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De agricultores, cerdos, chinos y biofuel

Podría recordar al célebre ensayo del antropólogo Marvin Harris (Vacas, cerdos, guerras y brujas), pero es una proyección sobre los mercados agrícolas en la Unión Europea hasta 2020. Aún así, permite extraer algunas conclusiones sociológicas bastante llamativas.

La primera, que el campo europeo seguirá perdiendo población e ingresos. El informe publicado el día 12 de enero por la Comisión Europea apunta a una pérdida de casi 20 puntos porcentuales en el rendimiento real del sector agropecuario durante la década en curso. En el mismo período, la mano de obra podría reducirse en una cuarta parte. Quedarán, por tanto, muchos menos agricultores y ganaderos, aunque ganarán un poco más per cápita.

Los hábitos alimentarios también quedan reflejados en el informe. Europa sigue siendo una gran consumidora de carne de cerdo, en clara contradicción con la Eurabia, comedora de cordero, que a veces agitan algunos populistas. Aunque el consumo de pollo es el que aumentaría más rápido, el informe apunta que los europeos consumirán casi 42 kilos de carne de cerdo per cápita en 2020, más que el consumo total de pollo, ternera, oveja y cabra juntos.

En cultivos, uno de los factores más determinantes durante los próximos años será el desarrollo de los biofueles, según el estudio. Y en contra de la tendencia actual, se espera que el etanol desbanque al biodiesel.

Pero no corran a plantar remolachas porque toda la proyección puede verse trastocada, cómo no, por China. Si Pekín cumple su promesa de enfriar la economía durante el próximo lustro (hasta un crecimiento de solo el 7% anual, ¡quién lo pillara!) resulta previsible, según el estudio, que toda la demanda mundial de materias primas y combustibles se resienta. Los países más beneficiados serían los del Mercosur: Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay.

Para Europa, el principal efecto del enfriamiento chino sería el abaratamiento del petróleo, lo que reduciría el atractivo de biodiesel y etanol. El impacto sería menor en cereales, carne o lácteos. Todo ello, insiste la Comisión, teniendo en cuenta que los mercados mundiales acusan una extremada volatilidad y que de aquí a 2020 falta muchíííísimo tiempo.

Foto: Restaurante en París (B. dM., nov. 2010).

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