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A fondo

El difícil control de KPN, la puerta de Alemania

Logotipos de E-Plus y O2, filial alemana de Telefónica.
Logotipos de E-Plus y O2, filial alemana de Telefónica.
Santiago Millán Alonso

El sector europeo de las telecos vuelve a arder. Esta vez con un impacto directo en Alemania, el mayor mercado de telefonía móvil del Viejo Continente (valorado en más de 36.000 millones de euros), Bélgica y Holanda, y por la ambición de la mexicana América Móvil.

Las primeras hostilidades se desataron el 23 de julio cuando Telefónica anunció un acuerdo para comprar E-Plus, la filial alemana de KPN, en un movimiento valorado en 8.100 millones de euros. El mercado coincidía en que era una buena operación para Telefónica, que pasaba a controlar un operador con 43 millones de clientes, con unas sinergias superiores a 5.000 millones, además de fortalecer su posición en el 4G.

Sin embargo, la operación podía tener un obstáculo: la posición de América Móvil, principal accionista de KPN con un 29% del capital. El grupo de Carlos Slim no se pronunció, pero poco después anunciaba la ruptura de un pacto de no agresión que mantenía con KPN para no elevar su posición por encima del 30% del capital. Quizá era una premonición de lo que podía pasar después.

Este viernes, la operadora de Slim anunciaba una opa para adquirir el 100% del capital de KPN, con un desembolso superior a 7.200 millones de euros. Todo un órdago a la grande.

Ahora en el mercado se analizan cuáles pueden ser las intenciones de Slim. Fuentes del sector creen que lo que verdaderamente puede interesar a América Móvil de KPN es su filial alemana, porque la filial belga es muy pequeña y el negocio en la propia Holanda es muy problemático por la dura competencia. “Slim no podía quedarse quieto y ver como E-Plus pasaba a manos de Telefónica, su principal rival”, indican estas fuentes, que advierten de que América Móvil quizá haya visto que no podía parar la operación con Telefónica en la junta de accionistas extraordinaria de KPN prevista para septiembre que debe analizar esa operación y “ha decidido actuar enérgicamente”.

Y es que si Telefónica se queda con E-Plus a un buen precio, como parece el acordado, dejaría a América Móvil con los negocios menos atractivos de KPN. Ahora bien, la compra de toda la operadora holandesa no es fácil, para empezar porque tiene mucha deuda (cerró el segundo trimestre con 9.500 millones de euros, por debajo de los 12.500 millones del trimestre anterior) con una capacidad de crecimiento cuanto menos dudosa.

Es cierto que el grupo mexicano tiene capacidad financiera para afrontar la adquisición, incluso si se ve obligada a elevar la oferta por encima de los 2,4 euros por acción ya comprometidos. Pero luego gestionar no es fácil, especialmente para una compañía como América Móvil, que no tiene presencia directa en Europa (con KPN tiene el 24% de Telekom Austria, pero no la gestión). “Su experiencia de gestión se circunscribe casi exclusivamente a los mercados de Latinoamérica, que son muy diferentes a los europeos, donde los reguladores no suelen ser tan favorables”, afirman fuentes de la industria.

En el sector no se descarta que con KPN y E-Plus, y la pugna entre América Móvil y Telefónica, se repita una situación similar a la que se produjo entre la operadora española y Portugal Telecom por el control de Vivo, que se extendió durante muchos meses con la intervención, incluso, del Gobierno luso. Al final hubo acuerdo, pero tras una subida final de la oferta.

Ante una situación de estas características, Telefónica tiene una mayor experiencia que América Móvil a la hora de afrontar operaciones corporativas de gran calado, que requieren el visto bueno, la conformidad o al menos la bienvenida por parte de los gobiernos implicados.

Así, América Móvil debe todavía de convencer a las autoridades holandesas de las ventajas de la operación. “No se puede comprar KPN contra el Gobierno porque tiene recursos para frenarla o para dificultar posteriormente la gestión. Y Holanda todavía aporta el 59% de los ingresos de KPN y el 69% del ebitda”, dicen fuentes del sector.

KPN no es la mayor joya de la corona en Holanda como puedan ser Philips o Royal Dutch, pero sí es un actor principal en un sector estratégico como las telecos. El estado no tiene ninguna participación, aunque América Móvil si tiene algún obstáculo por delante. Este viernes, la agencia Bloomberg recordaba la existencia de una Fundación Independiente que tiene la responsabilidad de defender a KPN de cualquier amenaza que pueda afectar a su continuidad e independencia. Si el consejo de esta fundación lo ve oportuno, podría ejercer una opción para adquirir acciones B de KPN, que conllevan derechos de voto. De momento no se ha pronunciado.

En esta línea, la casa de análisis Jefferies afirmó que los mecanismos de defensa de KPN son muy fuertes y pueden ser activados en cualquier momento, especialmente teniendo en cuenta que el control por parte de América Móvil supondría que la infraestructura de telecos nacional de Holanda pasaría de manera efectiva a manos de un único empresario extranjero.

Las incertidumbres son grandes y el mayor riesgo es la reacción política en el país a la opa, que probablemente desembocará en una petición a favor de activar los mecanismos de defensa.

Sobre la firma

Santiago Millán Alonso
Es periodista de la sección de Empresas, especializado en Telecomunicaciones y Tecnología. Ha trabajado, a lo largo de su carrera, en medios de comunicación como El Economista, El Boletín y Cinco Días.

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