La hoja de ruta de la banca pende del dictamen de Oliver Wyman
Las entidades recibirán el resultado de los test de estrés la semana que viene.
El futuro de la banca española pende del resultado de las pruebas de estrés realizadas por Oliver Wyman. El sector se prepara para recibir el veredicto de la consultora de forma inminente. El resultado de un examen que determinará las necesidades de capital entidad por entidad en un escenario económico adverso. Y esta radiografía se espera con expectación pues esclarecerá cuáles son las entidades que tendrán que recurrir a ayudas europeas para cubrir su escasez de recursos. El mercado, eso sí, tendrá que esperar hasta final de mes para la publicación de las cifras oficiales.
Empieza la cuenta atrás. El tiempo corre y la semana que viene se perfila crucial para el sector financiero español. Una vez que la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional), parte del comité de seguimiento creado por el Ejecutivo para asegurar la buena marcha de la reforma financiera, dé su visto bueno a los resultados de la auditoría realizada por Oliver Wyman, el Banco de España informará a cada entidad de la metodología y de los resultados provisionales del examen elaborado por la consultora.
La troika se reunió el viernes con Oliver Wyman para contrastar los resultados que ha obtenido y se espera que a mediados de la semana que viene las entidades empiecen a recibir su veredicto, después de que cada una de ellas haya revisado con el Banco de España los datos facilitados en las últimas semanas. La comunicación oficial de estas pruebas, por tanto, no se espera hasta finales de mes, el 28 o el 29 de septiembre, el límite establecido en el memorando de entendimiento que firmó el Gobierno con Bruselas como contrapartida al préstamo acordado para la banca.
El informe de la consultora separará a las entidades en tres categorías, al margen de las nacionalizadas. Un primer grupo lo compondrán las entidades que no necesitan recursos propios, grupo en el que se prevé estén los tres grandes bancos y quizá alguna entidad mediana. El segundo grupo estará formado por las entidades con necesidades de capital identificadas y con recursos para afrontarlos. Y un tercer grupo lo compondrán las entidades débiles y sin la capacidad de preparar planes de reestructuración creíbles para afrontar las necesidades de capital en solitario, un apartado en el que algunos expertos encuadran ya a Banco Popular. Aquellos grupos con déficit de recursos deberán presentar un plan de recapitalización en dos semanas, en principio en octubre. Estos también tendrán que tener el visto bueno del Banco de España y la UE antes de que puedan recibir ayudas públicas. Los fondos europeos se destinarán primero a los grupos nacionalizados y después a las entidades débiles pero viables.
El proceso de análisis de la consultora coincide en el tiempo con el desarrollo del banco malo, otra pieza clave en el proceso de saneamiento del sector financiero. El decreto de la tercera reforma financiera del Gobierno de Mariano Rajoy esboza el funcionamiento de esta sociedad que aglutinará los activos tóxicos de la banca intervenida pero no revela con claridad dos aspectos determinantes para su éxito. En concreto, la valoración a la que se transferirán los activos y el tipo de activos que se aportarán a esta sociedad. Un precio de traspaso bajo provocará necesidades adicionales de capital para el sistema y uno demasiado bajo dificultará el éxito del vehículo al entorpecer la entrada de capital extranjero.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, avisó esta semana que las necesidades de capital de la banca no tienen por qué coincidir con las inyecciones que se lleven a cabo puesto que algunas podrían financiarse por sí mismas. Y aquí resultará clave tanto las fusiones o absorciones que se produzcan, así como las necesidades finales de cada grupo una vez pasen sus activos tóxicos al banco malo.
La banca, en definitiva, afronta la recta final en la decisiva carrera por completar el saneamiento del sector. El resultado de las pruebas de esfuerzo es un requisito imprescindible que detonará el arranque del último baile de fusiones que ayudará a completar el mapa bancario español.
Las cifras
62.000 es el número de entidades que hay ahora mismo en España tras las numerosas fusiones de los últimos años. Se prevé que la cifra se reduzca a la mitad.
100.000 millones de euros baraja el Gobierno para el rescate bancario.
14 millones es el má-ximo que puede solicitar a sus socios europeos.