Iberia y sus pilotos encallan en la negociación del convenio
Las principales diferencias están en la posición de British en Barajas Los sindicatos de tierra y TCP ya dieron por rotas las negociaciones a primeros de mes
Iberia y sus pilotos vuelven a vivir un notable distanciamiento tras dos meses de negociación sobre las condiciones en que el colectivo debe prestar sus servicios a la aerolínea para que esta sea competitiva. Después de rozar el acuerdo, ambas partes escenificaron una ruptura el domingo en el marco de una negociación global que atañe al nuevo convenio de los pilotos.
Por el momento, la relación entre empresa y trabajadores está regida por el laudo obligatorio firmado por Jaime Montalvo. Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que el punto de desacuerdo está en la pretensión de la empresa de que se retire el blindaje de la Terminal 4 de Barajas que supone el anexo 10 del citado convenio. El texto es una garantía contra la segregación de actividades de Iberia e impide operar el largo radio en la T-4 a pilotos de British Airways o Vueling, aliadas de Iberia en el holding IAG.
Vueling: el punto de vista de Vázquez
La compra de la low cost por parte IAG se debe a que el grupo necesita reforzar su capacidad de distribución en Europa, dada la ubicación periférica en el continente de British e Iberia.
Además, según Vázquez, las compañías que operan el punto a punto, como Vueling, no tienen límites en su expansión, dijo ayer Vázquez, quien añadió que la españolidad de Iberia y Vueling no debe ser una obsesión.
Las mismas fuentes aseguran que aún queda alguna baza para salvar el acuerdo, por lo que es previsible que ambas partes vuelvan a la mesa de negociación antes de la junta que IAG celebra este jueves en Madrid. Con ello se evitaría un verano caliente en los aeropuertos.
El Sepla espera que la dirección mueva ficha
En el sindicato de pilotos Sepla se comenta que la pelota está en el tejado de Iberia, de la que esperan movimientos en las próximas horas. Respecto a la posibilidad de nuevas convocatorias de huelga este verano, tras las protestas que paralizaron Iberia en el arranque del año, el sindicato afirma que no hay nada decidido, dando margen al diálogo.
El desacuerdo entre Iberia y el Sepla se produce dos semanas después de que los sindicatos de tierra y tripulantes de cabina de pasajeros (TCP) hablaran de mala fe de la empresa en las negociaciones de un alza en la productividad, por lo que se pidió la intermediación del Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA) buscando que fuera retirada la última rebaja salarial del 4%, que también afecta a los pilotos.
Iberia ofreció el 19 de abril a sus más de 16.000 empleados la posibilidad de recuperar ese 4% de salario si se lograba acercar el rendimiento de la plantilla a los estándares de las low cost y aerolíneas latinoamericanas de largo radio. El entendimiento, por el momento, es imposible.
Los sindicatos de tierra y TCP firmaron la mediación del catedrático de Derecho del Trabajo Gregorio Tudela para la ejecución del ajuste y la búsqueda de mejores ratios de rendimiento. Los pilotos, por su parte, tienen como convenio el laudo de Jaime Montalvo, cuya anulación fue rechazada en marzo por la Audiencia Nacional.
Desde Iberia se ha reiterado en distintas ocasiones que el 4% adicional de recorte en las nóminas no constituye una solución para la compañía. La aerolínea está ejecutando la salida de 3.141 trabajadores (16% de la plantilla), un recorte salarial del 11% para el personal de tierra y del 18% para pilotos y TCP, la reducción de flotas en 25 aviones y la renuncia a un 15% de la producción.
Al respecto, el presidente de Iberia, Antonio Vázquez, defendió ayer que los conflictos laborales que viene viviendo la aerolínea no pueden convertirse en “su imagen”, en un momento en que la ejecución plan de ajuste y las negociaciones sobre productividad marcan el día a día.
“Los convenios laborales a los que estamos anclados son muy pesados y los costes son superiores a otros del resto del mundo”, destacó el representante de la aerolínea y presidente de IAG durante la inauguración de los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en Santander.
Flexibilidad
“La presión sindical en nuestro sector [por el aéreo] tiene una capacidad de coacción superior a la de cualquier otro campo porque paralizan un país”, señaló Vázquez. En cuanto al momento que atraviesa Iberia, afirmó que se busca “adaptar los costes a la realidad del mercado que estamos viviendo”. La dirección de la compañía insiste en que la búsqueda de mayores índices de productividad trata de definir un horizonte laboral de eficiencia y paz social para los próximos tres o cuatro años. “Lo que opaca la imagen de la empresa son los conflictos laborales”, resaltó Vázquez, recordando algunos logros como el de haber rebasado el 90% de puntualidad en los recorridos de Iberia.
“Estamos trabajando para ver como se pueden resolver los problemas porque la tentación es cerrar en falso y si se cierra en falso, o no se resuelven los temas como se debe, estamos dejando un conflicto larvado para que vuelva a iniciarse de nuevo”, sentenció.
Respecto a la posición de Iberia en la T4 de Barajas y la posible apertura de la infraestructura a otras compañías de IAG, Antonio Vázquez fue ayer taxativo al defender que “el compromiso de Iberia con el hub de Madrid es absoluto” y que la marca asociada “es Iberia, no otra”.