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Columna
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Draghi puede permitirse no actuar

El aumento de la rentabilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos puede llegar a ser un dolor de cabeza para la débil economía de la zona euro. El Banco Central Europeo no tiene que tomar medidas drásticas aún –sobre todo porque su promesa ha funcionado hasta ahora.

Otro aumento en los costes de financiación es lo último que necesita la zona euro. Todo apunta a que su economía se contraerá un 0,3% este año, mientras que Estados Unidos crecerá un 1,9%, según las previsiones del FMI.

La tasa de depósito del BCE y los principales tipos de refinanciación ya están en niveles históricamente bajos. Reducir la tasa de depósito por debajo de cero, como a menudo se ha insinuado, parece arriesgado. El banco central podría comenzar a comprar deuda de los países periféricos, de acuerdo con el plan que su presidente Mario Draghi dispuso en julio del año pasado. Pero Alemania se resiste, y la rentabilidad de la deuda de los países que se beneficiarían del programa –Italia y España– no ha alcanzado el nivel de alarma, a pesar de la situación del gobierno de Portugal.

Según el FMI, la economía de la zona euro se contraerá un 0,3% este año y la de EE UU crecerá un 1,9%

Algunos han sugerido que el BCE cree un nuevo programa de compra de bonos diseñado para toda la zona euro y enfocado a la deuda tanto del gobierno, como del sector privado. Sin embargo, las compras de activos podrían no ser la mejor opción para el BCE.

El organismo podría ofrecer de nuevo a los bancos fondos baratos a largo plazo. Al igual que la compra de bonos, estos préstamos no son populares en Alemania.

Por ahora, sin embargo, Draghi no necesita actuar. Los últimos datos económicos de España e Italia han sido relativamente positivos. Además, el fin de las generosas condiciones del mercado de bonos creadas por sola idea de que el BCE comprara bonos, podría recordar a los gobiernos que todavía tienen mucho trabajo que hacer para impulsar el crecimiento.

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