_
_
_
_
Breakingviews
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Una salida que perjudicará a Draghi

Mario Draghi ha sufrido daños colaterales con la formación del nuevo gobierno alemán. El presidente del Banco Central Europeo pierde a uno de sus aliados más cercanos en el consejo de gobierno de la institución: Jörg Asmussen se convertirá en ministro en el gobierno de coalición de la canciller Angela Merkel.

Es difícil sobrevalorar la importancia del papel de Asmussen en el BCE desde que se incorporó en enero de 2012. Él fue la conexión crucial entre el presidente del BCE y la canciller, cuando amplios sectores de la opinión alemana se volvieron hostiles hacia la política monetaria acomodaticia del banco central. Asmussen apoyó el cambio en la política de Draghi cuando el jefe del BCE anunció en el verano de 2012 que haría “lo que sea necesario” para preservar el euro.

Incluso con Asmussen para defenderlo, Draghi se convirtió en el objetivo de desagradables campañas en Alemania, dando a entender que su pasaporte italiano no es el más adecuado para un jefe del banco central. En los últimos meses Draghi ha sonado más cauto, consciente de la creciente oposición alemana a la mera perspectiva de una mayor flexibilización.

Asmussen fue la conexión crucial entre el presidente del BCE y la canciller Angela Merkel

Su trabajo será más difícil, sea quien sea el alemán elegido para reemplazar a Asmussen. Draghi debe demostrar que es tan independiente de los titulares de los tabloides alemanes como él quiere que el BCE lo sea de los gobiernos. Pero siempre sensible a los vientos políticos, pueden que sea más reacio a llevar al banco central al territorio desconocido que puede que tenga que explorar para hacer que el BCE cumpla con su mandato –mantener la inflación en el “por debajo pero cerca” del 2%–. Esto podría incluir la compra de activos, tipos de interés negativos o un impulso de liquidez específicos.

Las dudas aumentan el riesgo de una debilitante deflación y del malestar mercado. Lástima que la próxima persona designada por Merkel para el consejo puede no ser el aliado que Draghi necesita para dar a su “lo que sea necesario” un significado lógico completo.

Archivado En

_
_