Las empresas compiten mejor si son más grandes
El tamaño importa cuando tiene que ver con la capacidad industrial y la competitividad de las empresas. Así, en la presentación del informe Claves para la competitividad de la industria española, realizado por la consultora PwC y patrocinado por Siemens, la presidenta de la multinacional en España, Rosa García, ha señalado que uno de los obstáculos de las empresas españolas para incrementar su actividad industrial es su pequeño tamaño. “Hay que potenciar que las empresas crezcan de pequeñas a medianas porque las medianas exportan mejor, comercian mejor y tienen mejores posibilidades de financiación”, aseguró.
La presidenta de Siemens España afirmó que “para salir de la crisis lo que este país necesita es más y mejor industria”, como demuestra el hecho de que los países que mejor han resistido la situación económica son aquellos que basan su economía en este sector, nombrando en su discurso a Alemania, Japón, Estados Unidos y Reino Unido. García apuntaló el argumento del tamaño de las empresas con el hecho de que en Alemania hay “más de 14.000 empresas de más de 250 trabajadores mientras que en España sólo hay 2.600”, detalló.
García apostó también, al igual que la del informe, por un acceso a una energía barata, con “certidumbre” sobre “cuánto va a costar en los próximos años”, y la inversión en investigación. A esto añade una mejora de la productividad de los empleados, que, a su juicio, debe alcanzarse a través de la formación y la mejora de las tecnologías, porque “los reajustes salariales no son la solución definitiva”.
En este sentido, el informe afirma que una mejora en la competitividad de la industria española, particularmente a través de la productividad de los empleados y la inversión en investigación y desarrollo, incrementaría en un 2,3% el producto interior bruto (PIB) español. El informe identifica los factores que lastran la industria española, en comparación con la de los países de su entorno, y define las “claves” para mejorar su competitividad.
Así, el documento concluye que una mejora de la productividad de los empleados se traduciría en un aumento de la actividad industrial del 1,13% y que un impulso en la inversión de investigación y desarrollo, en un 1,17%, lo que en conjunto supondría un crecimiento del PIB español del 2,3%.
Estas cifras podrían ser aún mayores si se impulsan otras claves, como el aumento del tamaño medio de las empresas, la mejora de la calidad de la educación o la reducción de las cargas administrativas.
El informe refleja que por cada euro de PIB generado de forma directa por la industria en su conjunto se generan 1,14 euros adicionales de forma indirecta, es decir, “en la cadena de sectores proveedores”. De manera similar, por cada empleo directo en la industria se generan 1,03 empleos indirectos y 0,4 inducidos.
El ministro de Industria, José Manuel Soria, ha destacado durante su intervención en la necesidad de reindustrializar España y ha aludido particularmente al lastre de los costes energéticos. Soria ha reconocido que España tiene “un problema serio de competitividad vía costes energéticos”, ya que el peso medio de este recurso para la industria nacional es superior al de sus competidores, algo que el Gobierno pretende resolver con la reforma energética aprobada en julio.
Mientras tanto, el presidente de PwC España, Carlos Mas, ha defendido que “el sector industrial es clave para la recuperación económica” porque constituye “el puente de optimismo que necesitamos para el futuro”.