Cóctel entre conciliador y resolutivo
El Presidente y el consejero delegado congeniaron desde el primer momento
El mando en IAG tiene dos nombres propios; el del español Antonio Vázquez y el del irlandés Willie Walsh. Se podría acudir al tópico del policía bueno y policía malo para describir el reparto de sus papeles en el conglomerado formado por la fusión de Iberia con British. En realidad se trata de dos fuertes personalidades que han sabido entenderse desde el primer momento. En el caso de Vázquez brilla por sus habilidades como negociador y en el de Walsh, por su capacidad de decisión expeditiva.
El problema en la dosificación de este coctel de elementos durante los 18 meses de vida del nuevo gigante aéreo, es que, al menos en España, la situación ha sido más favorable a que aparecieran las decisiones conflictivas y menos a que surgieran las posiciones amables. Así las acciones contundentes de Walsh han resultado más evidentes que las palmaditas en la espalda de Vázquez.
Walsh y su álter ego nacional, Rafael Sánchez Lozano, han derrochado un estilo expeditivo en asuntos candentes de Iberia como la creación de la filial de corto y medio radio Express y, sobre todo, el desarrollo del contencioso con el colectivo de pilotos. Han llevado la iniciativa y han acorralado en los aeropuertos y en los tribunales al todopoderoso Sepla. El sindicato de tripulantes se ha colocado, por vez primera, a la defensiva. Walsh y Sánchez Lozano, en su atrevimiento, han discutido las recomendaciones lanzadas desde el Ministerio de Fomento y han impugnado por partida doble en la Audiencia Nacional el laudo sobre Express y el convenio de los pilotos instado por el Gobierno. Mientras, Vázquez se ha expresado más con sus silencios.
El presidente de IAG y de Iberia, Antonio Vázquez, asumió el mando en la aerolínea española en julio de 2009. En meses hizo realidad un proceso de fusión enquistado por años. Hasta llegar a Iberia había sido consejero delegado de Altadis y presidente de Logista.
Willie Walsh fue consejero delegado de British desde 2005 hasta la fusión. Pilotó la compañía durante los momentos más bajos de una marca que parecía haber perdido su estrella, hasta que tras la fusión se convirtió en el jefe del día a día de IAG. Es piloto, fue consejero delegado de la aerolínea española Futura y se le considera un visionario de la aviación del futuro.