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Contante y sonante

Ahora es Latinoamérica la que invierte en España

En la década de los noventa la banca española decidió apostar por Latinoamérica. Sus principales inversiones allí siguen dado sus frutos. México y Brasil, sobre todo, se han convertido en las principales fuentes de ingresos para BBVA y Santander. Pero la presencia de la banca española en América Latina es más amplia. Incluso Mapfre ha depositado en América su proyección de crecimiento.

 Cuando Santander y BBVA apostaron por esta región la banca estadounidense y europea estaban de retirada. Su aventura latinoamericana no logró los resultados esperados y decidieron salir de aquellos mercados, momento que fue aprovechado por las firmas españolas.

Unos 20 años después se ha invertido la tendencia. La banca, fondos o inversores latinoamericanos han proyectado entrar en el mercado financiero español por la puerta grande, convirtiéndose en accionistas de referencia. Las principales fortunas mexicanas, colombianas o venezolanas, entre otras, han iniciado su propia aventura española. Han aprovechado la crisis económica y financiera del país para desembarcar en España como lo hicieron hace dos décadas los bancos españoles.

En los últimos meses los accionistas de referencia de Banco Sabadell han pasado de ser catalanes a ser latinoamericanos. El multimillonario colombiano Jaime Gilinski junto al mexicano David Fernández, han adquirido el 5% cada uno del grupo que preside Josep Oliu. Su participación está muy alejada de la del resto de los inversores del grupo de origen catalán. Dos años antes, uno de los hombres más ricos del mundo, el también mexicano Carlos Slim, apostó en el capital de Caixabank, aunque su inversión era más testimonial que estratégica. Su experiencia le sirvió para adquirir un paquete de oficinas de La Caixa.

En 2011 Pemex también realizó una importante inversión en el mercado español. Compró el 4,6% de Repsol por unos 1.000 millones, con lo que suma ya casi el 10%.

El verano pasado Fibra Uno, la mayor gestora de fondos inmobiliarios de México, compró los autobuses Avanza. También ha adquirido una red de sucursales de Banco Sabadell.

La venezolana Banesco quiere que el mercado español sea su principal fuente de negocio

Pero el cruce de venta y compras entre firmas españolas y latinoamericanas aumentan día a día. Es el momento de las oportunidades, el black friday de las finanzas.

La filial estadounidense de Bankia, City National Bank of Florida, fue adquirida hace unos meses por el chileno Banco de Crédito e Inversiones, el primero del país. Más recientemente, BBVA vendió su filial en Panamá también a un banco colombiano. La operación, que pone fin a la ya casi histórica presencia del banco que preside Francisco González en ese país centroamericano, está aún pendiente de que BBVA saque sus muebles de una de las más emblemáticas torres de Panamá, que mantiene sin alterar la marca del banco español en lo alto del edificio.

Ahora se cumple un año desde que el entonces desconocido Banesco, firma venezolana cuyo principal accionista y cúpula directiva tienen origen español, decidió comprar el banco más antiguo de España, el gallego Banco Etcheverría. Hace solo 12 meses esta era una pequeña entidad financiera que era más conocida por su antigüedad que por su presencia en el mercado nacional. Apenas tenía unas 50 oficinas en su territorio regional. Hoy ya tiene 117 y cuenta con un ambicioso plan de expansión.

La apuesta de Banesco por España es tan fuerte, o eso parece, que está decidido a convertir este mercado en su principal fuente de negocio. Banesco, cuyo presidente Juan Carlos Escotet tiene el 80% del capital, suma activos por unos 27.000 millones de euros. Su tamaño, no obstante, no ha sido un freno para decidirse a presentar una oferta competitiva por Novagalicia, cuyos activos suman más de 50.000 millones, cifra que debe reducir hasta alrededor de los 30.000 millones de euros por imperativo de Bruselas tras haber recibido unos 9.000 millones en ayudas públicas.

Esta firma venezolana cuenta con una ventaja sobre otras firmas extranjeras. La sede de su holding está en España desde 2006, por lo que no solo conoce, sino que debe aplicar la legislación bancaria española desde entonces.

Empleo y crédito son sus credenciales para Novagalicia. Banesco, además, es fruto de 14 fusiones producidas en los últimos 15 años. Uno de sus principales directivos, Pedro López, de origen gallego, compara la estrategia de la firma venezolana con Banco Sabadell. “No estamos haciendo nada que no haya hecho ya Sabadell. No inventamos nada”, asegura. Pero si no gana la subasta Banesco tiene previsto iniciar una importante expansión por medio de Etcheverría, con la apertura de oficinas y compra de redes, sobre todo en Galicia, donde espera que, de no ser el ganador, el adjudicatario venda sucursales que serán adquiridas por la marca venezolana.

Una curiosidad: Banesco no puede utilizar esta marca en España hasta dentro de 10 años por la similitud que tiene con el ya desaparecido Banesto, absorbido por Santander.

Referente español

Eso sí. Banesco, como ocurre con el resto de los bancos de capital latinoamericano que ahora comienzan a florecer, aseguran que su estrategia solo tiene una guía, la española. Todos reconocen que la incursión en Latinoamérica en la banca española ha acelerado la aún incipiente bancarización de la población de esta región (en Venezuela solo el 30% de la población está bancarizada). Además, reconocen que las entidades españolas han sido sus referentes.

Y una de las cosas que más admiran e imitan es el hecho de que la banca española ha colocado al frente a algunos de sus hombres de confianza, pero el resto del personal de la cúpula es autóctono. “Mantienen el talento del país en el que operan”, reconoce otro directivo. “La banca no viaja bien. Por eso hemos optado por tomar ejemplo de la banca española en Latinoamérica. Preferimos el talento local”, reconoce el responsable de Banesco en Panamá, Jorge Salas.

El FROB principal accionista de Novagalicia, mientras, tiene previsto ingresar alrededor de 1.500 millones de euros por esta venta, pero, de momento, la banca no tiene intención de poner precio. Los bancos dispuestos a presentar oferta vinculante el lunes 16 de diciembre parece que consideran que Novagalicia apenas tiene valor. Las minusvalías de sus participadas superan a las plusvalías, además, una parte de sus refinanciaciones y de sus créditos están enredados en otras sociedades. A lo que se suman las previsibles indemnizaciones que habrá que abonar a Aviva o Caser, aseguradoras del grupo que han creado sociedades para trabajar conjuntamente con el banco y con otros sectores. Ello, unido a una cartera crediticia un poco extraña, ha provocado entre la banca interesada en Novagalicia cierta angustia que ha derivado en la petición de esquemas de protección de activos (EPA) y activos fiscales diferidos (en Caracas).

Al parecer el Banco de España tiene una hoja de ruta diferente a la del FROB. Mientras que la institución que preside Luis María Linde busca la viabilidad de Novagalicia, el FROB intenta recuperar el mayor volumen de dinero con la venta. El Banco de España prefiere hablar del día después, o lo que es lo mismo, de su futuro más inmediato, la viabilidad del proyecto. El FROB pretende que la sangría de fondos públicos inyectados en la entidad gallega no revuelva más al contribuyente si la firma se vende, como el resto, por un euro, y con grandes dosis de dinero público, por si acaso florece más morosidad oculta.

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