Los hombres de negro de la banca
He de confesarlo. Cada vez que veo por televisión un anuncio de EVO Bank, deseo que ningún tecnócrata del BCE lo vea en su visita, de negocios o de placer, a España. Es un detalle solo; no tengo nada particularmente en contra de Novagalicia y, de hecho, el trabajo de González-Bueno en la filial de ING fue excelente, y así se le reconoció en el banco holandés que por cierto, también recibió ayudas públicas. Pero, lo siento, no me parece normal.
No me parece normal que una entidad que ha recibido dinero del Frob dos veces y que tendremos que recapitalizar entre todos los españoles (aunque el dinero nos lo presten nuestros socios europeos) se dedique a lanzar nuevas líneas de producto. Quizá una vez saneada se podría plantear un plan de relanzamiento. Quizá. Pero, ¿ahora que el bono está al 7%? ¿Ahora que el mercado especula con un rescate total de España precisamente por las de capital necesidades que tienen entidades como Novagalicia?
Este puede no ser el ejemplo no más grave, pero sí más visual (es lo que tiene la publicidad) de cómo se ha gestionado el rescate bancario en España. Pero es un ejemplo: Se pone dinero para salvar la entidad y luego se pone más para que alguien se la quede. Y no se pregunta. Cada entidad que haga lo que quiera o pueda. Lógicamente, si el supervisor no aprieta bien las tuercas y el erario público pone dinero a fondo perdido, el incentivo para sanear las cajas es nulo. Ya conocemos las consecuencias.
Ha dicho hoy el Frob que no instará liquidaciones de entidades. Cierto. Si hay liquidaciones de entidades no será el Frob quien toma la decisión. Serán estos señores quienes aprieten, en su caso, el gatillo.
Oliver Wyman, a la derecha, y Ronald Berger, a la izquierda, limpiando de ladrillo los balances de la banca
Los famosos hombres de negro están cada día más cerca. Y tienen claro su trabajo. Ya dijimos en su día que, a la luz de la declaración del Eurogrupo y de los estatutos del fondo de rescate, la reestructuración de la banca española no se limitará a las entidades que pidan ayudas. Joaquín Almunia solo dijo, ayer, algo que contemplan los citados estatutos del EFSF. Francisco González, de BBVA, ha tardado menos de 24 horas en recoger el guante. Normal; es mejor comprar en liquidación que en unas simples rebajas.
Ahora, del dicho al hecho hay una gran tramo. Y la confusión en torno a qué condiciones se impondrán al sector financiero parece indicar que es un asunto aún sujeto a negociación. ¿Qué pueden decidir los hombres de negro? Es más, ¿qué significa liquidación? Se puede considerar liquidación a la simple venta de la cartera crédito y de la red de oficinas. O, lo que sería mejor, a la venta de la cartera y de las oficinas imponiendo pérdidas forzosas a los tenedores de deuda. O a la conversión de la deuda de dichos acreedores en capital.
Si miramos al conjunto del sector, ¿cuál será el veredicto de los hombres de negro? Quizás un mayor control de la cartera crediticia y de los préstamos al ladrillo, más allá que las provisiones que se apliquen en el temido decreto de saneamiento que hemos bautizado Guindos III. Pero ninguna opción es descartable: los hombres de negro podrán decidir qué se hace con los pisos que la banca ha acumulado estos años, si sobran o no oficinas o incluso poner cortapisas a la concesión de crédito.
Con toda seguridad, alguno de los banqueros de más renombre nos recordará entonces que el problema no era suyo, sino de otras entidades. Cierto. No es menos cierto, en todo caso, que la negativa del sector a afrontar problemas y el compadreo con el supervisor no han sido un asunto exclusivo de las cajas. Ni es menos cierto que incluso las entidades más saneadas acumulan una cantidad absurda de pisos. Para los bancos los hombres de negro van a ser una presencia extremadamente incómoda. Pero el conjunto de los ciudadanos, a esos que no nos forramos con la burbuja inmobiliaria, vimos llegar a los hombres de negro en mayo de 2010. Y cada vez son más.
Música contra la crisis. Los Bravos. Black is Black
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