Europa pierde la hegemonía del comercio mundial en favor de Asia
La zona euro, el tradicional refugio de los exportadores españoles para esquivar las diferentes crisis en Asia o Latinoamérica, se ha convertido en una ratonera de difícil escapatoria. Pese a los esfuerzos del Ejecutivo a través de planes promocionales para impulsar las ventas a los emergentes y de las empresas para buscar mercados alternativos, la estadística apenas presenta cambios desde que se inició la crisis.
En 2008, la zona euro recibía el 60% de las ventas; cuatro años después ese porcentaje ha descendido tan solo al 49%. La dependencia española es especialmente apreciable con cuatro países (Francia, Alemania, Italia y Portugal), que adquieren el 33% de las exportaciones. Todas han experimentado un profundo ajuste en los últimos trimestres que se ha traducido en un fuerte deterioro económico. Portugal, intervenida por la Troika, está sumida en una profunda recesión, de la que va a tardar bastantes años en salir, mientras que los organismos internacionales vaticinan que Italia no volverá a crecer hasta 2014. Francia, el principal cliente español (con un 16,5% de las exportaciones) ha encadenado este año tres trimestres sin crecimiento y el último lo cerrará en tasas negativas, lo que llevará a iniciar 2013 en recesión, según avanzó el Banco de Francia. De ese deterioro generalizado tan solo se libra Alemania, que será la única gran nación de la zona euro que logrará crecer en mitad de la tormenta perfecta generada por el elevado endeudamiento y la reducción obligatoria de gastos recetada desde las instancias comunitarias.
El tirón de la locomotora europea no ha servido para amortiguar la caída de las exportaciones españolas a la zona euro, que iniciaron un leve descenso en agosto (-0,1% en tasa anual) y se desplomaron en septiembre (un 6,9%). El frenazo del tercer trimestre ha emborronado los progresos logrados en los dos primeros de este año y ha provocado que la cuota exportadora, que mide el peso de las ventas al exterior de España en relación a los intercambios mundiales, haya descendido hasta el 1,59% del total entre enero y septiembre, según las estadísticas que elabora la Organización Mundial de Comercio. Se trata del mínimo de la serie histórica y es una muestra de los cambios que se están produciendo en el poder económico y comercial en el mundo.
Los esfuerzos de las empresas españolas para ganar competitividad a través de menores precios y márgenes les ha permitido recuperar este año el volumen de exportaciones registrado en 2008, fecha en la que se inició la crisis, con unas exportaciones que se elevaron a 165.000 millones de euros entre enero y septiembre. Sin embargo, la cuota exportadora, lejos de mantenerse, ha retrocedido un 10,7% en ese período.
¿Cuáles han sido las razones? La principal es el empuje experimentado por los países emergentes desde que estalló la crisis financiera mundial, gracias en gran medida a su escasa dependencia comercial con la UE y al mercado que han tejido entre las naciones en vías de desarrollo, en especial en Asia. Un dato que avala esta tesis es el sorpasso experimentado por los países asiáticos frente a los europeos, ya que entre junio y septiembre les han superado por primera vez en la historia como los más vendedores del mundo. En ese período, las exportaciones de los países de la zona euro se han elevado a 1,16 billones de euros, mientras que los de los asiáticos han sido de 1,17 billones.
La clasificación de las veinte naciones más exportadoras del mundo ilustra a la perfección este fenómeno. De ese grupo, tan solo cinco han logrado mejorar su posición con respecto al pasado ejercicio (China, EE UU, Rusia, Canadá y Arabia Saudí) y una lo ha conseguido mantener (Singapur). El resto ha experimentado descensos significativos, especialmente apreciables en los países que comparten el euro, donde todos han perdido peso comercial en el mundo al registrar una menor cuota exportadora. Eso les ha llevado a perder posiciones en el ranking.
Italia ha perdido la octava posición en favor de Rusia; Bélgica ha caído del undécimo al duodécimo puesto, al que ha accedido Canadá; España ha perdido el decimoséptimo puesto en favor de India.
Otro dato que avala la pérdida de protagonismo de la zona euro es la supremacía de China en el panorama comercial mundial. El país asiático ha ganado un 7% de cuota exportadora entre enero y septiembre, con un porcentaje del 11,1% del total mundial. China relegó a Alemania en 2009 y desde esa fecha ha ido ensanchando paulatinamente su diferencia, que en este último año ha superado los 300.000 millones de euros en términos absolutos y los tres puntos en cuota exportadora. La locomotora europea también se ha visto rebasada este año por EE UU, que la supera por 100.000 millones y cuya cuota es siete décimas superior.
¿Frenazo a la recuperación española?
Este cambio en el orden comercial mundial ha pillado a España con el pie cambiado y puede suponer un frenazo para la recuperación económica, en la medida que la demanda exterior está siendo la única fuente de crecimiento de una economía española que amenaza con entrar en barrena. En 2012 aportará, según las previsiones que el Ejecutivo ha incluido en el cuadro macroeconómico, 2,5 puntos de crecimiento que servirán para amortiguar el desplome de cuatro puntos de la demanda interna. El ajuste masivo de gasto, la merma en la renta disponible y la subida de impuestos va a mantener bajo mínimos el consumo y la inversión en 2013, por lo que la demanda interna caerá otros tres puntos el próximo ejercicio y la externa mantendrá un avance de 2,3 puntos. Esta última previsión está basada en un hipotético crecimiento del 6% de las exportaciones, una cifra que difícilmente se va a cumplir a menos que la zona euro experimente una inesperada recuperación (algo poco previsible según el consenso de los grandes organismos internacionales) o que las ventas al exterior a los emergentes crezcan a tasas muy superiores a las actuales.
Los expertos piden rebajas en IRPF y Sociedades para atraer inversión
La ausencia de incentivos y el cierre del grifo bancario son, a juicio de los expertos, los dos principales desafíos que deben sortear las empresas españolas que apuesten por salir al exterior y aquellas extranjeras que opten por instalarse en España. Por ese motivo, reclaman al Ejecutivo mejoras fiscales e incentivos para impulsar vías alternativas de financiación ante la profunda reestructuración a la que se está sometiendo el sector financiero.Rafael Domenech, economista jefe de BBVA Research, considera que el "determinante más importante" de la internacionalización es el tamaño. "Hay muy pocas empresas con menos de 20 trabajadores que exporten algo, mientras que casi todas las que tienen más de 500 empleados venden en los mercados exteriores, por lo que existe una clara correlación entre la propensión a exportar y el tamaño", apuntó durante la presentación del último observatorio económico centrado en el sector exterior. En ese informe se instaba al Ejecutivo a aprobar una devaluación fiscal (rebaja de cotizaciones sociales y subida del IVA) que podría dar lugar, según sus estimaciones, a un aumento del 1,2% del empleo, del 0,93% del PIB y del 1,1% en las exportaciones transcurridos dos años desde su implantación. Otra reforma fiscal que sugería sería establecer una rebaja transitoria de cuatro años en los marginales del IRPF o mejoras en Sociedades para que se incentivara la atracción de talento del exterior.En un contexto en el que endeudarse es muy difícil o conlleva unos intereses inasumibles, la búsqueda de vías alternativas es una solución muy socorrida. Una de ellas son los recursos propios. El presidente del Mercado Alternativo Bursátil (MAB), Jesús González Nieto, subraya que la salida a bolsa "se trata de una buena opción para pequeñas y medianas empresas por ser ágil y sencillo, pero para cifras de financiación todavía bajas". En una jornada organizada por el Foro de Marcas Renombradas, las empresas participantes también destacaron la necesidad de impulsar el capital riesgo o el fomento de esquemas público-privados.