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Primer aniversario de la expropiación

Repsol, un largo y duro año sin YPF

Repsol mantiene varios litigios internacionales Las negociaciones no han prosperado Las cotizaciones siguen si recuperarse

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en una imagen de 2007.
El presidente de Repsol, Antonio Brufau, con la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en una imagen de 2007.Reuters
Carmen Monforte

Mañana se cumple un año de la expropiación de YPF, filial hasta entonces de Repsol, por parte del Gobierno argentino. El 16 de abril de 2012, su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, decretaba la nacionalización del 51% de YPF propiedad de Repsol, decisión que días después, el 3 de mayo, refrendaría el parlamento nacional. Las amenazas soterradas de Kirchner para recuperar una petrolera que Repsol adquirió en 1999 por 13.000 millones de euros tras su privatización, habían hecho temer lo peor ya desde meses antes.

 A un año del suceso, el resumen de la situación es el siguiente: Argentina no ha ofrecido compensación alguna por el paquete expropiado (se considera, por tanto, una confiscación); Repsol se ha visto abocada a promover un arbitraje internacional ante el Ciadi (organismo del Banco Mundial dondes se dirime la vulneración del Appri, acuerdo bilateral de protección de inversiones entre España y Argentina) y desde el punto de vista económico, ambas empresas se han debilitado tras la separación forzosa.

En el ámbito puramente judicial, Repsol, que mantiene un 12% de YPF (el 6% que no le fue nacionalizado y la participación que le correspondió del grupo local Petersen, al que había financiado, y que se declaró insolvente tras la intervención) mantiene varios litigios, algunos en Argentina. Concretamente, por violar la propiedad privada que garantiza la Constitución del país y por disciminación (fue el único accionista al que se le expropió).

También en tribunales de Nueva York, junto a otros accionistas, por la pérdida patrimonial sufrida por las acciones que cotizan en Wall Street (al día siguiente de anunciada la operación, las acciones de YPF se derrumabron un 29%) , además de las denuncias contra empresas que han firmado acuerdos con YPF para explorar el campo de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta (en la Patagonia), cuyos colosales recursos se consideran la razón última de la expropiación por parte de Argentina. Entre las denunciadas, está la petrolera estadounidense Chevron.

Ninguna de las dos compañías ha recuperado su valor de antes de la nacionalización

Con todo, el pleito más relevante es el arbitraje ante el Ciadi, que la compañía que preside Antonio Brufau activó a principios de diciembre, tras esperar los seis meses preceptivos que el Appri establece para intentar antes un acuerdo amistoso. Además de no haber recibido compensación alguna por una expropiación que Repsol considera “ilícita”, el Estado argentino ha incumplido la norma que le obligaba a lanzar una opa por el 100% en caso de querer recuperar YPF, y por el precio que se deriva de una fórmula reglada.

Aunque se desconoce la cifra que finalmente reclamará la petrolera española, hace un año se calculó en 18.500 millones de euros, que incluían el valor de la participación y el lucro cesante por Vaca Muerta.

En este tiempo, no han faltado rumores sobre supuestos acercamientos entre el Gobierno argentino con Repsol (algo que sus responsables han negado una y otra vez);con su principal accionista, La Caixa, o con miembros del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Estas negociaciones serían producto, según distintas fuentes, del deseo de Kirchner de cerrar el conflicto con la empresa española para recuperar la confianza perdida de los inversiones extranjeros (necesarios para explorar los recursos de YPF) en el país andino.

De los encuentros solo se ha confirmado el que tuvo lugar en marzo entre el presidente de la entidad, Isidro Fainé, y la presidenta argentina.

Balance económico

Desde un punto de vista financiero, la evolución en Bolsa de ambas empresas da idea del daño causado por la expropiación. YPF, sufrió un descalabro en la Bolsa de Buenos Aires tras su anuncio (alcanzando un mínimo en junio de 2012, hasta 65,8 pesos por acción) y aunque se ha recuperado (hasta 118,4 pesos el viernes) no ha llegado a recuperar el máximo que logró el 23 de enero de 2012, que si situó en 186,5 pesos.

En el caso de Repsol, la evolución ha ido en cierto modo pareja:el 1 de enero del año pasado, justo antes de que se desataroan los rumores de nacionalización, las acciones de la compañían lograron un máximo de 21,8 euros; posteriormente, en julio se fueron al mínimo del año, 10,6 euros y en estos momentos, se situán en torno a los 17 euros.

Apenas sin tiempo para lamerse las heridas, y acuciados por la calificación de su deuda (al borde del bono basura), los responsables de Repsol pusieron manos a la obra anunciando un plan estratégico, que presentó a finales de mayo. Este se ha saldado ya con unas desinversiones de más de 5.000 millones de euros, por encima de las previsiones.

La más importante, cerrada el 26 de febrero, en vísperas de la presentación de los resultados anuales, ha sido la venta de su negocio de gas natural licuado (GNL) en todo el mundo a Shell, con la excepción de la planta de regasificación de Canaport, en Canadá, (que ha obligado a unas provisiones de 1.300 millones), que le dará unas plusvalías de 2.679 millones de euros. Con todo, la operación no se cerrará hasta 2014.

Las cuentas de Repsol del año pasado sufrieron la correspondiente amputación (perdió el 26% del Ebitda, por ejemplo), aunque mantuvo el tipo en términos homogéneos. “Reexpresadas las cuentas”, estas se saldaron con un descenso del beneficio neto del 6,1% y un aumento del recurrente del 47%.

Tampoco el balance de YPF (que acaba de sufrir un desafortunado siniestro con el incendio de la principal refinería del país), han corrido mejor suerte. La petrolera argentina vio caer su resultado un 20% el año pasado, hasta los 865 millones de dólares y se mantuvo el resultado operativo. En cuanto a la deuda neta, se disparó en 1.200 millones de pesos, con un encarecimiento de su coste medio del 12%.

Las reservas de la argentina cayeron un 24%, a pesar de la extensión de las concesiones en Santa Cruz. Además de la participación accionarial, a Repsol le fueron confiscadas las concesiones de varias provincias.

El calendario de un expolio

A finales de 2011 comenzaron las filtraciones del Gobierno argentino, que hasta entonces había mantenido una relación amistosa con Repsol, sobre una posible expropiación de YPF. Esta llegó en 2012.

16 de abril

La presidenta argentina declara “de interés público” el 51% de YPF ante un público enardecido en la Casa Rosada y la televisión pública.

3 de mayo

El Parlamento argentino ratifica el decreto del Gobierno. Esta decisión confiere legalidad a una expropiación que Repsol consideró “ilícita” y “confiscatoria”. Días después comunicó a Kirchner su decisión de pleitear.

29 de mayo

Repsol presenta un plan estratégico hasta 2016, en el que prevé una inversiones de 19.100 millones;medio millón de barriles diariosy una tasa de resposición de reservas del 12%.

3 de diciembre

Repsol inicia un arbitraje internacional ante el Ciadi contra la expropiación. También ha denunciado a Chevron por su acuerdo con YPF para explotar Vaca Muerta.

Sobre la firma

Carmen Monforte
Es redactora de Energía de Cinco Días, donde ocupó también los cargos de jefa de Especiales y Empresas. Previamente, trabajó como redactora de temas económicos en la delegación de El Periódico de Cataluña en Madrid, el Grupo Nuevo Lunes y la revista Mercado.

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