Un año para la unión bancaria
La verdad es que escribí una primera versión de este artículo al leer las conclusiones de la reunión del Consejo Europeo celebrada la semana pasada y constatar los avances registrados en el conjunto de iniciativas que nos conducirán a la Unión Bancaria Europea.
Pudiera pensarse que, tras los acontecimientos referidos al rescate de Chipre (incluida la votación de su Parlamento el pasado martes), la cuestión de la unión bancaria ha podido pasar a ser un asunto secundario.
Nada más lejano a la realidad. Estoy convencido de que la Unión Bancaria Europea es y será mucho más importante para España que los acontecimientos de Chipre… aunque hoy pueda parecer lo contrario.
"Estoy convencido de que la Unión Bancaria Europea es y será mucho más importante para España que los acontecimientos de Chipre"
De hecho, en esta misma semana se ha registrado un avance fundamental: el acuerdo entre la Comisión y el Parlamento Europeo sobre la normativa que fundamentará la supervisión bancaria común, eje central de la Unión Bancaria Europea.
Además de ese último aspecto, este ambicioso proyecto comprende un manual único de supervisión ('Single Rule Book'), un posible esquema europeo de garantía de depósitos, un mecanismo común de resolución bancaria, con una auténtica autoridad europea de resolución, y la transposición final de los acuerdos de Basilea III, más conocida como CRD IV. Nada más, y nada menos.
La unión bancaria constituye una de las iniciativas políticas más importantes de la Unión Europea en los últimos años. Consejo a Consejo, podemos constatar su avance tras los acuerdos políticos alcanzados el pasado mes de diciembre.
Vítor Constâncio, vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), destacaba hace unos días que el nuevo mecanismo de supervisión bancaria implicará que todos los bancos de la eurozona (más de 6.000) estarán bajo un esquema común de supervisión con reglas comunes y guías emanadas del Banco Central Europeo.
Ello no implica que todos esos bancos vayan a ser directamente supervisados por el BCE. De hecho, la supervisión directa solo afectará a algo más de 100 bancos, los de mayor tamaño. El resto continuará bajo la supervisión de sus supervisores nacionales, si bien –insisto en esta idea– bajo reglas comunes.
"El avance de la Unión Bancaria Europea es una gran noticia para nosotros. Lo demás, pasará”
De acuerdo con el calendario fijado, a lo largo de este año deberá completarse la tramitación de las normas en que se fundará el nuevo Sistema Europeo de Supervisión Bancaria, presidido por el BCE. En marzo de 2014 iniciará de forma efectiva su tarea de supervisión directa, sustituyendo en parte a los supervisores nacionales.
En el caso español, esto implicará que el año próximo gran parte del sistema financiero español estará sujeto a la supervisión directa del BCE, dado el tamaño que han alcanzado muchas entidades tras el proceso de consolidación producido en estos años. Para España, estos avances constituyen una noticia muy positiva por cuanto esta iniciativa puede permitir la ruptura del círculo vicioso creado entre balances bancarios y riesgo soberano.
Queda una cuestión importante por decidir, y ese sí que es un debate vital para nosotros: si el mecanismo de recapitalización directa de bancos por parte del MEDE, contemplado en los acuerdos alcanzados, podría aplicarse retroactivamente, de modo que los apoyos concedidos a algunas entidades españolas no computaran como deuda pública.
Tenemos buenas razones para sostener que ello pueda ser así, tras el atento escrutinio al que se han visto sometidos nuestros bancos y el control de la troika sobre las medidas de reestructuración y recapitalización del sector financiero español.
Por ello, y a pesar de las noticias preocupantes que llegan de Chipre, centrémonos en lo realmente importante (y positivo): el avance de la Unión Bancaria Europea es una gran noticia para nosotros. Lo demás, pasará.
Francisco Uría es socio responsable de sector financiero de KPMG-España.