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Abrocharse el cinturón es vital, pero no basta

España se enfrenta al reto de reducir al mínimo los accidentes de tráfico con un mercado de vehículos envejecido y recortes en la inversión en conservación de carreteras

En las próximas semanas, millones de familias se desplazarán por las carreteras nacionales para celebrar las fiestas de fin de año en sus respectivos pueblos y ciudades.

Y aunque en diciembre no suelen producirse tantos accidentes como en junio, agosto o septiembre, es importante extremar las precauciones.

Durante el operativo especial de tráfico del año pasado fallecieron 54 personas, cuatro menos que en 2011. Y si bien la tendencia es descendente (en las Navidades de 1994 murieron 217 personas y en las de 2004, 190), el verdadero triunfo será que este número llegue algún día a cero, y no solo en estas fechas.

La Unión Europea aspira a que sus países miembros se acerquen a este ambicioso objetivo para el conjunto del año en 2050.

España no parece mal encaminada. La seguridad vial ha mejorado mucho en los últimos 24 años. Desde 1989, cuando se notificaron 9.344 víctimas mortales, el máximo de la serie histórica, el número ha ido disminuyendo hasta alcanzar el mínimo de 1.903 en 2012.

La seguridad vial ha mejorado mucho, pero la crisis puede echar a perder lo avanzado

Pero como bien decía Francisco Valencia, director de gobierno corporativo de la aseguradora Línea Directa, durante una mesa redonda sobre el tema, aunque la situación haya mejorado, “sigue siendo inaceptable que continúen falleciendo personas en accidentes de tráfico”.

La crisis, además, puede llevarse por delante buena parte de lo avanzado. El parque de coches envejece y el presupuesto para conservación de carreteras se ha reducido drásticamente, factores ambos que influyen en la seguridad de conductores y peatones.

En este contexto, ¿qué se puede hacer para reducir a cero los accidentes de tráfico?

En la mesa redonda organizada por Línea Directa, María Seguí, directora general de Tráfico, sostenía que el conductor debe actualizar sus conocimientos e informarse rigurosamente sobre cuáles son las vías más seguras.

Pocos días después anunció que la DGT estaba estudiando someter a los más veteranos a un examen de revalidación del carné, ya que la víctima-tipo es una persona de 40 años que lleva 20 conduciendo.

Sin embargo, el Ministerio del Interior ha desmentido tajantemente esa posibilidad.

En la conferencia, Seguí identificaba dos colectivos: uno muy minoritario, pero de gran riesgo, personas que conducen ebrias o drogadas; y otro mayoritario, gente que conduce en condiciones normales, pero un mal día se confía y toma una decisión imprudente como, por ejemplo, no sentar al niño en la silla infantil o no abrocharse el cinturón de seguridad porque se va a la esquina.

“Son esos pequeños riesgos los que acumulados nos llevan a esos 1.900 muertos”, advertía. Por eso, justificó que sea sobre este segundo colectivo que la DGT venga concentrando sus esfuerzos.

Las cifras

1.903 personas fallecieron en accidentes de tráfico en 2012, un 8% menos que el año anterior.

39% de los siniestros se debió a la distracción del conductor, producida sobre todo por el uso del teléfono móvil.

Pero Jacobo Díaz, presidente de la Federación Europea de Carreteras, cuestionó que el debate se centre siempre en el ciudadano, cuando este ha mejorado mucho sus hábitos, empezando por ponerse el cinturón de seguridad, incluso en los taxis, algo que hace unos años parecía implanteable.

Díaz propuso quitar al ciudadano del foco de las estrategias y facilitarle la toma de decisiones para que no cometa errores, mejorando el diseño de las infraestructuras y la señalización. En ese sentido, criticó el recorte de la inversión en la conservación de carreteras.

Si bien el presupuesto para esta partida aumentará en 2014 de 750 a 818 millones de euros, supone una caída frente a los 1.320 millones de pico que alcanzó en 2009. Pero incluso si se mantuvieran los niveles anteriores, la cifra seguiría estando muy por debajo de los 3.500 millones que los ingenieros estiman que se necesita como mínimo para garantizar el buen estado de las autovías.

“Hemos creado una infraestructura con un estándar de calidad muy alto y no hemos construido un paquete económico de conservación adecuado a ese nuevo estándar. Queremos mantener carreteras de alta capacidad con presupuestos con los que se conservaban carreteras convencionales”, alertó Díaz.

El problema, ahondó, es que la pérdida de calidad de una infraestructura no es lineal: “El euro que no inviertes hoy no puedes invertirlo mañana, porque mañana van a ser cuatro, y pasado, 16. Entonces, cuando queramos conservar tendremos que reconstruir y en ese momento no va a haber dinero para eso”.

El experto advirtió que esta situación se agravará cuando el tráfico de vehículos pesados se recupere o se repita un invierno duro como el del año pasado.

Otro aspecto que preocupa a los especialistas es el envejecimiento del parque automotor a causa de la crisis. De acuerdo con la consultora Audatex, un automóvil de 10 años de antigüedad duplica el riesgo de sufrir accidentes.

En España, por desgracia, el 50% de los coches en circulación tiene una media de 9 años, lo que hace del mercado español el más viejo de Europa después de Grecia, según la asociación de vendedores de vehículos Ganvam.

Para impulsar la renovación del parque, Ganvam propone mantener el plan PIVE de ayudas a la compra, que en sus tres primeras ediciones retiró más de 70.000 coches con una media de 16 años, y hacerlo extensivo a los vehículos de ocasión de hasta cinco años.

Además, sugiere impulsar el renting entre particulares, permitiendo que las cuotas mensuales puedan desgravarse del IRPF.

Por su parte, Juan Luis de Miguel, subdirector del Centro Zaragoza de Investigación de Vehículos, propone estimular la demanda de sistemas de seguridad activa, como los AEB, que cuando detectan un obstáculo, avisan al conductor para que trate de evitarlo y, si aún así no lo hace, el freno se activa de forma automática.

“La mayoría de estos sistemas son opcionales y los compradores no los piden porque no los conocen. A menudo, los vendedores tampoco”, dice.

Si bien suponen un sobreprecio de entre 300 y 2.000 euros dependiendo del modelo y la gama, muestran una reducción en los ratios de siniestralidad “muy prometedores”, por lo que se trata –afirma– de una inversión que está “bien justificada”.

Una cuarta parte de las señales tiene su fecha de reposición cumplida

Enrique López-Fando, responsable de la división de sistemas de seguridad de 3M Traffic, coincide en que el deterioro de la infraestructura viaria en España es “claro y evidente”. En los estudios que sobre ella realiza la Asociación Española de Carreteras, el estado de señalización vertical suspende continuamente desde 2001 y el de la horizontal lo hizo en el estudio de 2012.

“El estado de la señalización no es el único responsable de la siniestralidad porque en ella siempre confluyen más de una causa, pero es obvio que una carretera mal señalizada o con sus señales en mal estado incrementa el riesgo”, sostiene. Así, por ejemplo, advierte que una cuarta parte de las señales de código tienen su fecha de reposición recomendada cumplida.

“Curiosamente, España es uno de los países líderes en infraestructuras viarias y donde se han desarrollado sistemas de auscultación dinámicos que permiten conocer de forma fiable el estado de la señalización. Usar estos sistemas para poder conocer con evidencias técnicas, el lamentable estado de la misma, permitirá a la Administración realizar una planificación realista y adecuada del reemplazo de señales”, dice.

3M acaba de inaugurar en Madrid su Centro de Innovación para España y Portugal, el cual cuenta con una sala que recrea condiciones reales de tráfico mediante el control de luz y distancias.

Recomendaciones

En Navidades, muchas familias viajan con niños. A ellas, Hella, compañía experta en iluminación, recomienda seguir unas pautas muy sencillas.

• Al comprar la sillita infantil, tenga en cuenta el peso y altura del niño estando sentado, así como si esta queda firme y segura.

• No coloque la silla en el asiento del copiloto, aún desactivando el airbag frontal, ya que en caso de accidente, hay grave riesgo de impacto de la cabeza del niño contra el salpicadero.

• Comprobar que la cabeza del niño no sobresalga del respaldo de la sillita. En ese caso, usar un sistema de retención superior adaptado a su talla y a su peso o el cinturón de seguridad para adultos.

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