Pasión por la banca y por la formación
Heredó un oficio y hoy es el mecenas de la universidad.
Hablar de banca en España es hablar de Emilio Botín. Nacido en Santander hace 77 años, aprendió el oficio de banquero en el seno de su familia. No en vano es hijo y nieto de banqueros, de los que aprendió una forma de trabajar que pasa por la entrega sin concesiones a su trabajo. No sabe de horarios, sino de resultados. Por ello ha trabajado duro para convertir la entidad financiera que preside desde 1986, cuando sucedió a su padre, en el primer grupo bancario de la zona euro y entre los 15 mayores del mundo por capitalización bursátil. En varias encuestas y estudios su nombre aparece entre los empresarios más admirados e influyentes. Banco Santander ha sido elegido por la revista Euromoney el mejor banco del mundo. Botín no deja indiferente a nadie.
Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valladolid y en Economía por la Universidad de Deusto. Es precisamente en la universidad donde se ha volcado y donde no escatima esfuerzos ni dotación económica para suplir algunas carencias financieras que tienen la mayoría de los campus. Desde hace 12 años lidera la red Universia, que aglutina a 1.232 universidades socias de 23 países iberoamericanos. Se ha convertido en un mecenas de la universidad y en un ídolo para los rectores. Sin ir más lejos, en la última junta de accionistas de Universia anunció dotar a las universidades con 75 millones de euros, el 10% del beneficio neto que generará Santander en España durante el presente ejercicio (el 85% de los beneficios de la entidad proviene del negocio internacional), a apoyar la educación superior a través de su división de universidades y de Universia. En 2013 destinará 9 millones de euros a un programa de 5.000 becas de prácticas profesionales en pequeñas y medianas empresas para universitarios españoles. Ni que decir tiene que los rectores, agobiados por los ajustes de la Administración, aplaudieron a rabiar el gesto de Botín.
También ha encontrado en la Fórmula 1, otra de sus dedicaciones, y no duda en apoyar personalmente todo aquello que tiene que ver con la marca Santander. Cuida todas sus intervenciones en público y de los discursos de Emilio Botín se extrae la conclusión de que no deja ni un cabo suelto.
Como aquella vez que en Esade respondió a la queja de un alumno que le comentó que había tenido un incidente por el cobro de una comisión y Botín le preguntó si finalmente había saldado la deuda.