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Columna
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Merkel, víctima del espionaje en EE UU

El hombre que puede echar a perder la victoria electoral de Angela Merkel el 22 de septiembre no es su desafortunado rival Social Demócrata, Peer Steinbrück, sino Edward Snowden. Las revelaciones del agente estadounidense se han convertido en un tema importante dentro de la campaña en Alemania, y Merkel ha manejado mal el asunto. Los votantes aún no saben qué sabía, cuándo lo supo, y todavía están a la espera de conocer la participación exacta del gobierno alemán en el espionaje.

Además de esto, la noticia de que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) podría estar controlando 500 millones de llamadas telefónicas y correos electrónicos alemanes cada mes tendrá un impacto empresarial. El miedo al espionaje empresarial estadounidense también ha disminuido el apetito de las empresas alemanas en el cloud computing. La confianza en la confidencialidad de los datos privados se ha visto seriamente sacudida en un país donde la privacidad es lo más importante. Las terribles experiencias del pasado de Alemania con la Gestapo o la Stasi le han dejado una desconfianza profundamente arraigada hacia los servicios secretos en general.

La credibilidad de Angela Merkel está en la cuerda floja. Algunas informaciones de prensa han sugerido que los servicios de inteligencia alemanes pueden haber colaborado activamente con sus compañeros estadounidenses. En caso de que se confirmara, podrían haber estado muy cerca de violar la Constitución.

La confianza en que los datos privados sigan siendo confidenciales se ha visto seriamente sacudida

La canciller alemana subestimó las consecuencias políticas de las filtraciones de Snowden. Su gobierno emitió única tibia crítica y se apresuró a rechazar la solicitud de asilo de Snowden.

No hay riesgo de que la canciller pierda su trabajo en septiembre, pero puede que no llegue a elegir con quién va a gobernar. La mayoría de las encuestas de opinión todavía le dan ventaja, a pesar de que arrojan una caída de dos puntos porcentuales para su coalición.

Merkel aún puede recuperar los resultados si promueven una investigación pública independiente y exhaustiva sobre el escándalo de espionaje, y sugiere formas –técnicas o legales– para evitar que se repita. Pero hasta ahora parece que está esperando a que pase la tormenta.

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