100 días para alejar a España del ojo del huracán
Las primeras reformas de Rajoy gustan a los inversores internacionales, aunque no son aún suficientes para devolver la confianza
Como si estuviese intervenida. Así ven algunos analistas extranjeros el impulso reformista que ha tomado España desde que el Gobierno de Mariano Rajoy accediera al poder en noviembre pasado. "Aunque España no está bajo un programa de la troika -Unión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional-, con estas medidas está reaccionando a las presiones del mercado y también a las demandas de las autoridades europeas", rezaba esta semana un informe de los analistas de Citigroup. Lo cierto es que en sus primeros 100 días en el poder, Rajoy ha puesto en marcha políticas de recorte del gasto, subida de impuestos, compromiso de austeridad fiscal, reestructuración de la banca, reforma laboral... Una agenda similar a la que están obligados a llevar a cabo los países rescatados -Grecia, Portugal, Irlanda- para seguir recibiendo ayudas de Europa, o la vía puesta en marcha por Italia, que sumida en la crisis económica y política traspasó el poder de sus gobernantes a un equipo de tecnócratas. Los analistas coinciden que la música que toca el nuevo Ejecutivo gusta en los mercados. Otra cosa es que les parezca suficiente para recuperar la plena confianza en el país, o para que este supere la crisis.
Recorte del gasto
Un ahorro importante que pone en riesgo el crecimiento
Citi estima que las medidas que toma España la equiparan a estar "bajo un programa de la troika"
Una semana después de culminar el reparto de carteras, el Consejo de Ministros se estrenó el 30 diciembre con un paquete de austeridad que incluía un recorte de 8.900 millones de euros del gasto público, una subida de impuestos, principalmente del IRPF, destinada a recaudar 6.200 millones, y la congelación del salario mínimo y del sueldo de los funcionarios, entre otras medidas. "Algunas de estas medidas van más lejos de lo esperado", apuntan los analistas de Goldman Sachs, que advierten, sin embargo, que "los beneficios pueden no ser muy grandes dada la intensidad de los vientos que soplan en contra de la economía española". A este respecto, el banco de inversión emitió un informe argumentando que "la clave para España será cómo se combinen estas medidas" con "las reformas estructurales y el crecimiento" económico, que tamaño recorte pone en riesgo. En concreto, Goldman alude al peligro de contraer aún más la demanda en un momento en el que el país se aboca a la recesión y reflexiona sobre el hecho de que "las políticas estructurales estén impulsando la agenda política" en España y el resto de países de la periferia, incluso "cuando esto es costoso en términos de la débil posición cíclica de algunas economías".
Límite de déficit
Imposibilidad de cumplir el objetivo sin un plazo flexible
El segundo paso dado por el Ejecutivo de Rajoy, a finales de enero, fue la creación de un anteproyecto de Ley para la consolidación fiscal y la reducción del déficit que desarrolla la reforma constitucional sellada por el anterior Gobierno socialista y el Partido Popular, entonces en la oposición. El gesto supone un guiño al eje Berlín-París, impulsor del nuevo tratado que prepara la Unión Europea para introducir un severo compromiso de austeridad en el ADN de la comunidad. Pese a su determinación oficial a cumplir el calendario europeo, el Ejecutivo tendrá difícil rebajar el déficit del 8% en el que ha anunciado que cerró 2011 al 4,4% que reclama Bruselas. Las negociaciones para flexibilizar estos plazos han recibido, además, un mazazo por parte del Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, que se mostraba inflexible esta semana. Todo ello, en medio de la polémica generada por las informaciones publicadas por la agencia Reuters, que aseguró que Bruselas acusaba al Gobierno de Rajoy de haber hinchado las cifras de déficit de 2011 para salir mejor en la foto de este año. La noticia fue categóricamente negada por La Moncloa y tímidamente desmentida por parte de la UE. "Nosotros consideramos realista la estimación del déficit público del 8% del PIB en 2011 con la desviación explicada tanto por las comunidades autónomas como por la Seguridad Social", apunta José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España. El banco estadounidense considera, sin embargo, que el Gobierno solo podrá reducir el déficit hasta el 5,6%, pero que podría cerrar 2013 en el 3%, si la UE cede el primer año.
Presupuesto de 2012
Mayor control sobre el gasto de las autonomías
La advertencia de Rehn vino acompañada de un toque de atención sobre la urgencia de que el Gobierno español "avance rápidamente en la preparación de los Presupuestos de 2012". De nuevo según Reuters, Bruselas estaría descontenta con el hecho de que Rajoy quisiera retrasar la publicación de sus cuentas hasta que pasen las elecciones andaluzas de marzo. Los analistas, que coinciden en la necesidad de adelantar la materia presupuestaria, hacen hincapié en el control del gasto de las comunidades autónomas, más allá de los avances que en este sentido han implantado socialistas y populares. Antonio García Pascual, economista jefe para el sur de Europa de Barclays Capital, considera que "para disuadir a las regiones de su persistente incumplimiento" presupuestario, "se podría establecer la intervención automática de la región por parte de la Administración central". A fin de cuentas, recuerda, el 50% del gasto público total depende de las comunidades autónomas.
Reforma financiera
Una banca transparente pero aún reacia a dar crédito
Una de las reformas más ambiciosas puestas en marcha por el Gobierno es la del sistema financiero, al que se le ha obligado a elevar las provisiones sobre sus activos y préstamos inmobiliarios. La medida ha obligado a las entidades a hacer pública su completa exposición al ladrillo, que deberán sanear por 52.000 millones de euros, según Economía. La reforma busca fortalecer la banca, impulsando las fusiones entre entidades, y obligarlas a vender su stock de vivienda a precios competitivos para que se centren en la recuperación del crédito. "El mercado valora positivamente lo que está haciendo España", asumen los analistas del Royal Bank of Scotland, que matizan, sin embargo, que pese a que la reforma tendrá "un efecto cosmético" de cara a los inversores, no bastará por sí sola para acabar con la herencia del ladrillo ni para reconducir el crédito a empresas y familias. "El sector español está mucho mejor que el de otros países donde la consolidación ni siquiera ha comenzado, pero las entidades han aumentado mucho su cartera de deuda soberana", detalla Alberto Gallo, estratega de RBS y especialista en el sector financiero. Desde su punto de vista, la nueva barra libre de liquidez impulsada por el Banco Central Europeo ha mejorado con mucho el acceso a financiación de las entidades europeas, pero mientras la banca utilice esos créditos para comprar deuda de sus propios países, como en el caso de España, el crédito seguirá congelado. Para Citi, "la medida va en la buena dirección" pero su efecto dependerá de cómo asuma el coste cada entidad. En este sentido, continúa Gallo, "las fusiones generan sinergias, pero pueden tardar años. Hay que buscar fórmulas para controlar el riesgo en los primeros años".
Regulación laboral
Falta de inversión en la formación a futuro
La última de las grandes reformas estructurales abordada por el Ejecutivo es la del mercado laboral. Con una tasa de desempleo que roza el 23% y 5,27 millones de parados, el equipo de Rajoy ha buscado reactivar el mercado de trabajo facilitando las modalidades más baratas de despido, para que "los empresarios tengan menos miedo a contratar" y permitiendo a los empresarios modificar unilateralmente las condiciones laborales (salario, jornada, movilidad) en caso de previsión de pérdidas o tres trimestres de caída de ventas, para que la vía del despido sea la última opción. Una reforma "agresiva", en palabras del propio ministro de Economía, que gusta en los mercados pero que para algunos expertos se queda corta y para otros corre el riesgo de quedar coja. García Pascual, de Barclays, hace hincapié por ejemplo en que "la insuficiente inversión en el capital humano", fundamentalmente en la formación de empleados y parados, "es el factor clave detrás de la baja productividad" y del "desempleo estructuralmente alto" del país. De otra parte, pese al abaratamiento de la indemnización por despido de los empleados fijos, Barclays considera que sigue siendo más atractivo contratar a temporales por lo que para "acabar con la dualidad" hubiera sido más interesante la aplicación de un contrato único con indemnización creciente para todos.
Deuda pública
La prima de riesgo cae pero continúa sobre 330 puntos
"Todas estas reformas van en la buena dirección y suponen una mejora significativa de las políticas ya existentes", concluyen desde Barclays, donde consideran, no obstante, "que la agenda no está completa". "Algunas de estas reformas son más limitadas de lo que esperábamos de un Gobierno con un fortísimo apoyo popular", agregan en relación a la mayoría absoluta del PP. Este parece ser el sentir generalizado de los inversores internacionales, más conformes con la dinámica reformista del nuevo Ejecutivo, pero aun con las espadas en alto. El respiro, no obstante, ha permitido al Ibex apuntarse un alza en torno al 8% desde los comicios. No todo, sin embargo, puede achacarse al mero cambio de Gobierno. El compromiso de austeridad de la UE y, en especial, la masiva liquidez a tres años del BCE parecen haber apaciguado los mercados, sin prejuicio de los puntuales sobresaltos que sigue dando la recurrente pesadilla griega. Así, aunque la prima de riesgo española ha descendido en el nuevo periodo político del máximo de 469 puntos básicos a 330, esta tendencia se ha repetido en países como Italia, que han pasado de 472 puntos a 364. También es cierto que ambos países han logrado desmarcarse de la tendencia negativa de Portugal o la propia Grecia, cuyas primas de riesgo han seguido al alza estos meses. Al menos, por ahora, la bajada en la temperatura de riesgo soberano ha permitido a España financiarse a menor precio.