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Tribuna
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Presupuestos...sin modelo de crecimiento

Los presupuestos para 2014 nos encuentran analizando treinta estudios sobre previsiones. Empresas y familias toman decisiones sobre sus cuentas, en función de expectativas que les infundan confianza. El Gobierno ha anunciado unos presupuestos, apoyado en un leve crecimiento económico. Es una declaración de que la recesión ha terminado, aunque con matices: el presidente ha dejado claro que la recesión se acaba, pero la crisis continúa, y el ministro de Economía ha verbalizado que la salida de la recesión es técnica. Sencillamente, equivale a decir que, aunque los números sean positivos, la ciudadanía apenas notará la mejoría.

Evitaremos la tentación de abrumar con datos. El Gobierno fía sus presupuestos a la mejora de la actividad, que cuantifica en el 0,7% (PIB). Ansiamos se cumpla. 2013, en cambio, cerrará en negativo, con el -1,3% y una tasa de paro del 26,6% –que ya anticipamos en febrero de 2012, cuando se aprobó la Reforma Laboral–, que bajará al 25,9% en 2014. El Ejecutivo manifiesta confianza en sus números. Somos partidarios de hacer solo afirmaciones fundadas en cifras: el Gobierno ha expresado certidumbre en sus afirmaciones, y contundencia en el tono, con abundancia de datos. Pudiere pensarse que se trata de presupuestos elaborados por técnicos y no por políticos. Llama la atención la coherencia de estos presupuestos con los de 2013; también con las previsiones revisadas junto con el plan de reformas del pasado 26 de abril. De hecho, la vicepresidenta ha destacado que se mantienen “la contención”, “las reformas” y “los esfuerzos de los ciudadanos”. Son unos presupuestos que Soraya Sáenz de Santamaría, ha calificado de “responsables y realistas” y que suponen una constante búsqueda de equilibrios, muchas veces entre extremos opuestos.

Equilibrios: El Gobierno elabora unos presupuestos “para crecer”, pero lo hace desde los recortes (13.000 millones). El mayor crecimiento económico permitiría, en cambio, elevar el “techo de gasto (+2,7%) hasta los 133.259 millones. La salida de la recesión, afirmó Luis De Guindos, será “según criterios técnicos”, pero a lo largo del año que viene dejará de destruirse empleo, y “en términos EPA, habrá tasa de creación de empleo neta”: eso sí, reconociendo una moderada caída de la población activa.

Un dato positivo es la reducción del endeudamiento neto con el exterior (50.000 millones). Y, aunque el ministro de Hacienda haya puesto énfasis en que la mayoría del gasto estará dirigido a las obligaciones del estado del bienestar (pensiones y prestaciones por desempleo), lo cierto es que nos hubiera gustado ver también un fuerte foco en políticas incentivadoras del crecimiento. El gasto ministerial (34.584 millones) se reducirá el 4,7%, destacando, por este orden, Sanidad (-22,6%), Industria (-21,3%), Fomento (-17,6%) y Educación (-17,2%). Se incrementa la inversión en I+D, el 1,3%. Obama dedicó el 10% de su paquete de estímulo a inversión tecnológica en las empresas, por contraste.

Otra buena noticia es que baja (-5,2%) el pago de los intereses de la deuda (36.590 millones, 27,4% del gasto, que ascenderá a 132.259 millones). Al menos, mejora la capacidad de financiación de España. La siguiente partida del gasto se dedica a aportaciones a la Seguridad Social, transferencias al SPEE (antiguo INEM) y a la CNMC, con 31.752 millones (23,82% del gasto). Aumenta la previsión de recaudación tributaria (+1,1%; 179.750 millones), gracias a la mejora de la actividad económica, al tiempo que no habrá más subidas de impuestos; el compromiso es bajarlos, “como las bonificaciones de la Ley de Emprendedores”. Una de cal y otra de arena, de nuevo: el sector exterior aportará al crecimiento (+1,2%), gracias a las exportaciones (+5,5%): la mejora de la posición competitiva española frente al exterior, permitiría alcanzar superávit (+3,4%). En cambio, la demanda interna seguirá lastrando el crecimiento el 0,4%, debido a la construcción, y el retroceso del consumo público (-2,9%). Los objetivos de déficit se mantienen: 6,5%, este año, y 5,8% en 2014. Para el Gobierno, 2014 es un punto de inflexión “en crecimiento, empleo, exportaciones e inversiones”. Querríamos saber cómo será posible y si será sostenible. Creemos en los modelos productivos y en el fortalecimiento de la industria. La primera ministra de Israel, Golda Meir, decía que la queja de los judíos con Moisés era que “tras 40 años en el desierto, nos trajo al único lugar de Oriente Medio sin petróleo”. Israel apostó por las TIC, donde no tiene nada que envidiar a EE UU.

Jorge Díaz Cardiel es Socio Director de ADVICE Strategic Consultants; autor de ‘Éxito con o sin crisis’ y ‘La Reinvención de Obama’

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