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Florentino Pérez

A lomos del éxito

El presidente de ACS se ha ganado a pulso una fama de gestor solvente y perseverante, tanto en la empresa como en el fútbol.

Pocos empresarios gozan de la popularidad que Florentino Pérez Rodríguez (Madrid, 1947). El rostro del presidente de ACS pasó a formar parte del imaginario colectivo gracias a su primera etapa al frente del club merengue (2000-2006), durante la que se gestó el llamado equipo de los galácticos. Se le apodó el rey Midas porque saneó las cuentas que le legó su antecesor, Lorenzo Sanz. Y por hacer del Real Madrid un club de referencia a nivel mundial, cuyo modelo de gestión revolucionó el mundo del fútbol.

Tres años después de cerrar esa etapa volvió a presentarse a las elecciones para presidir el club blanco. Barrió en los comicios y, tres temporadas después, ha logrado que su equipo destrone al Barça como campeón liguero.

Su currículum empresarial no es menos exitoso. Este ingeniero de caminos, canales y puertos ha logrado en los últimos años algo que desafía cualquier lógica: absorber a una empresa (la alemana Hochtief) más grande que la española. Ello le ha permitido desapalancar al grupo resultante, diversificar mercado (Hochtief y su filial australiana Leighton son muy fuertes en Asia y Pacífico, regiones poco trabajadas por ACS) y reforzar su supremacía mundial en el sector, solo a la sombra de dos megacorporaciones chinas.

Pese a las astronómicas cifras de la compañía que preside, por no mentar la fortuna que posee (1.600 millones de dólares, según la revista Forbes, lo que le sitúa como la novena persona más rica de España), Pérez puede presumir de ser un hombre hecho a sí mismo. Su imperio empezó con unos pocos duros, los que empleó en 1983 para comprar a peseta la acción, junto con unos compañeros, su primera empresa: Construcciones Padrós. Tras asentarla, él y sus socios adquirieron con el tiempo tres compañías más y luego se fusionaron con Ginés Navarro, lo que dio lugar a ACS. La compra de Dragados acabó de modelar las dimensiones de la compañía.

Quienes han trabajado con él destacan, además de su olfato para los negocios, su facilidad para convencer a la gente, cualidad que parte de la seguridad que tiene en sí mismo y de la defensa a ultranza de sus decisiones. También se destaca de Pérez que, gracias a la confianza que le tienen los accionistas de ACS, es de los pocos timoneles de empresa que no opera con mentalidad cortoplacista, cosa que le permite ser más perseverante y diseñar estrategias más consistentes en el tiempo.

Aficionado a viajar con su familia los fines de semana, a navegar con su yate cuando tiene tiempo y, por supuesto, al Real Madrid, la vida personal de Pérez ha recibido recientemente un duro golpe. Su mujer, María Ángeles Sandoval, conocida como Pitina, falleció en mayo de un infarto. Una pérdida irreparable a pesar de la cual Pérez no ha dejado de hacer lo que mejor sabe: trabajar duro.

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