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Columna
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Atentos a la posible salida británica

La ruptura política en el débil gobierno de Londres eleva el riesgo de que Gran Bretaña abandone la UE. Todavía no es probable, pero los inversores deben ser cautos. Estos se deberían haber dado cuenta de que hay políticos, entre ellos dos miembros del gabinete actual, que llaman a una ruptura con el mayor socio comercial del país. Los mercados han de tener en cuenta que el electorado británico –según los resultados de las elecciones locales– está lejos de ser favorable a permanecer en la Unión.

Las dudas sobre la autoridad y las nociones económicas y financieras de David Cameron, el primer ministro británico, pueden haber hecho que la rentabilidad de la deuda soberana a 10 años supere a su equivalente en Francia, y esté un tercio por encima de la de los bonos alemanes.

Después vendría la debilidad de la moneda. Los inversores globales podrían reaccionar huyendo de la libra ante la perspectiva de una Gran Bretaña independiente. Casi todos los observadores internacionales creen que la economía del Reino Unido podría ser más débil fuera de la UE. Los euroescépticos británicos se alegrían, con la esperanza de que esta devaluación sirviera para ayudar a las exportaciones y a los fabricantes nacionales. Pero la debilidad de la libra no es un estímulo de garantía.

Los inversores globales podrían huir de la libra ante un Reino Unido fuera de la Unión Europea

Los escépticos no estarían tan contentos si los precios de las acciones cayeran. Es cierto que dos tercios de los miembros del índice FTSE 100, provienen de fuera del Reino Unido. Sin embargo, los temores de una economía británica en recesión podrían pesar sobre el FTSE 250, más pequeño y doméstico.

Las hipotecas serían también más caras y un Reino Unido aislado podría disuadir a los compradores extranjeros. Esto sería suficiente para llevar al declive al mercado de la vivienda. Pueder ser una señal para hablar menos alegremente sobre dejar Europa. Sin embargo, los operadores del mercado pueden tardar en apreciar el riesgo de esta irracionalidad prolongada de responsables políticos y votantes.

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