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Tribuna
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La necesaria dinamización del acceso al trabajo

Los datos de la encuesta de población activa nos muestran indicadores de recuperación y de minoración de la tasa de desempleo: las buenas noticias deben celebrarse, más aún cuando suponen que un número importante de ciudadanos vuelven a incorporarse al depauperado mercado de trabajo y tienen la posibilidad real de demostrar sus habilidades profesionales para tratar de continuar dentro del mismo.

Desde aquí queremos iniciar nuestra reflexión: que aunque posiblemente sea la estacionalidad la base del incremento de contrataciones, el hecho de la entrada en el mercado de trabajo debe traducirse en una posibilidad de estabilidad en el empleo, ya sea por el incremento de la demanda que se logre por los servicios que se prestan, ya sea porque el beneficio que se obtenga pueda reinvertirse en el mantenimiento continuado de los puestos de trabajo.

Empleo y fortaleza económica es un binomio que establece una relación de proporcionalidad directa: la norma laboral debe generar el marco legal que permita que esa proporcionalidad se rompa a favor del mantenimiento del empleo dotando al empleador de las herramientas necesarias para preservar y mantener la duración de los contratos.

En esta línea, y en pro de que nuestro mercado de trabajo pueda mantener esta tendencia alcista y, a la vez, se vaya minorando la lacra del desempleo que nos ahoga socialmente, venimos manteniendo que se incorporen en las políticas legislativas del Gobierno medidas que dinamicen el ingreso en el mercado de trabajo. Y a modo de reflexión, desde KPMG Abogados proponemos las siguientes líneas de análisis.

-Simplificación del marco regulador de la contratación. Proceder a simplificar y normalizar la regulación laboral en materia de contratación sería de gran ayuda para dinamizar las políticas de contratación. Nos consta que el legislador es consciente de esta necesidad y que ya trabaja en esta materia bajo un principio de mejora de la eficacia y la eficiencia del sistema contractual actual.

-Desligar el fin económico del fin social de los contratos de trabajo. Las políticas de contratación laboral habría que ligarlas a la responsabilidad social corporativa de las empresas cuando se vinculen a colectivos con dificultades de inserción en el mercado de trabajo, facilitando los mecanismos actuales de contratación al desligarse el fin social del fin económico del contrato de trabajo.

-Incentivar fiscalmente la generación de empleo. Un gran impulso al crecimiento del empleo podría venir por la sustitución del régimen de bonificaciones directas a la contratación por un régimen de incentivación fiscal por mantenimiento o crecimiento del empleo, siguiendo en esta línea modelos como el francés o el británico.

-Colaboración público-privada para la generación de empleo. En línea con los países del entorno europeo como Francia, Alemania, Holanda, Gran Bretaña, Suecia o Dinamarca, habría que intensificar la colaboración público-privada en la dinamización del mercado de trabajo. Las grandes empresas de trabajo temporal y servicios de colocación y recolocación tienen actualmente un conocimiento exhaustivo del mercado de trabajo que debe ser aprovechado para que se facilite y aumente la contratación laboral.

-Impulso de la contratación desde la negociación colectiva. Sería interesante abrir el marco de la negociación colectiva al impulso del mercado de trabajo, posibilitando a los agentes sociales la adopción de medidas de ingreso al trabajo más allá de aquellas que se regulen por el legislador, superando los límites del artículo 84.2 del actual Estatuto de los Trabajadores. Y también desde la negociación colectiva, impulsar las medidas de flexibilidad interna, ligando políticas retributivas a incremento de contrataciones. Habría que impulsar que los pactos colectivos contemplen esquemas de retribución flexibles, alternando conceptos fijos ordinarios, fijos adaptables, variables ordinarios y variables extraordinarios, conjugándolos con el perfil profesional de los trabajadores.

-Colaboración empresarial para la generación de empleo. Proponemos revisar la regulación de las instituciones de colaboración empresarial: cesión de trabajadores, subrogación empresarial y sucesión de empresas, profundizando en la idea de colaboración empresarial como agente activo de la creación de empleo.

En conclusión, nos parece que quien contrata, el empresario, debiera tener opciones que sean seguras jurídicamente, simplificadas en su construcción legal y dinámicas en su gestión, para poder ajustar su fuerza de trabajo al perímetro real de la evolución de su actividad empresarial; y que los trabajadores tengan no solo una mayor posibilidad de incorporarse al mercado de trabajo sino que habiéndose establecido ya un marco regulador que ha ajustado las políticas de flexibilidad externa, en adelante se pueda encontrar otro marco complementario que facilite su permanencia en el mercado de trabajo.

Javier Hervás es socio del área laboral de KPMG Abogados

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