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La recesión, el alza de impuestos y el paro hacen caer los resultados un 10,7%

Las ventas del comercio se hunden en 2012 y anotan el peor año de la crisis

El comercio minorista no levanta cabeza. Las ventas se desplomaron el pasado año un 6,8% (10,7% si se corrige el efecto del calendario), lo que convirtió a 2012 en el peor ejercicio para los comercios desde que empezó la crisis hace cinco años. Los resultados se hundieron en todas las regiones y en todos los tipos de establecimientos.

Las empresas y el sector público siguieron destruyendo intensamente empleo en 2012 (otros 850.000 empleos); los salarios se moderaron al máximo cuando no bajaron; y el IRPF y el IVA subieron en enero y septiembre. Con todo ello, la economía española lejos de empezar a ver la luz, volvió a recaer en la recesión.

Con estos mimbres las decisiones de consumo de los españoles no podían hacer otra cosa que resentirse. Así lo hicieron y de la forma más intensa registrada desde el principio de la crisis en 2008.

Esto es lo que indican los datos de las ventas del comercio minorista al cierre del pasado año, dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) que reflejan un desplome de la actividad del comercio del 6,8% de media anual a precios constantes (eliminando el efecto de la inflación).

Si además, se depura más este dato y se corrige del efecto estacional (aplicando la diferencia en el número de días hábiles de cada mes), el hundimiento de las ventas es aún más pronunciado, del 10,7% en comparación con diciembre de 2011. Con ello, las ventas al por menor suman ya 30 meses consecutivos de caídas interanuales.

Así, da igual el dato que se utilice para medir este indicador macroeconómico, 2012 fue el ejercicio que reflejó unas menores ventas minoristas en los últimos cinco años.

Además del recrudecimiento general de la crisis, las cifras reflejan que la subida del IVA en septiembre lastró especialmente las ventas del sector minorista. En ese mes se registró la mayor contracción de resultados interanuales corregidos de toda la crisis al descender un 11% respecto al mismo mes de 2011.

Pero, ¿qué es lo que han dejado de comprar los españoles? Pues fundamentalmente los bienes que no están relacionados con la alimentación. De hecho, la caída media anual en 2012 de las ventas de alimentos fue del 2,5% (5,1% interanual en diciembre). Mientras que las transacciones del resto de los productos registraron un fuerte descenso medio mensual del 9,5% (-14% interanual).

Dentro del cajón de sastre que supone el capítulo de productos no alimenticios, el equipamiento para el hogar fue el que registró menores ventas en el comercio (con una reducción media del 10,6%).

Si se analiza el comportamiento de este indicador a lo largo de los cinco años que dura ya la actual crisis, se observa que las ventas de productos alimenticios son las que menos se han visto afectadas por el empeoramiento de la marcha de la economía a partir de mediados de 2011 (ver gráfico).

Las ventas del resto de productos, tras un desplome más acentuado que el actual en el primer trimestre de 2009 con la primera gran oleada de despidos de la crisis, han ido disminuyendo progresivamente con mucha más intensidad que las de los alimentos.

En cualquier caso, ni siquiera las ventas de la pasada temporada navideña lograron aliviar los resultados del pasado ejercicio, ya que en valores mensuales (diciembre sobre noviembre) protagonizaron un aumento del 22,1%, el menor repunte de los últimos cinco años en el último mes del ejercicio.

De hecho, el sindicato CSI-F, el más representativo en las Administraciones Públicas, llamó la atención sobre la negativa repercusión que ha tenido sobre el consumo, en su opinión, la supresión de la paga extra de Navidad a los casi tres millones de empleados públicos. Esto representó retirar de la circulación unos 4.300 millones de euros en diciembre, que, en su mayoría, se hubieran destinado a compras navideñas.

Para la Confederación Española de Comercio (CEC) diciembre pasado fue el peor mes de los últimos 20 años, pese a la campaña de Navidad, que suele suponer entre el 20% y el 25% del total de las ventas anuales.

Un mal muy extendido

Igualmente, a la hora de ver qué ha ocurrido por territorios, el desplome de las ventas en 2012 afectó a todas las comunidades autónomas; si bien con distinta intensidad. En términos medios anuales, las regiones de Castilla-La Mancha (con una caída de las transacciones al por menor del 9,5%) y la Región de Murcia (-9,3%) fueron las comunidades más negativamente afectadas por el retroceso de la actividad comercial.

Por el contrario, las comunidades donde mejor aguantaron los comercios fueron Extremadura y Galicia, con una disminución de su facturación del 4,2% y 5%, respectivamente; en ambos casos por debajo de la media nacional.

Por lo que se refiere a la actividad y el empleo, la caída de las ventas afectó negativamente a todos los tipos de establecimientos. Aunque las peor paradas el pasado año fueron, con diferencia, las grandes superficies, que vendieron un 9,1% menos; mientras que las pequeñas cadenas de distribución y los pequeños comercios de una sola localización anotaron descensos ligeramente inferiores (del 8,7% y 7,8%, respectivamente). Todos estos recortes fueron en beneficio de las grandes cadenas de distribución que solo registraron un descenso medio del 1,8% en sus transacciones en todo 2012.

Ajustes de empleo

Consecuentemente, este agravamiento de la crisis del comercio tuvo su traslación al empleo, con un ajuste del índice de ocupación en el sector del 1,2% (algo mayor en términos interanuales, con un recorte del 1,4% de puestos de trabajo en diciembre en comparación con el mismo mes del año anterior).

A pesar de que las grandes superficies fueron las que más disminuyeron sus ventas, fueron las pequeñas cadenas las que más empleo destruyeron en 2012 (con una caída media del índice de ocupación del 3,8%). Si bien les siguieron las grandes superficies, que prescindieron del 3,3% de su personal.

Así, y en consonancia con un menor deterioro de sus resultados, las grandes cadenas de distribución terminaron el pasado ejercicio creando empleo, aunque de forma muy débil (con un avance del 0,6% en media anual).

En cualquier caso, el ajuste de empleo que está llevando a cabo el sector es de menor intensidad que el experimentado por la economía en general, que terminó 2012 con un ritmo de destrucción de la ocupación que rozó el 5%.

En este contexto, la patronal de las grandes empresas de distribución (Anged) abrió la caja de los truenos la semana pasada al plantear a los sindicatos del sector un notable empeoramiento de las condiciones laborales de sus trabajadores, de cara a la negociación del nuevo convenio colectivo que estará vigente hasta 2006. Las propuestas iniciales de esta patronal -que ahora admite suavizar en la negociación- suponían entre otras cosas eliminar una paga extra, los complementos salariales por trabajar domingos y festivos y ligar las retribuciones a la evolución del consumo; al tiempo que proponía ampliar la jornada.

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