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Columna
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Cameron sueña con una UE imposible

David Cameron, primer ministro británico, intentó explicar su postura respecto a Europa en un discurso que culminó con la promesa de un referéndum en unos años sobre la pertenencia a la Unión Europea (UE). Pero su sueño es confuso y contradictorio. Cameron quiere una «unión flexible de estados miembros libres». La libertad en la que parece interesado se centra en la habilidad británica para ignorar las normas europeas que no le gustan. Este sueño descentralizador puede caer bien en el Reino Unido, que tiene una mayor proporción de votantes anti UE que cualquier otro miembro de ella. Pero en cualquier sitio de la UE los ideales de Cameron despertarán poco entusiasmo.

Los votantes de la UE pueden estar, como poco, desconcertados en cuanto al proyecto europeo, pero siguen eligiendo líderes que están comprometidos con una unión incluso más estrecha. Esta es la lección principal de la crisis de la eurozona. Pese a que muchos políticos europeos comparten algunas de las preocupaciones de Cameron, pocos reconocen su visión de una Gran Bretaña como fuerza constructiva de Europa. Su discurso solo reforzará su escepticismo.

La hoja de ruta de Cameron parece ir así. El Reino Unido observa y se queja mientras el resto de la UE va hacia una unión fiscal y financiera. Luego, después de que sea reelegido primer ministro en 2015, convence a la UE para que cambie el rumbo en muchos aspectos clave. Este triunfo es seguido por un rotundo voto británico a favor de pertenecer a la unión en el referéndum.

Es más probable un largo período de creciente aislamiento británico de las decisiones importantes, durante el cual su incierto futuro europeo disuada a los inversores y a las empresas. Mientras, muchos votantes británicos buscarán candidatos que apoyen a una Gran Bretaña que no puede existir.: la fantasía de ser económicamente autosuficiente y respetada en todo el mundo.

El sociólogo Albert Hirschmann explicó que quienes pertenecen a grupos tienen que hacer una elección crítica. Deben elegir entre ejercer su voto, intentando cambiar las cosas que no les gustan, o abandonar. Señala que no deberían amenazar de primeras con salir, ya que les desacredita. Cameron parece no haber aprendido esta lección política básica.

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