“El clima no es solo reducir emisiones, sino crear mercado”
En 2010 dimitió como jefe de la ONU para cambio climático por la lentitud con la que avanzaba la negociación internacional para reducir emisiones
El holandés Yvo de Boer (Nacido en Viena en 1954) es uno de los mayores conocedores de la política internacional sobre cambio climático. Dirigió hasta 2010 las negociaciones internacionales del clima como jefe de la ONU y antes ayudó en la preparación de la posición de la UE previa a las negociaciones del Protocolo de Kioto.
Pregunta. ¿Cree que algún día se alcanzará un acuerdo internacional vinculante sobre emisiones?
respuesta. Depende de lo que se entienda por vinculante. Creo que se puede esperar un tratado donde los Gobiernos tengan sus compromisos y estos se conviertan en ley en sus países. En ese sentido sí creo que es posible.
No hay suficiente liderazgo político. en las negociaciones para la reducciónde emisiones. Gobierno quiere decir gobernar,marcar unadirección”
P. Pero llevan años intentando alcanzar un compromiso común.
R. El problema es que los países que negocian no confían en los demás países negociadores. Si todo el mundo pone sus objetivos en el tratado, y todos pueden ver lo que los demás están dispuestos a hacer, y si hacen aquello a lo que se comprometieron. Si solo tienes acuerdos regionales, es mucho más complicado desde el punto de vista de la competitividad, así que creo que está en el interés económico de los países alcanzar un acuerdo único.
P. ¿Sigue siendo la ONU un marco válido para los países negociadores?
R. Creo que sí. A ver, es muy complicado, ya lo vemos; se han reunido veinte veces y todavía no han alcanzado un resultado, pero la ventaja de Naciones Unidas es que une a todos los países desde un punto de vista competitivo. El clima no es solo reducir emisiones, también es ayudar a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático, movilizar tecnología, crear mercado, es bastante complejo. Por ello es bueno tener a la ONU.
P. China ha superado a los países industrializados en contaminación. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar los emergentes en la reducción de emisiones?
R. Un país como China ya reconoce que está en su interés actuar sobre el cambio climático. En muchas ciudades no puedes respirar, el agua está tan contaminada que no se puede beber ni tampoco usarla para la agricultura en muchos lugares. China ha entendido que tiene que cambiar su modelo económico. Hace diez años muchos países en desarrollo decían “el cambio climático ha sido causado por el Oeste, que lo arreglen ellos, no es nuestro problema, y si queréis que hagamos algo, tenéis que pagar”. Esta situación ha empezado a cambiar.
P. En 2010 dimitió como jefe de la ONU para cambio climático. ¿Estaba decepcionado?
R. Sí, estaba decepcionado, pensaba que el proceso iba demasiado despacio, aún lo creo. No hay suficiente liderazgo político en las negociaciones. Pero no me fui porque estuviera frustrado, sino porque quería hacer algo diferente, lo cual creo que es algo sano en la vida.
P. ¿Las empresas están dispuestas a incluir el medio ambiente en su negocio?
R. En diciembre presentaremos un informe que hemos realizado sobre 4.100 empresas de todo el mundo. Queríamos saber si la sostenibilidad forma parte de su estrategia o si es solo una cuestión de imagen. Lo que hemos visto es que cada vez más compañías están integrando la sostenibilidad en su estrategia por tres razones: crear nuevos productos y servicios, para reducir costes y para aumentar el valor de su marca. Si una fábrica en Bangladesh colapsa, es malo para la reputación. Si eres una empresa minera y tienes muchos conflictos con la comunidad local, tampoco es bueno para tu reputación.
P. La crisis económica en Europa está empujando a los Gobierno a revisar sus objetivos medioambientales.
R. En Europa hay dos corrientes ahora mismo. Una dice que la energía es muy cara, la economía europea no está bien, no es el momento de fijarnos en el cambio climático, sino en la energía barata. La otra dice: necesitamos cambiar la dirección de la economía, hacerla más inteligente, y los precios de la energía están lejos de hacer que la gente esté al tanto de lo que cuestan las cosas.
P. ¿Están dando los Gobiernos una dirección clara a las empresas?
R. No, por el momento no. Lo vemos en España, con el cambio del Gobierno sobre las energías renovables. Si una empresa no sabe hacia dónde va la política, tener ambición se convierte en algo peligroso. La palabra Gobierno significa dar una dirección.