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El chef asegura que la deuda fue un “error”

Sergi Arola: "Si Hacienda quiere cerrar las pymes, habrá que hacer las maletas"

REUTERS

El chef Sergi Arola no descarta “hacer las maletas” y establecerse definitivamente fuera de España. El cierre de su restaurante con dos estrellas Michelin en Madrid después de que Hacienda precintase ayer su bodega es, por ahora, temporal, pero puede convertirse en definitivo.

El cocinero catalán ha puesto en venta su domicilio de Madrid para hacer frente a los 148.000 euros que adeuda a la Agencia Tributaria, que este martes precintaba la bodega y otras zonas de su restaurante 'Gastro' de la capital por impago.

“Hace dos meses pusimos a la venta mi casa, que está hipotecada, para pagar a Hacienda. ¿Qué más puedo hacer? ¿Me inmolo?”, ha respondido con ironía Arola. El chalet del cocinero, un inmueble de dos plantas situado en el madrileño barrio de Chamartín, sigue a la venta por 825.000 euros, tras haber rebajado su precio 75.000 euros en los últimos días.

Arola ha reconocido que “salvo milagros”, su restaurante madrileño, con catorce empleados y dos estrellas Michelín, está abocado al cierre. “Les hemos dado una semana de vacaciones a los chicos, pero viendo la actitud de la Agencia Tributaria no soy optimista”, ha explicado.

El cocinero ha dicho seguir “muy dolido”, al igual que su socia y ex pareja sentimental Sara Fort, dueña del restaurante, un día después de que los técnicos precintaran zonas del establecimiento tras emitir una carta de pago de 148.000 euros. “Lo único que me importa es pensar que no puedo atender a mis clientes, que estoy en la calle, después de estos años de sacrificios”, se ha quejado Arola. 

Sergi Arola ha admitido que su restaurante 'Gastro' es “deficitario, como todos”, por lo que dedica otros ingresos a “pagar las nóminas” de sus empleados. Y ha negado haber acumulado la deuda durante años.

“El año pasado, detectamos unas cosas en la contabilidad que no nos gustaban nada, y los nuevos contables del restaurante nos advirtieron de unas irregularidades. Y nos presentamos a Hacienda”, según el relato de Arola.

“No hubo fraude. Cuando somos conscientes de la deuda que teníamos, somos nosotros los que buscamos la forma de solucionarlo con Hacienda. Desde entonces, no hemos acumulado más deuda y hemos logrado pagar 50.000 euros de lo que debíamos”, ha afirmado el cocinero.

Arola ha lamentado que la actuación de la Agencia Tributaria le obliga a perder “entre 2.500 y 7.000 euros” cada día que tiene cerrado el restaurante, y se ha mostrado muy molesto ante las críticas recibidas por no cumplir con sus obligaciones tributarias.

“Hay gente que te acusa como si fueras un criminal y que no ha pagado una puta nómina en su vida”, ha proclamado visiblemente enfadado, para recordar después el apoyo recibido por sus colegas de profesión, y por otros responsables de pequeñas y medianas empresas. “Este problema afecta a muchos miles de españoles”, ha destacado el cocinero.

Arola, uno de los rostros más conocidos de la gastronomía española fuera y dentro del país, fue ayer objeto de lo que considera un “escarmiento” por parte de la Agencia Tributaria, lo que ha sumido “en un estado de shock” a quien ha hecho bandera de la cocina de España por el mundo.

Seis funcionarios del Ministerio de Hacienda precintaron, en pleno servicio de comidas, la bodega, la coctelería y la mesa dispuesta en la cocina del restaurante por una deuda de 148.000 euros a la Agencia Tributaria y de 160.000 a la Seguridad Social.

Dado que Arola se encontraba en París, donde desde hace un año está al frente del restaurante del hotel W Opera, su exmujer y jefa de sala, Sara Fort, afrontó el precintado. “Quizá lo hicieron por eso, porque yo estaba fuera”, dice el cocinero a Efe. Hoy, ambos aún no acaban de creerse lo que ha pasado.

Al ser uno de los cocineros más populares del país gracias a sus premios, su participación en programas televisivos y sus campañas publicitarias, Arola sostiene que lo suyo ha sido “un escarmiento” por parte de Hacienda, que ha logrado repercusión mediática con su acción.

Aunque reconoce que su situación no es única, ya que en apenas 24 horas, además del apoyo y solidaridad de sus colegas de profesión, ha recibido el de propietarios de pymes que atraviesan el mismo problema. “Hay que poner el foco en las miles de pymes que están en la misma situación que yo”, reivindica.

“Para todos, la respuesta es la misma por parte de la Agencia Tributaria: si no puede pagar, cierre. Si ése es su 'leitmotiv', será cuestión de pensar en hacer las maletas”, asegura, con decepción en su voz y en su estado de ánimo. En este restaurante gastronómico da empleo a 14 profesionales.

La decisión de cerrar definitivamente el restaurante, de transformarlo en otro modelo de negocio o de exportarlo al extranjero no sólo está en manos de sus abogados y gestores. “Depende de lo que quieran Sara y mis hijas, porque ella ha sido mi mujer durante 16 años y mi socia, y tendremos que decidirlo juntos”.

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