Bernanke, ante su gran disyuntiva
Nada de retirar de manera acelerada los estímulos de la Reserva Federal (Fed) a la economía. Ha bastado esta insinuación de Ben Bernanke ante el Comité Económico conjunto del Congreso y el Senado de EE UU para que Wall Street se mantuviera en zona de máximos históricos.
Los focos están atentos al presidente de la Fed porque el mercado ve la posibilidad de que baraje una hoja de ruta para la retirada del programa de recompra de deuda –unos 85.000 millones de dólares al mes–, una de las medidas estrella del programa de política monetaria más agresivo en la historia de la institución.
No ha sido así, pero tampoco todo lo contrario. Porque la ausencia de golpe de timón es solo momentánea. Bernanke, que según muchos empieza a vislumbrar la puerta de salida de la Fed, ha precisado que aumentará la vigilancia sobre los datos. Sin embargo, aunque los indicadores muestran signos de mejora, la recuperación es lenta.
Por eso sabe que un “prematuro” ajuste de la política de estímulo monetario podría ralentizarla. Y además, su gran preocupación, el desempleo, sigue por encima de ese umbral del 6,5% que se ha marcado para hacer aterrizar el helicóptero repartedólares. La gran disyuntiva es quitarle el oxígeno al enfermo o no. Si se hace antes de tiempo, puede ser mortal.