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Los créditos a pequeñas empresas rentan este año más que nunca

Los bancos hacen caja con las pymes

La banca eleva los márgenes que obtiene del crédito a empresas por encima de hipotecas y consumo, y compensa así la parálisis en la actividad

El negocio cae y los problemas crecen. La banca lo sabe y, por eso, trata de enderezar la situación. ¿Su fórmula? Mejorar la rentabilidad de los nuevos créditos que otorga. Las pymes son las que más margen de actuación dan. Pero no las únicas. Bancos y cajas también sacan ahora más partido de los créditos a grandes empresas y a familias.

Los banqueros más avezados del país describen en sus intervenciones públicas la esencia del negocio financiero como un juego de mandíbulas. El maxilar superior refleja el dinero que gana el banco con los intereses que carga por el dinero que presta. El maxilar inferior marca lo que le cuesta a la entidad captar ahorro entre clientes y mercados mayoristas.

Cuando las mandíbulas se abren, el negocio va viento en popa. La entidad logra más beneficios por cada céntimo que intermedia. Si empieza a cerrarse el espacio entre esas mandíbulas, se enciende el piloto de alarma: la entidad paga demasiado por lograr pasivo (depósitos) y no obtiene un rendimiento suficiente del activo (créditos). O se endereza la situación o la entidad va directa a la quiebra porque da duros a cuatro pesetas y eso es mal negocio.

Los datos facilitados por el Banco de España muestran cómo los márgenes del negocio bancario van al alza. Es decir, el precio de los préstamos -el rendimiento del activo- crece más deprisa que el coste del pasivo. Y esto es así tanto si se toma como referencia el coste de captar depósitos minoristas como si se compara con el euríbor, es decir, con el tipo de interés aplicado a las operaciones de financiación entre bancos en Europa.

Las cuentas de resultados semestrales también atestiguan cómo ya da frutos la revisión de precios de los préstamos que se emprendió al estallar la crisis. El margen de intereses -magnitud que mide la diferencia entre el coste de captar pasivo y el rendimiento del activo- evoluciona de forma sólida en los bancos más importantes del país. En la red española de Santander sube un 8,3% y un 4% en la de BBVA. En Popular repunta un 37,4% y en Sabadell otro 11,7%. Entre tanto, en CaixaBank se incrementa un 15,7% y en Bankinter crece un 34,64%.

Para las entidades es esencial que el negocio típico sea robusto porque es su principal defensa ante el alza de impagados y el amontonamiento de activos adjudicados. La tasa de mora alcanzó el pasado junio el 9,42% mientras que la auditoría externa realizada por Oliver Wyman calcula que el sistema financiero necesitará hasta 62.000 millones para recapitalizarse. Ante estos deberes, las entidades han encarecido sus créditos.

PYMES

El segmento donde más se percibe el aumento de los diferenciales es en los préstamos a empresas por importes inferiores a un millón de euros. Es decir, en la financiación que solicitan las pymes.

A lo largo de todo el año, los nuevos préstamos a compañías medianas y pequeñas se han concedido a un tipo medio próximo al 5,50%. Esto implica que han arrojado un margen superior a los 350 puntos básicos si se mide este interés con el coste de retribuir los depósitos de las propias empresas o de entre 400 y 450 puntos básicos cuando se compara con la marcha el euríbor. Los préstamos a las pymes rentan ahora a bancos, cajas y cooperativas más que nunca en la última década, como muestran las series históricas del Banco de España.

Como reconoce un banquero que prefiere mantener el anonimato, "los productos para empresas dan más juego en materia de rentabilidad. Además, en cuanto haya una mínima recuperación de la economía española, ellas serán las primeras en salir adelante".

Grandes empresas

La rentabilidad de los grandes créditos, aquellos que piden las grandes corporaciones y que superan el millón de euros, también ha ido al alza en el último año y medio. El Banco de España indica que desde que comenzó 2012, se les ha aplicado una tasa anual equivalente (TAE) de entre el 3,06% y el 3,70%. Su interés, por tanto, ha estado en línea con el de las operaciones firmadas 2011. Sin embargo, la rentabilidad de estos préstamos se ha incrementado porque el pasivo se ha abaratado. Ya se aproxima a los 250 puntos básicos.

Precisamente, el coste del pasivo es una de las claves que marca la mejora general de los márgenes de intereses de los bancos. Las dudas de los inversores internacionales hacia España han provocado un cerrojazo de los mercados mayoristas a las entidades del país. Para compensar esta situación, bancos y cajas se volcaron en la captación de depósitos entre los clientes. La llamada guerra del pasivo ha dado, no obstante, síntomas inequívocos de moderación este año. La retribución media de una imposición a plazo de un particular ronda ahora el 2,30% y el 1,80% si es una empresa. En 2011 eran el 2,79% y el 2,13% de media, respectivamente. Sobre este hecho ha influido la penalización de los llamados superdepósitos por parte del supervisor y la redirección de los ahorros hacia los pagarés. El Banco de España no ofrece información pública sobre el dinero invertido en estos títulos de deuda a corto plazo ni del interés que rentan.

Otro factor determinante en el abaratamiento de los recursos para la banca han sido las operaciones de financiación del BCE. Las entidades nacionales han solicitado a Fráncfort 332.847 millones a tres años y 69.338 a corto plazo. En total: 402.185 millones.

Familias

Los tipos de interés aplicados a los nuevos préstamos al consumo a particulares se mantienen estables en los últimos años, incluso muestran un ligero descenso. La TAE media ronda el 9%. Tampoco anotan grandes variaciones si se mira su rentabilidad. Los bancos suelen obtener unos 600 puntos básicos de margen. El diferencial es elevado porque son créditos que conllevan más riesgo. Estos préstamos rara vez cuentan con el respaldo de un colateral y son los primeros que la gente deja de pagar en caso de apuro.

El panorama de la financiación para la compra de vivienda es bien distinto. Las hipotecas son préstamos otorgados con plazos de devolución muy elevados -habitualmente de varias décadas- y a un tipo de interés comparativamente bajo. ¿La razón? El riesgo es menor. Por un lado, porque los impagos son inusuales, sobre todo en el segmento de primera vivienda. "En España, la hipoteca se paga", repite con frecuencia Alfredo Sáenz, consejero delegado de Santander. Y por otra parte, porque la casa actúa de garantía en caso de que la deuda no se salde.

Las hipotecas conllevan otros riesgos para el banco que las concede. La entidad recobrará el dinero otorgado de forma gradual en un plazo de 20, 30 o 40 años. Sin embargo, concedió el préstamo con fondos captados a plazos mucho más cortos. Y renovar ese pasivo se vuelve un problema en momentos de falta de liquidez: el banco debe pagar un interés mayor y existe el riesgo de que ese encarecimiento sobrevenido se coma el margen que renta la hipoteca concedida.

El repunte de la morosidad ocasionado por el aumento del paro y la necesidad de amoldarse a un entorno donde el pasivo es más caro han provocado que bancos y cajas hayan ensanchado los diferenciales que obtienen de los préstamos para vivienda desde principios de 2011. Las nuevas hipotecas arrojan un margen de 100 puntos básicos si se las compara con la rentabilidad otorgada a los depósitos minoristas de particulares, y de 200 puntos básicos sobre el euríbor. Hace 18 meses, su rendimiento era de 100 puntos menos tomando como referencia cualquiera de las dos referencias citadas.

Préstamos a pymes, a grandes empresas, al consumo o hipotecas. El ensanchamiento de los diferenciales está ahí. Como recuerdan expertos de un banco cotizado, "desde hace cuatro años se busca mejorar la rentabilidad de cada cliente y cada maestrillo tiene su librillo: subir precios, captar más negocio a costa de los rivales o reducir el coste de los recursos". Manuel Tresánchez, director de banca de particulares de Banco Sabadell, coincide con él. "Se trata de obtener el rendimiento adecuado en función del riesgo asumido. La adecuada gestión del margen se hace más imprescindible en un entorno marcado por la disminución de volúmenes por la contracción económica, los niveles de riesgo más elevados y un pasivo más caro".

¿Ausencia de crédito o de demanda solvente?

Tirios y troyanos. Empresas y familias protestan porque los bancos no prestan dinero y así lo expresan en distintos foros y organizaciones empresariales, asociaciones de consumidores y particulares. La banca se defiende de estas críticas alegando que sí, que hay crédito, pero que lo que falta es una demanda solvente. Bancos y cajas alegan que el repunte de la mora, que alcanza el 9,42%, les lleva a imponer controles mucho más estrictos en las operaciones.Los datos del Banco de España muestran una caída sostenida, mes a mes, de la concesión de nuevos préstamos desde que la burbuja crediticia tocara máximos en 2007. Ya sea a compañías o a particulares.La concesión a empresas de préstamos inferiores a un millón de euros tocó su cénit en julio de 2007. Ese mes se aprobaron operaciones por 39.246 millones de euros. Ahora se aprueba una cuarta parte. En junio la banca dio 12.927 millones a las pymes y ni siquiera ha sido la cifra más baja desde que empezó la crisis. En agosto de 2011, solo fueron 11.099 millones.Entre las grandes compañías el panorama es similar. En diciembre de 2006, bancos y cajas les otorgaron 70.039 millones para llevar a cabo sus proyectos. El pasado junio, fue casi la mitad: 39.171 millones. También en este segmento, la cota mínima de financiación se tocó en agosto de 2011. Ese mes se otorgaron solo 22.450 millones en créditos.Las hipotecas a particulares se han restringido particularmente. Allá por marzo de 2006, en plena burbuja inmobiliaria, las familias recibieron 17.288 millones para comprar casas. A principios de este verano se aprobaron préstamos por 3.249 millones. El mínimo corresponde a enero: 1.976 millones. Una novena parte que en los años del boom.En el crédito al consumo ocurre otro tanto. Si en mayo de 2007 se otorgaron 5.406 millones de euros para comprar coches, muebles, electrodomésticos y demás, en junio se concedieron 1.366 millones. La cota más baja vuelve a corresponder a enero de este año, con 904 millones.

Las cifras

1.976 millones otorgaron el pasado enero los bancos en hipotecas a familias. Es la cota más baja desde que empezó la crisis. El pasado junio dieron 3.249 millones de euros.904 millones en préstamos al consumo concedió la banca en enero de 2012, la menor cantidad desde que la economía española entró en recesión. El pasado junio se otorgaron 1.366 millones.11.099 millones en préstamos menores al millón de euros recibieron las empresas el pasado agosto. La cota más baja en la crisis. En junio obtuvieron 12.927 millones.

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