_
_
_
_

España sin Cataluña = ¿Polonia?

Al hilo del debate sobre el movimiento a favor de la independencia en Cataluña, la Comisión Europea ha señalado que las regiones que se escindan de un Estado miembro quedan de facto fuera de la Unión Europea. Pero, ¿cuáles son las consecuencias para la relación de ese socio con el resto del club?

Crystal Fighters - You & I" from Elliott Sellers on Vimeo.

Una de las consecuencias más evidentes sería la pérdida de poder en el Consejo de la UE, donde el voto de cada país depende en parte de su población (y de manera total a partir de 2017).

En la actualidad, el voto "demográfico" de España equivale al 9,09% de la población de la UE, gracias a sus más de 46 millones de habitantes. Está solo tres puntos porcentuales por debajo de Italia y cuatro, de Reino Unido.

La salida de Cataluña (7,5 millones de habitantes) dejaría a España con una población muy similar a la de Polonia, cuyo voto demográfico en la Unión equivale al 7,59%, es decir, punto y medio menos que la actual delegación española. España se alejaría del grupo de cabeza, perdería de vista definitivamente a Alemania (16%) y Francia (casi 13%) y quedaría solo tres puntos por encima de Rumanía.

En muchas votaciones estas diferencias pueden resultar irrelevantes. Y la capacidad de influencia no es directamente proporcional al peso del voto de cada país, pues depende también de la habilidad estratégica y diplomática de las distintas capitales. Pero cuando hace falta buscar alianzas para aprobar o bloquear una propuesta, cualquier décima ayuda a inclinar la balanza.

La población de un país también influye en su presencia en el Banco Central Europeo. Junto al PIB, sirve para determinar la contribución al capital del emisor. España en estos momentos aporta el 8,2533% o 893 millones de euros. Esa cuota se reduciría dado que Cataluña supone algo menos que una quinta parte del PIB español y casi un 16% de su población.

El "tamaño" de los países (y el peso de su sector financiero) también influye en la composición del Consejo de Gobierno del BCE, el órgano que una vez al mes suele fijar los tipos de interés. Ahora todos los socios del euro ocupan un asiento. Pero el sistema prevé la rotación cuando la Unión Monetaria cuente con más de 18 de socios, límite que se alcanzará con el ingreso de Letonia el próximo 1 de enero.

Cuando se incorpore el socio 19º, los cinco países más "grandes" (en base a PIB y balance del sector financiero) se sentarán en el Consejo más a menudo que el resto. España figura ahora en el primer grupo. Y es casi seguro que se mantendría en entre los "privilegiados", incluso sin Cataluña.

El impacto podría ser mayor en el Parlamento Europeo. En las próximas elecciones (mayo 2014), a España le corresponden 54 escaños y a Polonia, 51. Con siete millones de habitante menos es muy probable que en futuras elecciones el número de eurodiputados españoles y polacos tendería a igualarse, si se mantuvieran las similitudes demográficas entre los dos países.

En otras instituciones, como la Comisión Europea y el Tribunal de Justicia, la representación está más blindada (salvo la figura del llamado Abogado General). Cada país tiene derecho a un comisario y a un juez, con independencia de su población o riqueza. En todo caso, se podría reducir el número de funcionarios españoles, dado que suele haber una cierta relación entre el "tamaño" de cada país y la presencia de sus nacionales en el organigrama europeo.

En resumen, el escenario independentista del que tanto se habla estos días dejaría a España con dificultades para reivindicar un puesto en el "directorio" de la UE y acercaría al país a un segundo grupo, tanto en términos de población (con Polonia) como de PIB (mucho más cerca de Holanda que de Italia).

Connotaciones geoestratégicas aparte (que ninguna capital ignora), la escisión de un socio de la UE del tamaño de España beneficiaría a los países "pequeños" y, sobre todo, "medianos" de la UE, que en términos relativos ganarían cuota de poder; los "grandes", por su parte, verían reducido el potencial de un un competidor. Todo ello, por supuesto, en base a una mera proyección de los datos actuales.

Archivado En

_
_