El mercado europeo refleja sus miedos
Es difícil ser optimista en torno a los valores bursátiles europeos. Las economías parecen débiles, tanto dentro como fuera de la eurozona, y la crisis de la moneda única solo parece ir a peor. Pero los precios de las acciones pueden estar descontando noticias aún peores.
El índice europeo de referencia Euro Stoxx 50, que recoge los principales valores de la zona euro, ha perdido todas las ganancias provisionales hechas en la primera parte de este año y se sitúa en no mucho más de la mitad del nivel de hace cinco años. El rendimiento total desde entonces, incluyendo dividendos reinvertidos, es una deprimente pérdida del 35%. En Estados Unidos, en rendimiento total del S&P 500 en el mismo periodo es ligeramente positivo.
Parte de este bajo rendimiento está justificado por la débil recuperación económica de Europa y los problemas de la eurozona. La debilidad relativa en la zona este del Atlántico queda reflejada en las expectativas de ingresos para 2012. Thomson Reuters indica un 5% de ganancia en la eurozona y un 10% en Estados Unidos. Las noticias más recientes sugieren que la diferencia podría ser mayor.
Pero los precios de las acciones en Europa pueden reflejar demasiado pesimismo. Los valores europeos han sido normalmente baratos para los estándares americanos; ahora el descuento del ratio precio/beneficio está por encima de la media posterior a la crisis bursátil del año 1987. Y no solo este ratio, del 9,5, es inferior en un cuarto a su equivalente norteamericano, sino que parece también descontar un crecimiento nulo de los ingresos en los próximos cinco años y ningún crecimiento en su valoración.
Podría haber grandes recompensas para aquellos que sean lo suficientemente valientes como para comprar. Si las ganancias de las acciones europeas crecen a la mitad del porcentaje anual posterior a 2005 del 10% en los próximos cinco años, y los ratios precio/beneficio se quedan a medio camino y vuelven a la normalidad a largo plazo, los inversores recogerían unos retornos anuales del 11,6% con la inflación ajustada.
Los valores bursátiles europeos parecen descontar la mejor parte de la nueva miseria. Aquellos preparados para poner sus manos ahí podrían salir sonriendo.