Estética nórdica con calor de hogar en Little Big Kids
Berta Domínguez dirige un espacio creativo de talleres infantiles.
Es tiempo de valientes. Y Berta Domínguez pertenece a este grupo. Malagueña, de 37 años, licenciada en Derecho, con dos másteres (en Derecho Constitucional y Ciencias Políticas) y madre de tres hijos, ha dejado una prometedora carrera en Disney por el deseo de montar su propia empresa, pero sobre todo por el anhelo de poder trabajar con niños. "Vi que había un nicho de mercado en el sector del ocio de los más pequeños y no lo dudé".
Desde hace unos meses está funcionando Little Big Kids, un centro creativo para niños en Madrid. No es un espacio cualquiera: se trata de una acogedora casa en la calle Arturo Soria, adscrito a la Sociedad Española de Pedagogía y especializado en el desarrollo de innovadores talleres cuyo principal objetivo es estimular la imaginación, el conocimiento, la creatividad y los valores de respeto con el medio ambiente y la sociedad.
En Little Big Kids se respira buen ambiente. Domínguez habla suave, con calma, mientras asegura que se trata del trabajo más reconfortante que ha tenido, aunque también el que más responsabilidad conlleva. "Ahora tengo mucha más presión, necesito estar pendiente de muchos asuntos que ocupan buena parte de mi agenda. No sé ni las horas que puedo echar, trabajo un 150% más que cuando trabajaba para Disney, pero soy mucho más feliz", afirma. Su obsesión es que los niños aprendan de manera creativa, a la vez que participan de juegos, y para ello cuenta con cuatro talleres donde los más pequeños pueden festejar un cumpleaños o cualquier otra celebración, "viviendo una experiencia única".
Así, por ejemplo, los niños pueden dar una vuelta al mundo, pueden aprender arte, cine o adentrarse en el antiguo Egipto. También organiza talleres para colegios y actividades en inglés y español, en las que se enseña a los niños el papel que juega en su salud una alimentación sana, así como a cuidar el medio ambiente. "Los niños ejercen de chefs, simulan que hacen la compra en un mercado y realizan un menú saludable", detalla Domínguez. Pero también tienen la opción de poder iniciarse en el cuidado de un huerto urbano, todo ello en inglés, que luego se convierte en basurero con el fin de que conozcan la importancia del reciclaje y del uso y consumo razonable de la energía.
Existe un área audiovisual, donde se muestra la técnica de cómo se hacen los dibujos animados, con voz y sonido, o cómo funciona una televisión en directo. "De lo que se trata es de ir formando a los niños, a la vez que se divierten, en temas que son importantes para que de cara al futuro tengan una visión más responsable del mundo".
Berta Domínguez realizó un estudio de mercado y comprobó que ni en Madrid ni en ningún otro rincón de España había un lugar con esta filosofía, y explica que todos los talleres son impartidos por profesionales cualificados así como por profesores nativos de lengua inglesa. "El plan de desarrollo de negocio está hecho con la intención de expandirnos a otros lugares", cuenta esta empresaria, que apunta a Barcelona como una de las ciudades donde Little Big Kids podría tener éxito. Además está estudiando abrir en otros lugares de Madrid. "Los proyectos hay que hacerlos cuando se presenta la ocasión, y ahora es el momento de los pequeños emprendedores, de arriesgar y crear trabajo y ofrecer ideas nuevas".
Cree además que una de las asignaturas pendientes del sistema educativo español es realizar actividades educativas que fomenten el aprendizaje del inglés entre los niños. Y es precisamente esta clientela menuda la que le proporciona mayores satisfacciones. "Es el cliente más agradecido, me encanta trabajar con niños porque su capacidad para sorprenderse con las cosas más pequeñas es algo que me maravilla cada día".
La muñeca "beautiful"
El despacho que ocupa Berta Domínguez es un espacio pequeño pero muy confortable, decorado siguiendo las directrices de la estética nórdica. La decoración de Little Big Kids la encargó a Mercedes Alcalá, de Estudio M Barcelona. "Enseguida captó lo que yo quería, un ambiente cálido, que no fuera frío, que fuera como una casa, como un hogar en el que los niños se sintieran cómodos", señala.Toda la casa está rodeada de un pequeño jardín e inundada de cajas de cartón, como elemento decorativo. "Pero también es un elemento con el que el niño juega, y la caja se asemeja también a él. Conocer el mundo de los niños es como abrir una caja de la que pueden salir muchas cosas, igual que de la cabeza de un niño".Se identifica plenamente con uno de los mensajes que quiere transmitir Litte Big Kids, "aprender is beautiful". Y precisamente entre los objetos a los que le tiene aprecio destaca una muñeca que ocupa un espacio reservado en su despacho y que lleva dibujado en su camiseta ese lema. "Es un poco como yo, siempre estoy en continuo aprendizaje, y ahora mismo estoy aprendiendo como nunca".Confiesa que es muy hogareña, de esas personas a las que les gusta recibir, ser anfitriona. "Me gusta la gente".