La peligrosa espiral del déficit autonómico
Las regiones que más se demoraron en ajustar sus presupuestos son las que deben afrontar mayores recortes
Agosto solía ser un mes tranquilo, pero en 2007 la explosión de la crisis de las subprime inauguró una serie de veranos calientes que está teniendo también su capítulo en 2012, a costa de un modelo autonómico que ha evidenciado sus fallas tras un lustro de crisis. Falta de liquidez en las arcas autonómicas, déficit elevados respecto de los límites arbitrados desde Europa, dificultades para refinanciar la deuda y para afrontar sus próximos vencimientos
Para rematarlo, a los problemas de índole puramente económica se les suman también los políticos, como se vio en el último Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) celebrado el pasado 31 de julio. El nuevo techo de deuda marcado por el Gobierno hizo que Cataluña y Andalucía se rebelasen, lo que levantó suspicacias en las comunidades más disciplinadas, que les reprocharon su falta de compromiso con el resto del Estado. Ayer mismo, la consejera andaluza de Presidencia, Susana Díaz, insistió en que el Gobierno "no ha medido las consecuencias" de aplicar el nuevo límite de endeudamiento, que obligaría a la Junta a hacer un recorte adicional de 2.735 millones para 2013. Un ajuste que, según Díaz, llevará "al cierre de 19 hospitales, de 2.000 colegios o a que uno de cada cuatro empleados públicos andaluces se vaya al desempleo".
Cataluña, mientras tanto, tampoco se resigna. El mismo día que anunciaba que recurriría al fondo de liquidez autonómico, su Parlamento votó a favor de una hacienda propia como la que disfrutan navarros y vascos. Una fórmula que el Gobierno juzgó fuera de lugar pero que, según el presidente de la Generalitat, Artur Mas, habría protegido a Cataluña de los efectos del déficit fiscal y le habría permitido llegar a 2012 con equilibrio presupuestario.
Las cifras cuentan
Los números no engañan. Son dúctiles y admiten matizaciones, y a menudo se esgrimen de forma artera, pero por sí solos no mienten. Analizados con mesura, permiten inferir tendencias y aventurar hipótesis útiles. Así ocurre con los respectivos planes económico-financieros que las autonomías presentaron al CPFF durante la primavera pasada, conforme a la Ley de Estabilidad Presupuestaria.
El contenido de dichos planes de ajuste es variopinto, pero incluye en todos los casos cifras de los ingresos y gastos autonómicos desde 2009 a 2011, así como un informe sobre el endeudamiento de cada comunidad. Y lo que señalan es claro: las autonomías que antes se decidieron a hacer ajustes del gasto son las que más se acercan al objetivo de déficit del 1,5% previsto para este año y las que parecen tener su deuda más controlada. Es el caso de Madrid, Galicia y Canarias, que optaron por aplicar, entre 2009 y 2011, recortes del gasto más o menos proporcionales a la caída de los ingresos que estaba provocando la crisis.
En el extremo opuesto, el de las regiones menos disciplinadas fiscalmente, el ejemplo más claro es el de Castilla-La Mancha. Con una merma de ingresos del 25,9% entre 2009 y 2011, no solo no redujo sus gastos, sino que los aumentó en un 8,7% durante ese periodo, lo que a la postre explica que cerrara 2011 con un déficit del 7,3% y una deuda del 18% del PIB. Hoy sabemos que su resistencia a los ajustes solo sirvió para agravar la brecha presupuestaria y para demorar lo inevitable, pues en 2012 está aplicando un recorte del gasto de 1.582 millones, el mayor del país en términos relativos.
Dado que España no navega sola en el mar de la economía global y que tiene socios ante los que debe responder para financiarse, no puede acuñar sus propias reglas del juego sino aceptar las que hay. Y, en lo que atañe a las autonomías, hace tiempo que propios y extraños urgían a corregir su desequilibrio para que no se trasladara al resto de la economía, como así ha sido. Los presidentes autonómicos discutirán qué partidas recortar y qué fuentes de ingreso aprovechar, pero los prestamistas descreen de los insolventes, así que prima recobrar su confianza, que nace de la solvencia. Y, para ello, aunque duela, tal vez lo mejor sea hacer caso al refrán que dice: "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
BBVA empeora las previsiones económicas
El servicio de Estudios de BBVA ha rebajado sus previsiones para la economía española y calcula que el PIB se contraerá un 1,4% tanto en 2012 como en 2013, frente al 0,5% anunciado por el Gobierno para el próximo año, ante la "falta de certidumbre" sobre las políticas para resolver los problemas de solvencia y liquidez de Europa y pide además a la UE que actúe sobre la prima de riesgo española.BBVA Research constata que la tasa de paro seguirá creciendo el próximo año y se situará en el 26%, por encima del 24% previsto por el Ejecutivo.
Crece la discrepancia en torno al modelo
Cada vez son más las voces disidentes que cuestionan el modelo actual de financiación autonómica. Según el último barómetro del CIS, publicado el lunes pasado, el 39% de los españoles cree que el modelo territorial ha de limitar el margen de autonomía de las comunidades y tender hacia un Estado más centralista. De ellos, más de la mitad aboga por un modelo totalmente centralizado, mientras que el 30,8% de los encuestados piensa que se debe dejar el modelo como está.El presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, también se refirió a este asunto ayer, durante una entrevista concedida a la agencia Europa Press. Tras subrayar que el Estado autonómico es "una conquista" que ha traído "cosas muy buenas", dijo que es necesario "adelgazar sus estructuras" y ajustar los costes del modelo a las actuales posibilidades del país. Romay sacó también a colación un informe de 2006 en el que el Consejo recomendaba fijar un techo para las competencias autonómicas que no impida al Estado "ejercer sus funciones de garante de la solidaridad entre españoles".Cataluña, por su parte, ya dejó clara su postura sobre el actual modelo con la propuesta de pacto fiscal que aprobó el pasado 25 de julio. "O pacto fiscal o independencia", atajó hace solo dos días el secretario de organización de CDC, Josep Rull, aunque Andalucía, sin llegar a cuestionar el fondo del modelo, ha mostrado también sus reservas y llegó a ausentarse -al igual que Cataluña- del último Consejo de Política Fiscal, por considerar inasumible el nuevo límite de deuda.Baleares y Asturias, que optaron por la abstención, contribuyeron también a escenificar la falta de acuerdo en torno al modelo de financiación territorial.