Linde descarta la necesidad de más ayudas a la banca por el alza de la morosidad
Las consecuencias que el elevado desempleo y la caída del PIB -_que se mueven ya en los parámetros del escenario adverso planteado por Oliver Wyman- tendrán en la cartera de hipotecas, pymes y consumo preocupan a los expertos. El Banco de España augura más impagos pero cree que el sector podrá hacer frente a las necesidades de provisiones sin tener que recurrir de nuevo a la ayuda europea.
La banca española dejó atrás un 2012 aciago en el que tuvo que purgar de forma traumática los excesos cometidos en los años del boom inmobiliario y que dejó un panorama revelador de los estragos que el pinchazo de aquella burbuja causó en el sistema: cuatro entidades nacionalizadas, un total de ocho que han necesitado más de 40.000 millones de ayuda europea y un puñado de bancos sanos que, si bien han sobrevivido a la quema, han dejado su cuenta de resultados en los huesos, si no en cuantiosas pérdidas.
La banca abordó el pasado año el exigente ejercicio de reconocimiento de pérdidas que le reclamaba el mercado, con el consiguiente esfuerzo en saneamientos. Pero el proceso no está concluido del todo, a la vista del deterioro de la situación económica, que hace temer por nuevas exigencias de saneamientos en hipotecas, pymes y crédito al consumo, segmentos de negocio especialmente sensibles al desempleo. El Banco de España es consciente y así lo trasladó en un encuentro mantenido la semana pasada entre el subgobernador, Fernando Restoy, y un grupo de economistas españoles de primer nivel, entre los que figuraban José Manuel González-Páramo, José Manuel Campa o Luis Garicano.
El Banco de España mostró su confianza en que la banca española pueda absorber el impacto de un deterioro adicional en su cartera hipotecaria, al consumo o de pymes, descartando con ello que durante el presente ejercicio, y ante la prolongación de la crisis económica, pueda surgir la necesidad de pedir ayudas adicionales al Mecanismo Europeo de Estabilidad, que todavía tendría permiso para prestar otros 60.000 millones al sistema financiero español. El diagnóstico del Banco de España contrasta en cambio con el análisis que hacen algunos de los asistentes al encuentro, que mostraron a Restoy su inquietud por el impacto que un nuevo repunte de la morosidad podría tener en el sistema. "Lo preocupante es que la economía no se recupere según lo previsto. Y nos lo estamos jugando todo a esa recuperación", señalan en el sector.
Los expertos recuerdan que la situación económica se está aproximando ya al entorno económico más adverso dibujado en el ejercicio de estrés de Oliver Wyman en una de sus variables más determinantes, la tasa de desempleo. La previsión para 2013 es del 26,8% y del 27,2% para 2014, partiendo del 26,02% del cierre de 2012. Un entorno cercano al que apunta el consenso de expertos del Panel de Funcas, que prevé una tasa de desempleo -según la EPA- del 26,7%. La Comisión Europea se suma también a las duras previsiones de desempleo, con una estimación de tasa de paro en 2013 del 27%.
Oliver Wyman dio al escenario adverso de su ejercicio de estrés una probabilidad de cumplimiento del 1%, aunque la realidad comience a aproximarse también a la ficción en la estimación de caída del PIB. La consultora prevé un descenso del PIB real en 2013 del 2,1% -más otro 0,3% en 2014-, y la media del panel de Funcas arroja una caída del 1,5%, que se amplía al 2% en instituciones como Intermoney y al 1,8% en el caso de AFI o Solchaga Recio & Asociados.
El propio sector reconoció en las presentaciones de resultados que la morosidad seguirá creciendo este año, hasta alcanzar el pico a finales del ejercicio. La banca observa 2013 con el alivio de haber pasado ya por lo peor pero con extrema cautela, consciente de que el elevado desempleo no permitirá una boyante actividad. En AFI calculan que, sin contar con el efecto distorsionador de Sareb, la morosidad aumentará al 15% a fin de año y prevén que el sector tenga que dedicar el margen de explotación a saneamientos, sin mayores beneficios. "La capacidad de aguantar en provisiones será similar a la de 2012", explica desde AFI Esteban García, aunque con la gran diferencia de que no se prevén más decretos.
Un escenario adverso casi real
El resultado de la auditoría de Oliver Wyman a la banca española, cuyos resultados se publicaron a finales de septiembre, sirvió como ejercicio de transparencia con el que destapar de una vez los riesgos crediticios que no había terminado de reconocer en el sector y su impacto en la solvencia de las entidades. Arrojó un déficit de capital en el conjunto del sistema de 55.902 millones de euros, sin tener en cuenta los procesos de integración, de acuerdo con el escenario adverso. Este escenario es el que se tomó como referencia para cumplir con las exigencias de solvencia, aunque considerando un ratio de capital del 6% según la definición de la Asociación Bancaria Europea, no del 9% establecido como mínimo legal. "Se buscó ante todo dar credibilidad, dar un volumen de pérdidas alto con el que convencer al mercado", explica Esteban García, analista de AFI. Recuerda que en su momento se cuestionó que los parámetros macroeconómicos del escenario adverso no eran de extremada dureza y meses después están acercándose a la realidad, con especial evidencia en las tasas de desempleo."El escenario no era muy pesimista, aunque el déficit de capital detectado sí fue elevado, lo que hizo así el ejercicio más creíble", añade. Y apunta que no se llegó a abrir la caja negra de la auditoría: explicar de qué modo el escenario adverso desembocaba en el déficit que afloró.