovables pagaron 580 millones de euros en diversos tributos y “solo recibieron subvenciones por valor de 11 millones”.
El estudio aborda, asimismo, el esfuerzo del sector dedicado a innovación y desarrollo. En total, las empresas españolas de renovables dedicaron más de 313 millones de euros a actividades relacionadas con I+D, un 4,23% de su contribución total al PIB en 2012, mientras la media de la economía española se situó en el 1,30% ese mismo año.
Al evitar importaciones de combustibles fósiles y sustituir la electricidad producida con gas natural, carbón y fuel, “no solo se reduce la dependencia energética, sino que se genera un importante ahorro económico en las importaciones de estos combustibles”. En este sentido, las renovables evitaron la importación de más de 13 millones de toneladas equivalentes de petróleo en 2012, con un ahorro equivalente de 2.429 millones de euros.
La importación de combustibles fósiles en 2012 representó un déficit energético en la balanza comercial de 45.504 millones de euros, mientras el saldo de la balanza comercial de bienes y servicios no energéticos fue positivo por primera vez el año pasado desde 2005, con un excedente de 14.746 millones. Esto demuestra, según APPA, “que el principal problema que presenta nuestro modelo energético es la altísima dependencia del exterior”, que en 2012 alcanzó el 70,8%.
La biomasa y la energía marina crean empleo
La industria perdió 8.618 empleos entre 2011 y 2012, hasta quedarse en 113.899 puestos de trabajo, “el peor nivel de los últimos cinco años”, reconoce el estudio. El 22% de esa destrucción de empleo son puestos de trabajo directos y el 78%, empleos indirectos, que el documento atribuye a la paralización de la actividad industrial.
La termoeléctrica y la eólica se llevan la peor parte de la destrucción de empleos en 2012, con la pérdida de 5.973 puestos la primera y 3.811 trabajos la segunda. Sin embargo, la biomasa y la marina pusieron en 2012 la nota positiva. Fueron las dos únicas tecnologías renovables que crearon empleo, con 13 y 6 nuevos puestos, respectivamente.
La termoeléctrica vivió en 2012 un año paradójico. Mientras acompañó a la biomasa y la tecnología marina en la creación de empleo directo, aportó la mayor destrucción de puestos de trabajo indirectos, seguida de la eólica. La mayor disminución porcentual se registró en los biocarburantes, cuyas plantas siguen prácticamente paradas, mientras que la única tecnología que creó empleo indirecto en 2012 fue la biomasa eléctrica. La convencional, utilizada para uso térmico, vive un momento de bonanza por el crecimiento de las ventas de estufas.