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Los inversores, de regreso a la renta variable

Durante años, decir Bolsa ha sido para algunos casi como hablar de la peste. El estallido de la crisis económica de 2008 y sus repercusiones en los parqués, provocando pérdidas de hasta el 50% en los mercados mundiales, hicieron que la inversión huyera de su territorio tradicional, la renta variable, para dedicarse con más interés a explorar otros tipos de activos menos volátiles. Hoy, según los expertos, parece que las condiciones han mejorado, hasta el punto de que los grandes inversores están devolviendo a la Bolsa su peso habitual en las carteras después de representar mínimos históricos. Prueba de ello es lo comentado que ha sido que el fondo soberano de Noruega haya aumentado en 2012 su exposición a acciones hasta el 60%, desde el 40% que mantenía desde 2007.

El 60% del fondo soberano de Noruega son acciones

En España, los productos garantizados siguen en el podio

Pero esos vaivenes no son igual de bruscos en todas las áreas. En España, por ejemplo, la crisis mundial hizo que la renta variable, ya de por sí con poco peso dentro del total del sector, cayera hasta representar solo un 5,3% de los fondos, cuando dos años antes, en 2006, suponía el 12% del total. Se ha recuperado algo, ya que al finalizar 2012 su peso era del 8,3% (la mayoría en renta variable internacional), tras vivir un año lleno de altibajos y con las declaraciones del gobernador del BCE, Mario Draghi, de comienzos del verano como claves para que la apuesta por las acciones comenzara a subir fuertemente desde sus mínimos históricos, una tendencia que tiene visos de mantenerse.

“Nos gusta mucho Estados Unidos por crecimiento, pero por valoración más Europa, donde hay compañías con precios muy atractivos”, afirma Antonio Salido de Fidelity

En cualquier caso, los españoles seguimos siendo conservadores y son los productos garantizados, “con nula presencia de renta variable, los que más éxito están teniendo en España”, resalta Ángel Martínez-Aldama, director general de Inverco, quien recuerda que en planes de pensiones este tipo de producto, con 301 millones de euros, ha sido la categoría con mayores aportaciones netas.

“Las palabras de Draghi asegurando ‘hacer lo que fuera necesario para preservar el euro fueron el principal motor para el cambio”, según Marc Craquelin de Financière de l’Echiquier

“Vemos un movimiento prudente y gradual hacia títulos con rendimientos más altos. Aún no ha habido salidas considerables de renta fija”, opina Amparo Ruiz de Petercam

También en Estados Unidos la huida de la Bolsa provocó que la renta variable pasara de suponer en torno al 55% de los activos en los años anteriores a bajar hasta el 39% el año de la quiebra de Lehman Brothers (2008), para luego ir recuperando el terreno perdido aunque sin llegar a las proporciones anteriores, según datos difundidos por Inverco.

Si nos fijamos en Europa, el Viejo Continente aún busca retomar los niveles de antes de la crisis. De hecho, las estadísticas de Lipper cifran en el 51% la proporción de Bolsa en 2007, cayendo al 40% un año después y todavía hoy en el 43%. “En España somos muy radicales y cuando nos vamos, nos vamos”, dice Antonio Salido, director de marketing y comunicación de Fidelity, “mientras que en Europa la bajada fue menos radical y también está siendo más gradual la remontada”.

“La Bolsa es una buena opción a considerarcuando la mayoría de los productos de ahorro han visto reducida su rentabilidad”, subraya Javier Añorga de ING Direct

Pero ¿es realmente buen momento para regresar a la Bolsa? María Muñoz, asociada de EFPA España, es tajante: “2013 va a ser un año óptimo para la renta variable. Incluso podría decir que creo que será un momento histórico, previendo un ciclo alcista que puede ser sostenido”.

“Sí. En realidad llevamos favoreciendo las inversiones en renta variable desde el pasado verano. Las palabras de Draghi asegurando su compromiso de ‘hacer lo que fuera necesario para preservar el euro’ fueron el principal motor para el cambio”, afirma Marc Craquelin, director de Inversiones de Financière de l’Echiquier.

Schroders, por su parte, pudo comprobar en su última conferencia de inversión cómo el 89% de los clientes intermediarios reunidos coincidían en apoyar la capacidad de la renta variable internacional para generar rentabilidades más elevadas desde este momento hasta finales del año 2013. Y dentro de esta, un claro interés por la europea.

Siguiendo con los mercados, Salido, de Fidelity, asegura que “nos gusta Estados Unidos por crecimiento, pero por valoración más Europa, donde hay compañías con precios muy atractivos”.

En cuanto a los grandes inversores, aquellos que con sus decisiones son capaces de mover mercados, no todos los expertos se ponen de acuerdo a la hora de valorar las actuales rotaciones de cartera. Beatriz Barros de Lis, country manager de Axa IM en España, explica que “hemos visto entradas en renta variable”, pero no provienen de renta fija, “sino de otros productos como los fondos monetarios o de otros activos diferentes”.

Craquelin destaca que en Financière de l’Echiquier “creemos que estamos en un momento en el que los inversores deberían pasar de la renta fija a la renta variable, y todo apunta a que este momentum está aumentando”.

En Petercam ven más bien “un movimiento más prudente y gradual hacia títulos con rendimientos más altos. Después de todo, no hemos visto salidas considerables de los fondos de renta fija aún”, aclara Amparo Ruiz, su responsable para España y Latinoamérica.

“Si bien el proceso es lento y paulatino, estamos notando una mayor entrada en fondos de renta variable y un mayor apetito por el riesgo. Por parte de los profesionales, las carteras tienen mayor peso en acciones, adicionalmente porque este año se espera menos recorrido para los activos de renta fija corporativa, ya que la relación riesgo-rentabilidad se ha reducido mucho”, resume Gema Martínez-Delgado, directora de gestión de carteras y asesoramiento de Banco Madrid.

En cuanto a si el particular debe apostar por la Bolsa, Javier Añorga, responsable de productos de inversión de ING Direct España, cree que es una buena opción a considerar “cuando la mayoría de los productos de ahorro han visto reducida su rentabilidad”, pero hay que tener en cuenta algunos factores, como el tiempo –“la renta variable ha demostrado ser siempre una buena inversión a largo plazo”–, la diversificación –ya que “una posible pérdida en alguno de los valores podría compensarse con ganancias en el resto”– o el control de las comisiones en el caso de que optemos por un fondo de inversión.

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