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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Una reunión que se centre en lo esencial

La Conferencia de Presidentes que reúne hoy a Mariano Rajoy con los responsables de las comunidades autónomas se presenta a priori con una hoja de ruta polémica, compleja y agitada. Los presidentes autonómicos acuden al encuentro con distintos enfoques y reivindicaciones, pero con una considerable dosis de común descontento. Un malestar que no solo incluye a los Gobiernos autonómicos de la oposición, sino también a algunos de los presidentes populares -es el caso del de Baleares, José Ramón Bauzá, el valenciano Alberto Fabra y la aragonesa Luisa Fernanda Rudi-. Todos ellos se enfrentan al intrincado nudo gordiano que componen los ajustes presupuestarios aprobados por el Gobierno, la caída de los ingresos fiscales y el cierre de los mercados de deuda. La dureza de los recortes en las cuentas públicas ha quebrado la armonía de discurso en las filas populares, lo que unido a la presión generada por el debate independentista de Cataluña hace prever que la reunión de los presidentes transcurra en un ambiente de desencuentro y tensas reivindicaciones. Pese a ello, la intención de Mariano Rajoy es evitar polémicas y discusiones que puedan desviar la atención del principal objetivo que España tiene en estos momentos: la necesidad de que todas las Administraciones públicas cumplan con su objetivo de déficit para este año.

El presidente del Gobierno tratará de eludir así las honduras del agrio debate independentista, al tiempo que evitar que la conferencia pueda convertirse en un ajuste contra el presidente catalán, Artur Mas. Desde el PP se aseguraba ayer que la reunión servirá para avanzar en un nuevo modelo de financiación autonómica que reconozca el papel de las regiones que más aportan y que no prive de protección a aquellas comunidades más débiles y desfavorecidas. La intención del Gobierno es reformar el sistema de financiación actual a lo largo de la legislatura, una tarea delicada y políticamente espinosa que requiere colaboración leal y mucha responsabilidad por parte de todos los Ejecutivos regionales sin excepción.

La extrema gravedad de la coyuntura que vive España hace necesario que Mariano Rajoy haga uso de la mayor prudencia y tacto político posibles en la reunión de hoy. En un escenario que se presta fácilmente a la demagogia política y los discursos de parte, el presidente del Gobierno debe convencer al conjunto de las autonomías de que la prioridad de todos en estos momentos es cumplir con los compromisos pactados con Bruselas. Una tarea común difícil e ingrata, que no cuenta con compensaciones políticas de ningún tipo, pero que en estos momentos resulta fundamental para construir el futuro de España, y ya no a largo plazo, sino a medio y corto.

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