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Henri de Castries. Presidente ejecutivo de Axa

"España debe pedir ayuda a Europa para sus bancos"

Graduado por la Escuela Nacional de Administración (ENA), dirige el rumbo de la mayor aseguradora francesa desde 2000. Reclama una mayor convergencia entre países para que Europa salga adelante.

"España debe pedir ayuda a Europa para sus bancos"
"España debe pedir ayuda a Europa para sus bancos"

Henri de Castries (Bayona, 1954) es un exponente de la clase dirigente francesa. Se formó junto a François Hollande, Ségolène Royal y Dominique de Villepin en la Escuela Nacional de Administración (ENA). El ejecutivo muestra su visión de conjunto al diseccionar los males de Europa. Reformas estructurales y otra perspectiva sobre el ahorro de los hogares europeos son sus recetas para superar la crisis.

¿Cómo ve la crisis de la eurozona?

Es un momento complicado para Europa y el euro. Ha habido 10 años de complacencia y ahora los mercados obligan a afrontar con rapidez los temas que se han pospuesto. El problema para los Gobiernos es actuar con la suficiente rapidez y no ir siempre un paso por detrás. Está claro que los mercados castigan ahora a España por no solventar su problema bancario. Echando la vista atrás se ve cómo Madrid ha rehusado asumir la situación real de sus bancos. El problema no son los dos grandes Santander y BBVA, sino Bankia y algunas otras cajas. Cuando antes se alcance una solución completa, será mejor. Cuando más se demore, más doloroso será el proceso.

El actual Gobierno español ha aprobado dos decretos para sanear el sistema financiero. ¿Por qué no basta?

Cuando una reacción se queda corta y tienes que actuar una segunda vez, es malo. Es mejor asumir el problema por completo, y creo que las herramientas para afrontarlo están ahí. El Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) puede ayudar a los países a recapitalizar sus bancos.

¿Considera entonces que España debe pedir ayuda para sus bancos?

¿De dónde va a salir el dinero, si no?

¿Qué impresión tiene de España?

España es distinta de Grecia. En los últimos 25 años se ha modernizado y demostrado que puede ser competitiva. Sus exportaciones han ganado cuota de mercado. No ha vivido de los subsidios europeos y su Administración central no gasta en exceso, aunque las regiones sí. Tiene dos problemas que resolver: el sector bancario y las comunidades. Si los solventa, volverá a ser una economía fuerte. Su problema es que hay un desajuste entre el momento en que se realizan las reformas y cuándo te puedes financiar por tus propios medios.

¿Cómo ha contribuido la estructura institucional de la UE y la eurozona a la crisis de deuda? ¿Son los eurobonos una solución?

Para que la UE sobreviva debe tener unos objetivos claros y para que haya una política monetaria común sostenible debe haber una convergencia económica y fiscal. Si se da, los eurobonos son una solución. Pero comenzar por emitir deuda conjunta no es una buena idea sin una convergencia. ¿Mutualizaría España su deuda con Grecia hoy? Las reformas estructurales son la vía para alcanzar la convergencia, pero avanzan con distinto ritmo en España, Italia, Irlanda, Portugal, Grecia o Francia.

¿Puede descarrilar el proceso?

Sí, hay un elevado riesgo en los próximos meses. Nadie sabe qué va a pasar en Grecia. Tanto expulsar a ese país del euro como optar porque permanezca conlleva contrapartidas. La decisión no es agradable. Toca elegir entre dos males.

¿Cómo ve Francia?

Francia se ha mantenido de momento fuera de los problemas, pero necesita reformas estructurales con urgencia. El país debe reducir el gasto público y bajar la carga fiscal. Estas medidas no forman parte de la agenda del nuevo presidente François Hollande, pero es un pragmático. Veremos qué hace cuando se tope con la realidad.

¿Han contribuido a la crisis los regímenes de capital de banca (Basilea III) y seguros (Solvencia II)?

Se ha dado una tormenta perfecta. Por un lado, se ha pedido a los bancos que acumulen capital y esto ha derivado en un cerrojazo crediticio que no ayuda al crecimiento económico y el empleo. Por otro, se ha recortado el horizonte de inversión de las aseguradoras con la valoración a precio de mercado. El mark to market es adecuado para quien vende pan o flores, pero no para el seguro. En lugar de invertir en Bolsa, las aseguradoras compran bonos y eso reduce más el crecimiento económico. Por último, está la política de tipos de interés bajos a largo plazo, que desincentiva cualquier política de inversión a largo plazo y empuja a buscar rentabilidad -y riesgo- a corto. El resultado es que en lugar de tener una política de crecimiento con poca volatilidad obtienes un crecimiento mínimo con una gran volatilidad.

¿Cómo se corrige la situación?

Los hogares europeos son unos grandes ahorradores pero unos pésimos inversores. El sistema nos obliga a invertir a corto plazo. El sistema fiscal no debe contemplar ventajas para inversiones a corto, pero sí algunas para productos a largo plazo para que haya inversión.

¿Pero qué garantía hay de que ese dinero se quede en Europa?

El dinero se está yendo de todas formas. ¿Ha visto algún inversor institucional haciendo una inversión en Europa recientemente? Todo el mundo vende. Hay que generar incentivos para atraer el ahorro a largo plazo.

"Si pagas cacahuetes, obtienes monos"

La retribución de los primeros espadas de los grupos financieros se ha convertido en objeto de debate a raíz de la crisis y la caída de varias entidades. Henri de Castries reconoce que ha habido excesos pero que, "en casi todos los casos que han captado la atención pública, el ejecutivo ha sido despedido y el sistema ha funcionado".El presidente de Axa defiende la cuantía de las retribuciones. "Es importante tener buenos ejecutivos. En caso contrario, la empresa languidece. Si pagas cacahuetes, obtienes monos". La carrera profesional de los altos directivos suele ser corta, "como la de un futbolista", apunta De Castries. Y reflexiona, "¿por qué está bien que David Beckham se haga rico y no Alfredo Sáenz? El consejero delegado de Santander ha creado mucha riqueza, no solo para sí mismo, sino para sus accionistas, su equipo y en todo el mundo".El presidente de Axa se opone a los llamados paracaídas dorados, pero cree que "el Estado no debe dar lecciones porque, en Francia, no se han dado indemnizaciones y pensiones millonarias en el sector privado y sí en entidades bajo la órbita pública, como Dexia".

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