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El Foco
Tribuna
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Poner el foco en la economía digital

El panorama laboral en España toca uno de sus momentos más bajos. Hemos superado los seis millones de parados, el 27% de la población en edad de trabajar. Este problema se ceba en los jóvenes, con 1,4 millones de parados entre 16 y 29 años. El 63% de las personas hasta los 24 años está buscando su primer empleo o es parado de larga duración.

Más de la mitad de nuestra juventud, sobre el papel sobradamente preparada, se va a encontrar sin empleo o con un trabajo por debajo de su cualificación. Y, cuando esta crisis haya pasado, será muy difícil que puedan recuperar el empleo para el que se prepararon, ya que será ocupado por aquellos que acaben de finalizar los estudios. Se trata de una generación perdida que no terminará nunca de encajar su destino en las expectativas que les habíamos creado, y la amargura del drama que les ha tocado vivir, sin duda, pervivirá en nuestra sociedad durante muchos años.

El empleo digital supondrá entre el 15 y el 20% de la ocupación laboral en España y Europa en 10 años

Uno de los efectos de esta tendencia es la imparable fuga de talento hacia otros países con mayores oportunidades, y que van a crecer nutriéndose de nuestros mejores cerebros. Ya no emigran a Alemania los españoles sin cualificación con una vieja maleta atada con una cuerda. Muchos de los que se van son los que tienen mejores perspectivas y formación. Personas que dominan idiomas y están preparados para adaptarse a los cambios, que van a aceptar el nuevo territorio como parte de su realidad laboral. Y que, al irse, nos dejan un poco más pobres a los que quedamos.

Frente a este agrio panorama, existen, sin embargo, yacimientos de empleo y emprendimiento, vectores de crecimiento y competitividad. Uno de ellos es la economía digital. Internet es una de las pocas áreas que está generando empleo. Según las previsiones de la UE, las empresas españolas buscarán 100.000 profesionales digitales en los próximos dos años. Nuevos puestos de trabajo con una oferta que estará muy centrada en los profesionales más jóvenes, los más castigados por el paro. El empleo digital supondrá entre el 15 y el 20% de la ocupación laboral en España y Europa en un horizonte de 10 años. En paralelo, el e-commerce en España es un sector que crece con incrementos interanuales de dos dígitos, incluso en el 2012, convirtiéndose en origen de autoempleo, emprendimiento y exportación.

Internet permite generar modelos de negocio con poca inversión que alcanzan mercados globales, ya que en la Red no hay fronteras, y, ojo, que esto funciona en las dos direcciones. Si no vendemos nosotros por internet, ya vendrá alguna empresa de fuera a vender en nuestro mercado.

Necesitamos compañías que vendan en España, Shangai o Miami a través del ‘e-commerce’

La innovación y la formación son las claves para acceder a este sector. Como botón de muestra de estas tendencias, el 22% de los alumnos que acaban el MIB (Master Internet Business) lanzan una startup digital y el 36 % acceden a un puesto digital en menos de un año.

Pero, por otro lado, nuestras empresas, incluso los trabajadores, desprecian más de 200 millones de euros al año de formación bonificada que se podrían dedicar a este terreno, para mejorar su competitividad y generar los cimientos para crecer a nivel internacional. Y no valen excusas de que formarse es caro o que no tenemos tiempo: hay iniciativas como Internet Academi que proporcionan, a través de e-learning y a muy bajo precio, cursos de competencias digitales como SEO, SEM, Redes Sociales, Analítica, e-commerce.

También la financiación es clave para las nuevas empresas digitales. Una financiación que no está en absoluto incentivada. Por ejemplo, el Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI) reinvierte sus beneficios, y muchos alumnos del MIB aportan sus ahorros en el fondo Making Ideas Business para financiar startups digitales, pero no tienen ninguna ventaja fiscal por ello. En España, siempre ha sido más ventajoso invertir en comprarse un piso.

Pues bien, ya ha pasado el 17 de mayo, en que se celebró oficialmente el Día de Internet. Los políticos se apropiaron del concepto para llenar la boca en sus discursos. Incluso en nuestro Senado se vistieron de gala para la ocasión. El debate plenario abordó el asunto de Cómo conseguir un entorno sostenible para los creadores y sus contenidos en Internet, en el que hablaron expertos de diferentes ámbitos y hasta los lobbies del establishment dijeron lo importante que es la digitalización.

Todo fue pompa y boato. Y, al día siguiente, nada. Otros asuntos ocupan la atención y la agenda de nuestros políticos, y la creación estructural de una economía digital quedará enterrada entre recortes, parches y subidas de impuestos

Y sin embargo, debería ser estratégico para los políticos construir los cimientos de una economía digital, más allá de discursos vacuos. Necesitamos crear el caldo de cultivo para generar compañías españolas capaces de vender sus productos y servicios en España y también en Shanghai o en Miami a través del e-commerce. Recordemos que la exportación es uno de los pocos sectores que la crisis ha impulsado y que internet es una poderosa palanca para penetrar en nuevos mercados.

La lengua castellana se convierte en una ventaja competitiva, ya que en la Red las fronteras son los idiomas y cualquier web en español tiene la capacidad de atrapar el tráfico de un mercado de 400 millones de hispanoparlantes. Y la digitalización no es solo crear empresas, sino también transformar las que hay y hacerlas competitivas. El reciente informe del ONTSI, Análisis Sectorial de Implantación de las TIC en las pymes españolas, manifiesta que sigue existiendo una importante brecha digital. Mientras que muchas de las medianas y grandes empresas ya se encuentran en una disposición favorable para realizar un uso eficiente de las TIC, orientado al incremento de su productividad y a la mejora de su competitividad, aún es muy necesario impulsar su adopción en las microempresas de los grandes sectores productivos.

No necesitamos gestos simbólicos, ni que se banalice la economía digital, como se está haciendo con el concepto del emprendimiento. Hacen falta acciones reales que consoliden el futuro de nuestras empresas en internet. Si se aplicaran al sector las medidas de impulso que se emplearon en el de la construcción, sería más que suficiente y se generaría un mayor impacto en la competitividad real y a medio plazo de nuestro país.

Nacho de Pinedo es CEO del ISDI (Instituto Superior para el Desarrollo de Internet)

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