Báñez calcula que los ingresos cubrirán el gasto en pensiones en 2016
La oposición pide la retirada de la reforma de las pensiones El PP tumba todas las enmiendas en el Congreso
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, dibujó ayer ante todos los grupos de la oposición parlamentaria un futuro sombrío para el sistema público de pensiones si no se lleva a cabo una pronta reforma en línea con la propuesta por el Gobierno. Así defendió ayer el texto del anteproyecto de ley de esta reforma en el Congreso de los Diputados ante los grupos parlamentarios de la oposición, quienes pidieron en bloque su retirada, a través de enmiendas a la totalidad
La mayoría absoluta del PP en la Cámara Baja impidió que estas enmiendas a la totalidad salieran adelante. Según la defensa que hizo Báñez de la propuesta del Gobierno, el futuro de las pensiones queda garantizado con el texto diseñado por el Ejecutivo. Aunque intentó mitigar el rechazo de toda la oposición reiterando que buscará el consenso y el acuerdo “hasta el final”. Pero solo “con aquellos que quieran trabajar en favor del interés común”.
En ese sentido, lanzó un llamamiento a los grupos parlamentarios para dejar a un lado “negacionismos”, llevar a cabo un debate “leal” y “no partidista”, y acordar mecanismos que garanticen que “permanezca a flote”.
La ministra de Empleo admitió que la reforma de las pensiones de 2011 partía de un análisis de la situación certero, “pero equivocado en las magnitudes”. Aquella reforma, recordó, esperaba que el sistema entrara en déficit en 2018, pero ya entonces estaba “latente” dicho desequilibrio. Por el contrario, el conjunto de la Seguridad Social acumulará solo entre 2012 y 2016 un déficit de hasta 47.000 millones, según ha dicho, por lo que “la realidad se ha impuesto con rotundidad y ha llegado el momento de ser honestos con las magnitudes”, ha añadido.
De ahí la urgencia de la reforma propuesta. Y añadió que mientras el gasto en prestaciones contributivas no dejará de incrementarse, hasta un 76% en 10 años, el “combustible”, esto es, los ingresos por cotizaciones, previsiblemente no permitirán sanearlo hasta 2016. Si bien, según el programa de Estabilidad, ese año, el conjunto de las administraciones de Seguridad Social tendrán un déficit del 0,5% del PIB.
En cualquier caso insistió en que no se puede dejar pasar el tiempo, mientras se hacen declaraciones grandilocuentes. “Podemos debatir sobre todo lo que ustedes quieran, pero no sobre los datos oficiales”, añadió. Con esta reforma, continuó, “el barco no se hundirá, permanecerá siempre a flote”.
Báñez se defendió de las críticas que apuntan a que la reforma se traducirá en pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas. A este respecto repitió, una vez más, que la ley garantizará que las prestaciones no se congelen “gobierne quien gobierne” y que la prosperidad se repartirá primero entre los pensionistas, a los que se les subirá un mínimo anual del 0,25% y un máximo del IPC más 0,25%. Pero si la subida es inferior a la inflación de ese año, los pensionistas perderán poder de compra.
Una ley con futuro incierto
El PSOE y CiU volvieron a asegurar ayer que si el PP dejara de gobernar, la reforma de pensiones será derogada, porque no ha sido consensuada ni con las fuerzas políticas ni con los agentes sociales y empobrecerá a los pensionistas.
Así, el portavoz de Economía del PSOE, Valeriano Gómez, indicó que si el PSOE vuelve a gobernar, “porque va a volver a gobernar”, enfatizó, derogará la ley y planteará un mecanismo que no permita que se separe la actualización de las pensiones del nivel de precios. Con lo que se volverá a la situación actual de revalorización de las prestaciones en función del IPC.
En la misma línea el portavoz de Trabajo de CiU, Carles Campuzano, dijo que “en una nueva conformación de mayorías la reforma será revertida”. A su juicio, es una medida que va a perjudicar a los pensionistas porque van a ser “más pobres” en los próximos años, y por ello reclaman la retirada del proyecto de ley.
Los responsables de pensiones de CC OO y UGT que ayer se entrevistaron con algunos grupos parlamentarios, también volvieron a pedir la retirada de la reforma.