Comandante de un imperio global
El presidente de Telefónica ha convertido al grupo en un referente mundial.
Como en el imperio de Felipe II, donde no se ponía el sol, César Alierta se ha convertido en el comandante de las fuerzas tecnológicas de España a lo largo y ancho del globo. Desde la Patagonia a Pekín. Es cierto que la estrategia de expansión internacional de Telefónica fue una de las constantes de la gestión de los predecesores de Alierta al frente de la operadora. Pero es el actual presidente de Telefónica quien profundiza en ella, especialmente en el mercado latinoamericano. Eso sí, sin olvidar otros mercados, como muestran la compra de O2 en Reino Unido, la llegada a Alemania o la entrada en China. Todos ellos países difícilmente conquistables en otras épocas.
Este zaragozano, nacido en 1945, desarrollaba su carrera profesional en el mundo financiero hasta que el primer Gobierno de José María Aznar le encarga la privatización total y modernización de Tabacalera, que en 1999 se convertiría en Altadis. En su juventud, con 25 años, ya fue pionero al embarcarse en lo que en aquella época -los setenta- no era habitual: se marchó a Nueva York a realizar un MBA en Columbia. Su experiencia de más de 25 años en el mundo de los mercados le da una visión especial de la gestión. Fue director general de mercado de capitales de Banco Urquijo. Más tarde fundó y presidió Beta Capital, firma de inversiones, y fue presidente de la Asociación Española de Mercado de Valores.
Con este bagaje, y procedente de Altadis, llega a Telefónica en julio de 2000, para relevar a Juan Villalonga. Alierta conocía perfectamente las tripas de la operadora, pues era consejero desde 1997. Y decide darle su impulso, su sello personal. Desde entonces, por la mesa de César Alierta han pasado importantes decisiones -tanto nacionales como internacionales- que han colocado a la operadora en un lugar destacado en el siempre difícil universo de los gigantes de las telecomunicaciones mundiales.