æpermil;xito sin apellido ilustre
El presidente del BBVA, siendo un recién llegado a la banca en los noventa, ha convertido a la entidad en una empresa global
La carrera de Francisco González (Chantada, Lugo, 1944) nunca pareció que estuviera enfocada a la banca. Pero los hechos le han convertido en uno de los más longevos presidentes de una entidad bancaria global. Este gallego empieza en 1964 su carrera como programador informático. Con 36 años se convierte en corredor de comercio (número uno de la promoción de 1980) y agente de cambio y Bolsa en el parqué de Madrid. Fundó la sociedad de valores FG Inversiones Bursátiles, algo que le cambiaría la vida.
Esa sociedad le abrió el camino en los círculos financieros y económicos de Madrid, además de convertirle en millonario. Vendió FG (siglas por las que después se le ha conocido a él mismo en el sector) por 22,2 millones a Merril Lynch. Pero no dejó de trabajar. Le quedaba por delante la etapa profesional más importante de su vida.
Rodrigo Rato, recién elegido vicepresidente económico del primer Gobierno de José María Aznar (PP), le llamó para pilotar la privatización total de Argentaria. Una vez concluida la misión continuó como presidente. En esa época se acabó, además, con la integración de las antiguas entidades que formaban Argentaria (como Banco Exterior, Caja Postal, Banco Hipotecario o Banco Agrícola) y con la modernización e informatización del banco. Pero aún le quedaba dar un salto más.
En 1999 lideró la fusión con BBV, junto a su contraparte Emilio Ybarra. Durante dos años fue copresidente, hasta que en diciembre de 2001 el veterano banquero decidió adelantar su salida. Se convertía así en el primer presidente no vasco, sin un apellido ilustre -en un banco controlado históricamente por las familias de Neguri (Vizcaya)- y lejos del control político del PNV.
Con la marcha de Ybarra, adelantó a su vez su salida el vicepresidente y consejero delegado, Pedro Luis Uriarte, procedente de BBV. Escaló entonces a ese puesto José Ignacio Goirigolzarri (actual presidente de Bankia) como vértice de la pirámide de nuevos profesionales de confianza de FG.
Goirigolzarri, nacido en Bilbao, también procedía de BBV, pero pertenecía a una generación más joven que la de Uriarte. Escaló desde el área de planificación del desaparecido Banco de Bilbao. Tal vez se imaginó en alguna ocasión como sucesor de González, pero su momento no llegó y salió del banco en 2009. Le sucedió como número dos Ángel Cano, el actual consejero delegado, siete años más joven y santanderino, quien se convertía en el primero que llegaba al cargo procedente de Argentaria.
Durante estos años, la entidad se ha convertido en una de las más importantes multinacionales financieras, a la par que Banco Santander, con importantes unidades de negocio en México, América del Sur y, algo menor, en EE UU.
González es accionista minoritario de la entidad, con el 0,05% de los derechos de voto. El año pasado se embolsó 4,9 millones de euros (1,9 millones de sueldo fijo).
También es presidente de la Fundación BBVA, que entre otras actividades premia a investigadores en los galardones Fronteras del Conocimiento. Y además se ha sumado a los órganos de gobierno de otras entidades sin ánimo de lucro. Es patrono de Cruz Roja, Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, Fundación Víctimas del Terrorismo, Museo Guggenheim de Bilbao, Museo de Bellas Artes de Bilbao, Fundación Príncipe de Asturias, Real Instituto Elcano, Fundación Carolina, Esade, Fedea, Fundación de Estudios Financieros, Instituto de Estudios Económicos y del Institut Europeu de la Mediterrània.