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Tercer examen

La troika evalúa las nuevas medidas de austeridad de Portugal

El tramo de marzo del rescate luso sigue bloqueado en espera de la evaluación por parte de la troika. Este séptimo examen periódico de la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocidos como troika, empezó a mediados de marzo y se ha alargado como ningún otro por las vicisitudes del programa de austeridad del Gobierno conservador.

Desde que los tres organismos concedieron a Lisboa, en mayo de 2011 un rescate financiero de 78.000 millones de euros, Portugal obtuvo siempre el aprobado a la aplicación de los duros recortes presupuestarios y reformas laborales, judiciales y administrativas que le fueron pedidos.

Pero desde que, el 5 de abril, el Tribunal Constitucional luso vetó varias de las medidas de austeridad del Ejecutivo y se abrió un déficit de 1.300 millones de euros en los presupuestos de 2013, la troika no ha liberado más fondos del rescate ni ha dado su conformidad a la marcha del programa de asistencia.

El Ejecutivo luso, por boca del ministro de Finanzas, Vitor Gaspar, o del propio Passos Coelho, ha hecho varios anuncios desde entonces sobre las medidas para compensar las que prohibió el Constitucional (cortes de pensiones y pagas da funcionarios) y los ajustes adicionales que reducirán el déficit en los próximos años.

A mediados de abril, la troika hizo una visita extraordinaria a Portugal para analizar las medidas propuestas, que consistían en recortar 800 millones de euros en todos los servicios públicos y obtener otros ahorros no concretados con reprogramaciones de fondos europeos y proyectos público-privados.

Ahora sus técnicos, que en dos ocasiones -en septiembre y marzo- suavizaron las metas de déficit público de Portugal por el empeoramiento de la recesión, el desempleo y las previsiones de su economía, tienen sobre la mesa otra batería de ajustes que Passos Coelho anunció al país el viernes pasado.

El líder conservador recordó que ya ha reducido en los dos últimos años el gasto del Estado en 13.000 millones de euros y presentó las medidas con las que aspira a bajarlo en 4.800 millones más de aquí a 2015.

Passos Coelho, que invitó a la oposición a “dialogar” sobre las medidas y se mostró dispuesto a sustituirlas por otras siempre que tengan el mismo resultado, anunció que se prescindirá de 30.000 funcionarios, cerca de un 5 % del total.

También aumentará la edad de jubilación, de los 65 a los 66 años, alargará la jornada laboral de los trabajadores públicos de 35 a 40 horas semanales, aplicará un gravamen no cuantificado a las pensiones y recortará un 10 % de gastos en todos los ministerios.

Antes de que comience el proceso de diálogo al que fueron convocados los partidos de la oposición -incluido el socialista que encabeza las encuestas- y los sindicatos, todos han rechazado ya las nuevas medidas de austeridad y piden la renuncia del Gobierno y políticas que incentiven el crecimiento y el empleo.

Incluso el partido democristiano (CDS-PP), que garantiza la mayoría absoluta del Gobierno en el Parlamento y tiene varios ministros en el Ejecutivo, expresó esta vez su desacuerdo con el impuesto a las pensiones, que no podría ser aprobado sin sus votos.

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